Crónicas de la Torre 5: Salamandra y Jonás

Un recuentro en la Torre

Jonás se encontraba en un estado de mezcla entre nervios y anticipación mientras Conrado se acercaba a él con una sonrisa cálida y sincera.

—¡Jonás! —lo saludó Conrado mientras se acercaba para darle un abrazo—. ¿Cómo estás?

El abrazo de Conrado le dio una sensación de calma y familiaridad en medio de la incertidumbre. Sin embargo, la mente de Jonás estaba llena de dudas y preguntas sobre su situación actual.

—Estoy bien, Conrado. Pero necesito saber... ¿Qué ha sucedido? —preguntó Jonás, tratando de contener su ansiedad.

Conrado mostró comprensión ante la inquietud de Jonás.

—Aún no tenemos todas las respuestas. El consejo de magos te trajo aquí, pero no sabemos exactamente por qué. Seguro que pronto nos darán explicaciones. ¿Cómo te fue con las pruebas? Estábamos preocupados por ti.

Jonás reflexionó por un momento, dudando si podía confiar plenamente en Conrado o si su amigo también formaba parte de otra ilusión.

—Han sido pruebas muy desafiantes —confesó Jonás, pensando en la posibilidad de que Conrado ya conociera las respuestas a sus pruebas.

Conrado asintió, comprendiendo la reticencia de Jonás a compartir todos los detalles en ese momento. Quería asegurarse de que Jonás estuviera en un estado mental adecuado antes de ahondar más en el tema.

—Lo entiendo, Jonás. No te preocupes, descansa un poco. Seguro que pronto nos dirán lo que necesitamos saber.

Mientras Jonás y Conrado conversaban, la directora del consejo de magos, Elisa, entró en la habitación. Su presencia infundió una mezcla de nerviosismo y anticipación en Jonás.

—¡Buenas chicos! —saludó Elisa con una sonrisa, tratando de transmitir calma.

La tensión en la habitación era palpable mientras Jonás esperaba ansioso las palabras de Elisa. Ella se dirigió a Jonás directamente, reconociendo su valentía y habilidades en las pruebas.

—Has enfrentado las pruebas con una gran capacidad. Tanto tus habilidades como tu valentía, humanidad y constancia nos han sorprendido gratamente. Además, has superado el número de 18 pruebas —anunció Elisa.

Jonás sintió una mezcla de alivio y nerviosismo ante las palabras de la directora. La decisión que seguía pendiente lo tenía en vilo, y el gesto amigable de Conrado al posar su mano en su hombro fue reconfortante.

El momento culminante llegó cuando otro elfo avanzó con una túnica dorada, indicando que Jonás se había convertido en archimago. La emoción se desbordó en un abrazo entre Jonás y Conrado. Jonás sentía una mezcla de euforia y cansancio, pero sobre todo, una profunda satisfacción.

Conrado le dio la bienvenida al club de los archimagos con una sonrisa y unas palabras de felicitación, pero el asombro de Jonás se intensificó cuando Elisa habló de nuevo.

—Eres un gran mago, Jonás. Has superado todas las pruebas con éxito. —Las palabras de Elisa resonaron en su mente, llevándolo a un estado de incredulidad.

—¿Todas las pruebas? —preguntó Jonás con asombro—. ¿Pero no eran 20, como los pisos del ascensor?

Elisa soltó una risa genuina.

—No, Jonás. Eran 18 pruebas en total, y las has superado de manera excepcional. —La elfa confirmó con una sonrisa—. Felicidades, joven. Te deseo los mayores éxitos como archimago.

La incredulidad en Jonás fue reemplazada por una oleada de emoción y alegría. La tensión que había sentido durante las pruebas finalmente se disipó, y el peso de la incertidumbre fue reemplazado por un sentido de logro y realización. Conrado compartió su alegría, y en ese momento, Jonás se percató de que Salamandra, Fenris y Nawin no estaban presentes.