Capítulo 20.

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Penúltimo capítulo.   :(


La función había terminado y se sentía exhausto. Comenzó a quitarse el último vestuario que utilizó para el gran final colocándolo en el perchero de madera entrando enseguida al pequeño baño de la esquina.

Se dio rápidamente una ducha. Salió del baño con la toalla alrededor de su cintura. El sonido de unos golpecitos lo alertaron cuando comenzaba ya a ponerse su pantalón gris oscuro, lo subió rápido y se puso una playerita blanca. La puerta se entreabrió y apareció el rostro de Lucy.

- Hola cielo.- lo saludó entrando a medias al camerino. – Encontré a alguien por ahí que preguntaban por ti. Parecía que en cualquier momento le daría un ataque de nervios si no conseguía verte, así que..

Se Hun agarró la camisa azul claro metiendo una mano y luego la otra. Pensó que sería algún fan de su trabajo, se sentía demasiado cansado pero podía dedicarle unos minutos para saludarlo y tomar la obligatoria fotografía de ambos. Lucy se hizo a un lado dejando espacio para que entrara aquella persona al camerino. Claramente podía darse cuenta de que se trataba de una chica, ésta llevaba un enorme arreglo de flores en sus manos que cubría todo su pecho y rostro.

- Hola linda.- la saludó.

- ¡Oh! Yo sostendré las flores para que puedan verse bien.- dijo Lucy tomando entre sus manos aquellas hermosas flores de vívidos colores.

En cuanto pudo ver el rostro de la chica, el cansancio pareció desaparecer de su cuerpo y la alegría lo invadió. Dio dos largos pasos y luego la sostuvo entre sus brazos.

- ¡Por Dios, Hanna! ¿Qué haces aquí?.- exclamó Se Hun con la mirada brillante. – No puedo creer que estés aquí.

- Yo tampoco.- Hanna lo miró detenidamente de pies a cabeza alejándose un poco de él. – Estás más flaquito que la última vez que te vi. Necesitas comer, Se Hun.

- Te agradecería mucho si lo logras.- interrumpió Lucy. – Casi no come y cuando lo hace, come muy poco.

Hanna lo miró seria y luego habló.

- Tienes que alimentarte bien, flaquito. Si no, me iré preocupada por ti.

- Me encantaría comer ese spaguetti tan delicioso que preparas.- dijo Se Hun satisfecho por la sonrisa que apareció en el rostro de la chica. – Podemos ir a mi departamento y prepararlo. ¿Quieres venir y probarlo, Lucy?

- Me encantaría, pero ustedes deben pasar tiempo juntos y platicar hasta el amanecer, así que paso.- Lucy se acercó al menor y besó su mejilla. – Te veo luego, flaquito.- dijo haciendo un guiño. – Me dio mucho gusto conocerte, Hanna.

- De verdad me caes tan mal a veces, Lucy.- resopló en tono molesto.

- Yo también te quiero mucho. Nos vemos.- se despidió de ellos lanzando un beso con la mano.





Se Hun abrochaba su cinturón de seguridad luego de que subieron su auto.

- ¿Sabes? No he venido sola.- decía Hanna abrochando igualmente el suyo. Lo miró. – Kai tenía que venir a visitar uno de sus clientes de la agencia, y en cuanto supe que estabas aquí, me ofrecí a acompañarlo.

- ¿Sabe que estás conmigo ahora?.- la chica negó y checó en su reloj la hora.

- Aun está con el cliente en reunión, pero podemos invitarlo a cenar con nosotros.

- ¿Estás segura de que quiera venir? Llámalo entonces.

- Anota tu dirección y se la mandaré en un mensaje.- pidió Hanna entregándole su celular. – Vendrá en cuanto termine la reunión.



Llegaron al departamento yendo directamente a la cocina. Picaron, cortaron y cocinaron los ingredientes para preparar la cena. Cuando la cena estuvo casi lista, Se Hun fue a cambiarse de ropa por algo más cómodo. Se había puesto un viejo pantalón de mezclilla deslavado y una playera cuello alto blanca. Apareció ante su mejor amiga moviendo nerviosamente las manos.

- Te ves muy guapo, flaquito.- se acercó a él acomodando un poco el cuello. – Kai me llamó y no tarda en llegar. Checa que la mesa esté bien puesta, ¿sí?

Asintió, dejó un beso en la mejilla de la chica, y obedeciéndola fue a revisar la mesa, los tres lugares estaban perfectamente acomodados. Eso hacía cuando el sonido del timbre lo asustó dando un pequeño brinco. Miró hacia la cocina y Hanna no salió, así que supuso que tendría que abrir él mismo. Suspiró un par de veces tratando de calmarse antes de abrir.

El moreno estaba frente a él. Vestía también pantalón de mezclilla y una camisa blanca con delicadas y tenues líneas amarillo claro desabrochada por los primeros tres botones. Volvían a verse después de cinco años. Estaba igual de guapo, sólo que ahora se veía más maduro y fuerte. Notó el asombro repentino en sus ojos reponiéndose enseguida. Vio y sintió aquella penetrante mirada ir desde sus cabellos hasta sus pies, y regresando nuevamente a sus ojos.

- Hola Jong In.- lo saludó nervioso.

- Así que estaba contigo. Vengo a recoger a Hanna.- dijo con semblante serio.

- Quédate a cenar, por favor.- su voz se escuchó suplicantemente suave.

- Debemos que descansar un poco y estar muy temprano en el aerop..

- Cenaremos y platicaremos de todo hasta que se aproxime la hora de que partan. No necesitan descansar, pueden hacerlo durante el vuelo.- explicó Se Hun.

- Nuestras cosas están en el hotel y tenemos que..

- Ya no lo están.- se hizo a un lado y claramente vio su maleta y la de Hanna en el recibidor.

Kai lo miró de nuevo y Hanna salió de la cocina.

- Entonces, ¿Podemos quedarnos?.- preguntó con una amplia sonrisa.

El moreno la miró y luego le sonrió. Asintió al tiempo que entraba al departamento.

- ¿Puedo abrazarte? Llevo queriéndolo hacer en cuanto abrí la puerta y te vi.

Sintió los fuertes brazos de Jong In enredarse sobre su cuello al instante.

- No sabes cuánto te extrañé, Se Hun.- confesó en voz baja apretándose más al delicado cuerpo del menor.

Se Hun sonrió feliz respondiendo aquel abrazo rodeando la cintura del moreno.

- Dudo que haya sido más de lo que yo te extrañé todo este tiempo, Jong In.- enterró su rostro en el espacio libre debajo de aquella barbilla.

- Eso jamás lo sabremos, cariño.


Baila para mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora