Capítulo Uno

8.8K 791 88
                                    

De golpe la esfera reapareció en medio de un campo, el césped parecía recién cortado y el aroma a tierra se hacía presente.

Ambos lobos dieron un paso fuera de la esfera y al salir completamente esta desapareció.

- No podre acostumbrarme a esto - menciona el moreno mientras corre a un árbol y vomita.

- Por dios Scott, venimos a ayudar a ese torpe no a ti - menciona con asco el alfa.

- Lo siento, no me gusta viajar en esferas por el tiempo – mencionó de manera sarcástica, limpiándose los restos de comida de la boca.

Ambos observaron a su alrededor, pero parecían no reconocerlo, estaba frente a ellos un edificio color crema con jardineras alrededor, un pequeño letrero deteriorado de madera frente a él con dos soportes de concreto en sus laterales.

- ¿Dónde estamos? - cuestiona el moreno mirando a todos lados.

- Creo que se en donde - caminando hacia ese letrero lentamente y el alfa detrás suyo.

- ¿A dónde vas? - con tono ligeramente molesto del moreno.

Este no le contesto, solo siguió caminando hacia el letrero.

- ¡Lo sabía! - gritando mientras brincaba como un niño.

- ¡¿Qué diablos sabias?! - comenzando a enfadarse.

- Estamos en Beacon Hills, el instituto- señalando el letrero.

- Bien, ¿y a donde se supone que tenemos que ir? - cruzándose de brazos.

- No conocí a Stiles hasta el prescolar - encogiéndose de brazos.

- ¡¿Cómo diablos lo vamos a encontrar entonces?!, no perderé mi tiempo aquí contigo - se da la vuelta molesto – Debí de haberme quedarme allá.

- ¡Espera!, Podemos ir a su casa, me conto que nació aquí y su madre había adquirido su casa antes de que el naciera, debe de estar ahí.

- Pues no perdamos el tiempo, vamos - comenzando a caminar.

- Espera, ¿no iremos caminando o sí?

- ¿Cómo pretendes que vayamos?

- ¿Pues en carro?

- ¿Y de dónde sacaremos un carro?, ¡espera, mi camaro!, ¡A no llegamos en una maldita esfera y olvide traerlo!

- Ya entendí, lo siento - menciona el moreno cabizbajo.

El alfa solo le dedico una mirada de fastidio y siguió caminando.

Habían pasado minutos, la verdad no lo sabían con exactitud ya que el cielo parecía ocultarse con facilidad y las personas parecían no notarlos.

- Parecemos fantasmas - menciona Scott mientras divisa a las personas que pasaban a su lado.

- Al parecer nadie puede vernos - responde el alfa.

- Todo era tan distinto, no lo recuerdo de esta manera, las personas parecían más felices y tranquilas.

- No sabían de la existencia de los seres sobre naturales, mi familia trajo a esas criaturas al pueblo.

- ¿Cuándo llegaste al pueblo? - pregunta, pero este no respondió- Tenemos mucho tiempo para conocernos, podemos hacerlo si quieres.

- No quiero - dice de inmediato.

- No puedes esconderte de todos.

- Si puedo.

- ¿A caso nunca tuviste amigos? - había sido la peor pregunta que había dicho pues este paro de golpe.

Contra el Tiempo®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora