Baila para mi.

Capítulo 5.

Ya era miércoles y aún no hablaba con el pelinegro sobre las modificaciones que se tendrían que hacer para poder ampliar el salón de prácticas. Él mismo había ido el lunes muy temprano para ver lo que faltaba y sobraba para hacer algunos cambios. Tenía listo el croquis que el mayor le había pedido, ahora sólo faltaba que éste tuviera tiempo para que hablaran.

Ya era la hora de salida y Hanna había salido antes que él. Había ido a visitar a una amiga que tenía un par de años que no veía y había ido a la ciudad por unos días.
Salió de la disquera. Quería llegar a casa, acostarse en su sillón y ver una película comiendo palomitas. Había caminado unos metros cuando el claxon de un auto llamó su atención colocándose a un lado de él a la orilla de la calle. El cristal polarizado de la ventanilla comenzó a bajar.

- No contestas tu celular.- Chan Yeol lo miraba con el ceño fruncido.

- Oh..- buscó su celular y se dio cuenta de lo que pasaba. - Olvidé ponerle sonido después de practicar.

- ¿Quieres ir a tomar algo mientras platicamos sobre el salón de prácticas?

Se Hun le brindó aquella hermosa sonrisa que lo atontaba por unos momentos, y luego asintió.

Llegaron a una pequeña heladería de dos plantas que estaba frente a un parque. La tienda estaba pintada de color blanco y rosa por fuera y de colores pasteles por dentro. En la segunda planta tenía una terraza al aire libre; el día estaba increíblemente soleado y hacía un poco de calor, así que después de pedir y recibir sus helados subieron ahí.

Se Hun sacó de su mochila una libreta donde había hecho un dibujo de lo que él pensaba sería la mejor distribución y acomodo del salón para montar y practicar las coreografías. También le dijo que era necesario un equipo de audio con un buen sonido. Chan Yeol estuvo de acuerdo con lo que decía el menor e informándole que mañana por la mañana hablaría con las personas que harían el trabajo para decirles lo que realmente querían con el salón.

El pelinegro miraba hacía el parque y de repente rio. Señaló a una pareja que jugaba con sus dos mascotas. Eran dos perros: uno de raza grande y otro un poco más pequeño. La pareja a lanzaba un disco de plástico y el perro grande saltaba tan alto que en algunas ocasiones atrapaba el disco en el aire y escapaba corriendo mientras era perseguido por el más pequeño. Chan Yeol y el menor los observaban y reían al ver las travesuras que hacían el par de mascotas.

Se Hun miró al pelinegro por un momento. Vio atentamente aquel masculino rostro: tenía unos hermosos grandes ojos negros de mirada profunda, su nariz no era muy grande y tenía buena forma; sus rojos labios formaban una hermosa y contagiosa sonrisa. Reconocía que era muy guapo y atractivo. Sabía que no debía fijarse en su jefe, pero era imposible no hacerlo.

Desde hacía más de un año que no tenía una pareja estable ni salía con nadie más de dos veces pues no quería poner sus sentimientos en alguien que no pensaba volver a ver, y su jefe no sería la excepción. Tal vez si tenía una aventura con él.. No! No podía hacer eso y arriesgar su trabajo; por fin había encontrado una excelente oportunidad y haría lo que más le gustaba: bailar.

Sacó de su mente esa loca idea y terminó lo poco que quedaba de su helado. Ésta vez él fue el que pagó aún con el pelinegro pidiéndole que no lo hiciera. Ahora tenía un buen trabajo y la paga sería igual de buena, no era un aprovechado en dejar que siempre le pagaran todo. Agarró su mochila, se puso de pie y bajó las escaleras con el mayor detrás de él. Éste le dijo a Se Hun que lo llevaría a casa pero Se Hun se negó diciéndole que antes iría a hacer unos mandados antes de ir para allá. Se despidieron y el pelinegro desapareció con su auto un minuto después.