Crónicas de la Torre 5: Salamandra y Jonás

Un nuevo Romance

Salamandra se despidió de Paul y se dirigió hacia la habitación de Jonás, algo molesta por la actitud que había tenido al dejar marchar a Alan. La curiosidad la carcomía acerca del romance de la Torre del que no le había hablado. Sin pensarlo dos veces, abrió la puerta de la habitación sin llamar, pero esta se cerró de golpe.

"Salamandra, por Dios, toca la puerta, me estaba cambiando", dijo Jonás un poco avergonzado. Sin embargo, su enfado era tal que la joven no se sintió cohibida y respondió con un grito: "Pues date prisa, tenemos que hablar". Se apoyó en la puerta de espaldas, esperando a que Jonás abriera.

Finalmente, Jonás abrió la puerta con el pelo mojado y la túnica ligeramente desabrochada. Salamandra entró apresuradamente, cerrando la puerta con un portazo. El joven mago se sentó en la cama, esperando a que ella hablara.

-"Primero dejas que el culpable de congelar a Fenris se vaya de rositas, luego no le impones ningún castigo, y encima me ocultas cosas", dijo ella en tono malhumorado.

-"Salamandra, ya has escuchado a Fenris. El chico no quería dañarlo, simplemente no sabe controlar sus poderes. He enviado a Paul para que le enseñe, ¿qué más se supone que debo hacer? ¿Castigar a alguien que ya tiene suficiente con sus inseguridades?"

-"Sí, sí, ya veo. Ahora Paul es tu apoyo, ¿no? Le mandas a hacerlo todo y le cuentas todo", dijo ella visiblemente molesta.

Jonás se puso en pie, dispuesto a tomar sus manos, pero ella se echó hacia atrás. 

-"No, Paul es un buen mago que está aquí para ayudar, pero ni le cuento todo ni nada. ¿Qué está pasando, Salamandra?"

-"Pues para contarle tus romances. Sí que le tienes confianza", dijo ella, cada vez más irritada.

-"¿Romances? El único romance que he tenido ha sido contigo. No entiendo de qué hablas."

-"¿Y esa chica de la Torre? Aquella a la que amaste un montón", continuó ella con creciente enojo.

-"¿Ah, eso? A ver, Salamandra, piensa en cuántas chicas ha habido en la Torre durante mi  época de aprendiz. ¿Con cuántas he mantenido un romance?", le miró con incredulidad.

En ese momento, ella se dio cuenta de a quién se refería y su enfado disminuyó un poco, aunque siguió hablando. -"Pero, ¿por qué le dijiste eso?"

-"Bueno, Paul me preguntó por mis romances, y tú me dijiste que aún no estabas lista para contarles a los demás sobre nosotros. Así que lo respeté."

-"Pero podrías no haberle dicho nada..."

-"Eso hubiera sonado raro y sospechoso, negar que nunca había sentido nada por nadie."

-"Podrías haberle dicho otra cosa..."

-"Sí, claro. 'Sí, estuve saliendo con Salamandra un tiempo y estaba súper enamorado de ella, pero me dejó por Fenris. Y aquí sigo, ¿pasa algo?'", dijo con tono irónico mientras se acercaba a ella.

Ella se relajó un poco, su enfado disminuyendo, y notó el pelo mojado de Jonás y uno de los botones de su túnica desabrochado. Se acercó cautelosamente y abrochó el botón, momento que él aprovechó para tomarla de la cintura y robarle un suave beso.

-"Vale, entiendo. No pasa nada, pero sigo molesta por algo", continuó ella.

Jonás suspiró un poco, pero la escuchó. -"Entiendo que el chico no controle su poder, pero creo que debe aprender las consecuencias de sus poderes y la importancia de controlarlos."

-"Vale, y por eso Paul le va a dar clases para controlar sus poderes. ¿Qué más sugieres, Salamandra?"

-"No sé, aprender a lavar los platos de la cocina", sugirió con una sonrisa irónica, pero al ver la mirada reprobatoria de Jonás, rectificó. "Vale, está bien, no lo sé..."

-"Deberías entenderlo, Salamandra. Tú posees el poder del fuego y no sabías controlarlo. Por suerte, nunca lastimaste a nadie, pero ¿no temías hacerlo?"

-"Sí, y todavía temo lastimar a la gente."

"Exacto. Ves, ya sé por qué no puedes hablar con él de manera calmada pero  Cuéntale tu experiencia y la importancia de controlar tus poderes."

Ella resopló, pero aceptó la propuesta. Jonás la abrazó fuertemente, acariciando su espalda suavemente mientras ella apoyaba su cabeza en su pecho. La tensión se disipó, dejando un momento de tranquilidad entre ellos.

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