BUCKY BARNES | "Ella, la dueña de esos ojos verdes que me observan entre sueños. Ansío que me devuelva mis memorias, porque deseo con todas mis fuerzas regresar a su lado aunque no sea capaz de recordarla".
En donde Bucky espera que las promesas qu...
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I
Emma cerró la puerta de su habitación y caminó por el pasillo, sosteniendo su maleta en su mano y su bolso en la otra.
—¿Ya te vas? —preguntó Steve, interceptándola antes de que ingresara al elevador.
—Lamento tener que marcharme en un momento como este —se disculpó Emma, apenada.
—Tranquila. La familia es importante.
Emma iba una vez al mes a Noruega a ver a su pequeño sobrino. Un bebé de cuatro meses con cabello rubio y ojos verde-azulados idénticos a los de Adrien. Su nombre era Ivar.
—Aunque podrías postergar el viaje —opinó Natasha, uniéndose a la charla.
—Algo grande va a ocurrir. No hay que tener poderes psíquicos para saberlo —comentó Emma y ambos asintieron—. Quiero verlo antes de que hayan más problemas, quizás después no pueda hacerlo.
Steve asintió porque entendía el miedo de su amiga. Los Acuerdos afectaban a algunas personas más que a otras, y entre los más afectados estaban los tres alterados por HYDRA.
—Tendremos una reunión en unas horas, tal vez podrías estar presente a través de una videollamada —sugirió Natasha, dedicándole una sonrisa.
—Vas en uno de los jet de Stark, así que estarás llegando a Tromsø a tiempo para unirte a la reunión —acotó Steve, apoyando la idea de su amiga.
—Sí, me uniré —sonrió Emma, adentrándose en el elevador—. Los veré pronto, chicos.
II
Seis horas después.
El manto nocturno ya había caído sobre Tromsø.
Emma iba sentada en la parte trasera del taxi que la llevaba a su casa, mientras sostenía su portátil frente a ella con una videollamada en curso.
La reunión.
Sam y Rhodes discutían, dando vueltas una y otra vez en el mismo tema. Ross teniendo más medalla que ellos, los Acuerdos de Sokovia y varios asuntos más que Emma estaba ignorando. De un momento a otros todos se callaron, formando un silencio tenso. Steve leía los Acuerdos, Tony se encontraba recostado en el sofá y se tapaba el rostro con su mano.
—Tengo una ecuación —anunció Visión, captando la atención de todos.
—¡Genial! Eso lo resolverá todo —murmuró Pietro, sarcástico.
