Capítulo X (Parte II)

146 13 11
                                    

-TK, dime algo, por favor...

-¿Está..?

-Tiene pulso, Davis.

-¿Se puede saber qué ha pasado?

-Matt, tranquilízate.

-¿Que me tranquilice? ¿TK ha estado a punto de morir y me dices que me tranquilice? ¿Cómo estarías tú si fuera Kari?

Tai le puso una mano en el hombro y el rubio respiró profundamente. Sora se acercó a Kari.

-Kari, ¿qué ha pasado?

-Yo, pues... Él... –La elegida de la Luz respiró hondo e intentó tranquilizarse, pero las manos no dejaban de temblarle– No lo recuerdo bien. No sé bien lo que ha pasado... Él... Estábamos hablando, y recuerdo que en algún momento TK se asustó y me agarró fuerte de los brazos y... no estoy segura. Sé que abrí los ojos de repente y lo vi ahí, tirado en el suelo.

-Espera –habló Ken–, ¿oscuridad? ¿Cómo que oscuridad?

Todos los presentes miraron a Ken, extrañados.

-Ken, no ha dicho nada de oscuridad.

-Claro que lo ha dicho, Wormmon, lo han oído todos.

-No lo ha dicho –negó Yolei.

Ken miró a sus compañeros uno por uno, buscando la aprobación de alguno de ellos sin encontrar resultado. Por último, miró a Kari, que era la única que no le fruncía el ceño. Por el contrario, tenía los ojos totalmente abiertos y los labios levemente separados.

-Kari...

-Yo no lo he dicho –soltó.

Tai clavó sus ojos en los ojos ámbar de su hermana, pidiéndole una explicación con tan solo una mirada.

-¿Tú también lo has oído, verdad?

Kari y Ken se miraron preocupados mientras todos los demás intentaban encontrarle alguna explicación a lo que quisiera que estuviera pasando.

-¡Garras de gato!

-¡Ataque de oscuridad!

Megadramon lanzó su ataque contra Gatomon, pero Turuiemon fue más rápido y salvó a la gata a tan solo un segundo de ser asesinada. De pronto, las garras metálicas de Gigadramon los alcanzaron de lleno.

-¡Turuiemon!

-¡Para, Chika! –Gritó Jake deteniéndola– No puedes ir, tenemos que dejar que se encarguen ellos.

-¡Pero está herido! Tenemos que hacer algo...

-Chika, escúchame. No podemos hacer nada más por ellos, ¿entiendes? Solamente estamos aquí para que puedan digievolucionar.

-Cobardes... –Susurró Gatomon, que intentaba levantarse con demasiada dificultad– No creí que incluso unos idiotas como ustedes fueran capaces de caer tan bajo y atacar por la espalda.

Megadramon y Gigadramon se detuvieron en el aire y se quedaron de pronto paralizados, como si fueran juguetes a los que les hubiesen quitado las baterías. Strikedramon luchaba cuerpo a cuerpo contra distintos digimons de tipo Virus y con menor poder, incapaz de acabar con todos los que había. Cuando Turuiemon y Gatomon se levantaron para volver a la lucha y aprovechar que Megadramon y Gigadramon estaban paralizados, LadyDevimon se mostró ante ellos.

Digimon Adventure: Futuro ImperfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora