Capítulo 6.

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- ¿Qué haces aquí? Pensé que te habías marchado.- ¿Qué diablos hacía ahí? ¿Por qué no se había marchado después de haberse despedido? Chan Yeol tenía en su mano derecha un vaso con alguna bebida y hielo.


- Ya ves que no. No quería irme a casa aún y.. necesitaba un trago.- movió su mano haciendo notar su bebida.


- ¿Hace cuánto tiempo llegaste?


- Quieres saber si te he visto bailar, la respuesta es: Sí. He visto a cada persona que ha bailado, lo han hecho estupendamente bien. Aunque debo admitir que no tan bien como tú; Incluso pensé que ganarías el primer lugar.- le dijo mirándolo a los ojos..


¡Dios! Chan Yeol había estado todo el tiempo ahí. Lo había observado mientras bailaba.

Una cosa era bailar delante de personas no cercanas a ti, personas que apreciaban y gustaban de tu baile, y otra muy diferente a que tu jefe te viera y tuviera alguna crítica dura respecto a tu baile.


- Gracias.- desvío su mirada y tomó el resto de su cerveza.


- Además quería cobrarme aquel baile que me prometiste.- volvió a mirarlo asombrado. - No habrás pensado que lo olvidé, o si?


No podía creer que lo recordara y menos que lo hubiera tomado tan enserio. Sí, se lo había dicho, pero no se imaginó que el pelinegro le pidiera bailar con él.


- ¿Qué pasa? ¿Qué tanto has bebido?.- preguntó mirándolo de nuevo.


- Lo suficiente como para pedirte ese baile que me prometiste.


Sabía que su jefe no estaba pasado de copas, no llevaba el tiempo suficiente como para ahora estar ebrio; Pero parecía hablar en serio y seguro de lo que decía. Lo observó detenidamente, como queriendo descubrir algún indicio de que estaba bromeando pero no fue así.

- ¿De verdad quieres bailar?


- No soy ningún experto ni bailó como los demás chicos de por aquí,- dijo señalando alrededor. - pero tampoco lo hago tan mal. Tranquilízate, que no te avergonzaré, lo prometo.


Lo vio levantar su mano derecha con la mano extendida hablándole de manera sería pero habiendo en su boca un rastro de sonrisa. Sonrió al mirarlo así. Se veía tranquilo, relajado, sin preocupaciones de ningún tipo. En su rostro veía una mirada traviesa, divertida. Pensó que esa era una buena oportunidad para divertirse juntos, disfrutar y aprovechar la cercanía de su atractivo jefe; aprovecharía aquella noche pues tal vez ese momento no se repetiría en ninguna otra ocasión.


Pidió al barman que guardara su mochila, tomó la mano del mayor mientras en su boca se dibujaba una encantadora sonrisa. Lo llevó al centro de la pista donde todos bailaban; el lugar estaba lleno así que estaban más cerca de lo que esperaban. Cada movimiento, cada roce entre sus cuerpos parecía natural entre ellos y tal como Chan Yeol le había dicho, no era un experto bailando pero lo hacía bien y parecía disfrutar aquello. Ninguno se concentró en la forma de bailar del otro y simplemente disfrutaban el momento. Un rato después el pelinegro le dijo al oído que iría por un par de cervezas.

Lo vio alejarse hacia la barra, él siguió bailando al ritmo de la música que ponía el DJ. Desde donde estaba, podía ver claramente al pelinegro y sabía que éste lo estaba mirando, podía sentir su mirada sobre él y eso lo emocionaba.


Saltaba y reía con una chica de cabellos rosa intenso que bailaba cerca de él. Sintió una mano abrazarlo de la cintura desde atrás, giró su cabeza rápidamente un poco consternado por cómo lo estaban tocando y reconoció a su jefe quien había se quitado el saco y estaba con su camisa con las mangas recogidas hasta sus codos. Lo miró de reojo y le sonrió, sintió que acercaba su cuerpo al suyo, ambos sudaban, eran conscientes de su cercanía y ambos parecían disfrutarlo.

Baila para mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora