Diario sobre mi amor | H.S.

Capitulo 2

Jueves 27 de agosto del 2009.

         11:38 a.m.

- Que bueno que en este semestre no tendremos gimnasia.- Dijo Escarleth haciendo un suspiro de alivio.
- Supongo.- Ella y yo íbamos caminando los pasillos de la universidad directo a nuestros casilleros. Que quedaban juntos.
Cuando íbamos caminando pude identificar que venía Vera y su dueto de postisas.
Vera era una falsa, chica facil, iba de cama en cama. En pocas palabras se podría decir que es una puta, así de simple.
Y yo por alguna razón no le caía bien, ni ella a mí, pero yo sí tenía razones para odiarla.
Me hacía casi la vida imposible, y por suerte no me tocó ni una clase con ella, doy gracias.
Cuando se iba acercando con sus plasticas a un lado, pasó por en medio de Escarleth y de mí. Empujandome con su brazo izquierdo, haciendo que me tambaleara un poco. Cuando pasaron comenzaron a reír las tres como unas idiotas.
- Tranquila, Violet. Es una idiota.- Me dijo Escarleth.
Acomodé el tirante de mi mochila en mi hombro y seguimos caminando.

        13:16 p.m.

- Vete con cuidado, amiga.- Me dice Escarleth abrazandome.
- Tu tambien cuidate.
Me soltó y se fue corriendo a donde se encontraba Paul. Diario iba por ella, es un buen chico. Aunque paresca malo. Tiene veinti tres años. Es mayor, pero es agradable.
Y como siempre me fui caminando a casa.

     13:31 p.m.

Vi que ahora la camioneta negra estaba estacionada en la cochera de la casa y el Audi estaba estacionado fuera de ella.
Me adentre al edificio y subi a casa.
Abri la puerta y por rara vez estaba mi papá.
- Hola.- Me dijo él.
- Hola.- Contesté. Dejé mi mochila en uno de los sillones y cerré la puerta.
- ¿Cómo te ha ido?
- Bien. ¿Qué haces aquí?.- Pregunté mientras me sentaba en el comedor en frente de él. Se puso de pie y fue por mi plato.
- Sólo vine a comer. Más tarde ire a trabajar. A las siete. Si quieres te llevo a tu trabajo.
- Suena bien.- Dejó el plato justo en frente de mí y comencé a comer.
- ¿Te va bien en ese trabajo?
- Sí. Las propinas son buenas.- Le dije. Trabajo como mesera en un restaurante que esta a unas cuadras de aquí trabajo lunes, miercoles, jueves y los viernes solo de cinco a siete. Los demás días de siete a once de la noche. Las propinas en verdad son buenas. Trabajo ahí desde que tengo 18. Ahora tengo 21 y llevo ahí tres años. No es el mejor de los trabajos, pero ayudo a mi papá en algo.
- ¿Viste a los nuevos vecinos?.- Me pregunta.
- Sí, vi cuando llegaron.
- Si que tienen dinero. - Sonrío y asiento con la cabeza.
- Y mucho.- Conteste.- Gracias por la comida papá.
Tome el plato y lo lleve a la cocina. Fui a mi cuarto a descansar un poco. Al menos mañana ya era viernes.

    16:47 p.m.

Sin darme cuenta me había quedado dormida en mi cama. Un buen rato. Me senté en la cama y vi por la ventana. La luz de la ventana de esa casa estaba prendida, podia ver por un lado de mis cortinas. Me pude de rodilla en frente de la ventana y la movi un poco, asomé un ojo. Las cortinas de la otra ventana estaba abierta.
Comencé a observar aquel cuarto.
Un poco grande, tenía las paredes pintadas de blanco. Pude notar una cama en ese cuarto. Eso era lo único que veia. Y en frente de la ventana estaba la puerta.
Y justo cuando me iba a quitar de observar ese cuarto alguien abrió la puerta. Y no sé por qué no me quité de ahí. Ah sí, porque quien entró a ese cuarto era el chico de la otra vez. Mi vecino. Algo me impedía quitarme.
Entró y cerró la puerta, dejó algo en un mueble que estaba cerca de la ventana y se fue, abrio una puerta que estaba del otro lado del cuarto. Y ya no volvio a aparecer.
Me quite de la ventana.
"Eres una acosadora" dijo mi pequeña amiga que era yo misma en mi mente.
Solté una risita y salí de mi cuarto a darme una ducha.

    17:10 p.m.

Estaba en mi cuarto después de ducharme, me encontraba cepillando mi cabello.
Sentada en la cama me detube de cepillar mi cabello y me gire para ver mi ventana. Me acerqué de rodillas hasta ella y como hace un momento, removí muy poco la cortina, sólo asomando mi ojo izquierdo.
Y definitivamente ahí estaba él.
Esperen... ¡Sólo lleva puesta una toalla cayendo de su cintura hacía abajo!. Mis ojos casi se salen de su lugar al verlo solamente así. Si que tenía su cuerpo trabajado.
Y llevaba unos tatuajes. ¿Una mariposa en el estomago?, no conozco a nadie que se haya tatuado eso.
En su brazo izquierdo lleva mas tatuajes, pude ver un barco, y una rosa un poco mas abajo del barco. Y detras del brazo una manos estrechadas. Unos pajaros en el pecho. Son algunos de los que vi. Ya que los demás eran chicos y no los identificaba muy bien.
Su pelo mojado caía levemente en su rostro y las gotitas de agua hacian que su espalda, y parte de su pecho, estubieran mojadas.
Vi que se quedó un momento viendo hacia mi ventana y me quedé helada. Me quité de ahí, haciendo que mi cortina se moviera un poco por el aire que provoque. Mierda.

     18:50 p.m.

Papá y yo salimos del edificio y me acompañó al trabajo y se fue.
Saludé a Olga que se encontraba lavando los trastes.
- Hola, Olga.- Olga tiene treinta años. Y lleva diez años trabajando aquí. Espero no acabar como ella. Deje mi mochila en mi respectivo loquer y me puse mi mandil de mesera.
- Hola, querida.- Me dijo. Fui a limpiar las mesas y a acomodar las sillas. Había pocos clientes.

La bola de clientes empieza a llegar a las siete y algo, casi ocho. Y es cuando las propinas se ponen buenas.

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      .- Esmeralda. :)