I—Te vas mañana, ¿no es así?
Emma, quien paseaba en sus brazos a su pequeño sobrino, se detuvo y miró hacia la sala, encontrándose con la mirada de Bucky en ella.
—Sí, pero a Londres. Luego de eso volveré a casa —Emma guardó silencio unos segundos, intentando elegir con cuidado sus palabras con tal de no hacerlo sentir presionado—. ¿Vendrás conmigo?
Bucky dudó unos segundos, pero acabó por asentir.
—Supongo que eres mi mejor opción.
Emma frunció ligeramente el ceño y le dedicó una mirada indescifrable.
—¿Gracias? —inquirió, sin saber cómo sentirse respecto a las palabras de Bucky.
Él acabó por negar con la cabeza al comprender que sus palabras se habían malinterpretado, pero ante el semblante relajado de Emma comprendió de inmediato que no tenía de qué preocuparse. Ella era más comprensiva de lo que debía, o quizá estaba teniéndole especial paciencia por sus particular situación.
Cualquiera fuera la razón, James le agradecía enormemente todo lo que ella hacía por él, aunque no fuera capaz de exteriorizar ese agradecimiento.
Se alarmó cuando el timbre sonó, pero se relajó de inmediato al comprender que no estaba en peligro; simplemente habían vestigios con los que aún luchaba dentro de su mente, le costaba apagar esa parte de su cerebro que buscaba su mera supervivencia.
Emma abrió la puerta y no evitar sentir que la felicidad se desbordaba de su ser al ver a Elise del otro lado.
—Emma, lo siento tanto... —comenzó Elise una vez entró a la casa.
—Descuida —la interrumpió Emma, risueña—. No fue tan terrible.
—Ayer dijiste "han sido las setenta y dos horas más difíciles de mi vida" —comentó Bucky, quien se encontraba apoyado contra la pared con su mirada fija en el techo.
Elise arqueó una ceja ante aquellas palabras y no pudo evitar reírse ante la expresión de ofensa con la que Emma lo observaba por su alta traición. James no la miraba, pero era consciente de que tenía toda su atención.
—Casi dos días y ya bromean entre ustedes —concluyó Elise, satisfecha—. Para mí eso es progreso.
James levantó la vista y fijó su atención en Elise, comprendiendo que ella estaba enterada de la particular situación. Sabía quién era ella, sabía que había sido la prometida de Adrien Solberg, el hombre al que él había asesinado. Dejó caer su atención en el pequeño de cabellos dorados y mirada verde-azulada, sintiendo como el peso de la realidad caía con fuerza sobre sus hombros al recordar que ese niño no conocería jamás a su padre por su culpa.
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Huske (Bucky Barnes)
FanfictionBUCKY BARNES | "Ella, la dueña de esos ojos verdes que me observan entre sueños. Ansío que me devuelva mis memorias, porque deseo con todas mis fuerzas regresar a su lado aunque no sea capaz de recordarla". En donde Bucky espera que las promesas qu...