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Entré y me acerqué a ella, tomando mi teléfono.

- N... No debes usar el teléfono de tu jefe mientras no está... ¡Ni nunca! Si alguno de tus jefes anteriores te dio esa clase de libertades yo aún no te las doy... Y después de esto puede que nunca te las dé.

Sólo bajó su mirada sin ánimos de responderme con una de sus respuestas que me dejaban sin objeción. Llevé el celular a mi oído y escuché el silencio de Stefan. Estaba poniendo su máxima concentración en lo que pasaba al otro lado del teléfono.

- Y tú, mocoso... -Suspiré, no quería ser rudo con mi hermano, que en realidad no había hecho nada malo.- Ten por seguro que estarás en esa fiesta, pero creo que ya es hora de que saques tu licencia y le pidas a papá un auto. -Sonreí y escuché la emoción de su voz.-

- ¡Gracias, Grey! ¡Estoy seguro de que esta noche la vamos a pasar bien! Ponte tu mejor ropa, aquí vendrán muchas chicas con las que podrás...

- No, olvídate de mí. Yo sólo te llevo y ya. Luego hablamos, te lo prometo. Adiós.

Colgué y miré a Destiny. Se veía apenada, por primera vez en estas horas, y eso me incomodaba. Era pesado, lo reconozco, pero tampoco me gustaba herir a la gente. Me acerqué a ella, que terminaba de cerrar algunos cajones del escritorio y la tomé del brazo.

-Señor Grey, le prometo que no volverá a ocurrir esto. Y si cree que lo mejor es despedirme... -Suspiró y me miró a los ojos con sus ojos entristecidos.- Entenderé...

-Negué a todo lo que me dijo y metí mi mano libre al bolsillo.- Ten. -Le di un par de billetes. Nuevamente me di cuenta de que no la había soltado, así que lo hice.- ¿Por qué no vas a Starbucks y compras algo para ambos? Quizá lo que nos falta es algo de dulzura en la vida. -Le sonreí suavemente. Quizá ella misma estaba siendo muy dura consigo para mantener el trabajo, o en general en su vida, pero no me incumbía.-

Me miró. Primero confundida, luego alegre y asintió, yéndose, no sin antes despedirse.

- Gracias, señor. No se arrepentirá.

Pasamos el rato comiendo los roles de canela y bebiendo los capuchinos que había comprado y conversamos también. Solía ser muy egocéntrico al hablar de mí, pero eso no le importó, pues me escuchaba atentamente. Yo le pedía que me hablara de ella, pero no era mucho lo que podía sacarle.

Dieron las 7 y teníamos que habernos ido hace mucho. Yo actualmente no estaba trabajando a más de las 3 de la tarde (sí, en realidad nunca debía hacer mucho en esas cuatro paredes), así que le ofrecí llevarla. Me costó convencerla, pero accedió. Me dijo que iría a la casa de la mejor amiga de Stef finalmente, así que la pasé a dejar a casa de mis papás para que se arreglara con Stefan y luego fui a mi casa. Tenía que ir a la fiesta. Era definitivo.

A las 9 ya estaba más que listo. Hacía calor, así que llevaba una camiseta blanca, unos jeans negros y una chaqueta de mezclilla por si más tarde corría viento. Sólo tenía que esperar el llamado de Stefan, pero cuando sonó mi celular, no era un número que tuviese registrado en mi dispositivo, ¿quién llama a esta hora? Sólo contesté sin dar más vueltas.

- ¿Hola?

- ¿Señor Grey...?

-Sonreí con suavidad.- Fuera de la oficina sólo llámame Christian, o Grey, como lo quieras, Destiny.

Escuché unos murmullos de parte de ella y Stefan, luego volvió al teléfono.

- Grey. -Sentí que sus labios formaban una sonrisa al pronunciar mi apellido.- ¿Podrías venir a... recogernos, por favor?

Recogernos. Esa palabra siempre era causante de bromas entre amigos y mis hermanos, pero esta era una chica, no podía ser grosero con ella.

- Claro, en unos minutos estaré allá.

El Audi era el favorito de las chicas usualmente, pero esta vez quise usar uno que me gustara a mí, así que fui en el BMW y en un cuarto de hora estuve allá. Toqué la bocina y en un par de minutos salieron de casa y subieron al auto por la parte trasera. Ambos me saludaron amablemente.

- Hola, Chris. ¿Recuerdas dónde vive Hayley, cierto?

- ¿Crees que memorizo cada casa de cada uno de tus amigos? -Alcé una ceja mirándolo por el retrovisor, luego puse mi mirada al frente para ver el camino- Boulevard suite 105. Hayley Williams, una de tus amigas normales.

- ¿A qué te refieres con "normales"? -Preguntó Destiny-

- A que es una de las chicas con la que no me he metido, como tú. -Respondió Stefan por mí sin preocupación alguna. No se conversó mucho durante el camino-

Al momento de llegar vi bien cómo venía vestida la chica. Llevaba unas calzas de cuero con unos botines negros y una polera blanca de manga larga que decía Parental Advisor... o algo así, la había visto muy de moda últimamente.

- ¿Qué me ves, Christian? ¿No tienes que irte? -Dijo Destiny sin moverse y mirándome, como si posara a propósito para que no dejara de verla.-

- N... Nada. Vamos adentro.

- ¿Q...Qué? ¿Entonces sí venías a la fiesta? -Me miró sorprendida mientras caminaba tras mío. La verdad que ni Stefan lo imaginó al momento en que vi la sorpresa en él, pero no le tomó importancia.-

La noche pasó como cualquier otra fiesta. Muchas chicas, alcohol y música. Perreo con chicas lindas y otras pasadas de copas, y después un merecido descanso. En las fiestas todos éramos amigos, así que Hayley se topó en un momento conmigo mientras estaba recostado en uno de los sofás y me habló, algo fuerte por la música-

- ¡¿Christian?! ¡¿No quieres mejor ir a la habitación?! Ve a la de mis papás, para que nadie te moleste. Ellos están fuera de la ciudad, así que no hay problema.

Decidí que era lo mejor si no quería parecer un borracho más, aunque el licor ya comenzaba a hacerme efecto mientras subía las escaleras y caminaba hacia la habitación.

Me recosté en un costado de la gran cama, pero al momento de girarme para abarcar más espacio en la mullida superficie noté que no era el único en ella.

¿Destiny? Esto era mucha coincidencia... o quizá no...

- Tenía que ser Stefan... -Murmuré, provocando que la chica se revolviera en su lugar y se girara hacia mí y buscara mi calor. Esto tenía que parar. Seguramente me estaba confundiendo, estaría muy borracha como para saber con quién estaba... Quizá debía quedarme para que nadie se aprovechara de ella.
¿Y quién lo dice? Christian Grey.
Bufé. Si fuera otra chica quizá qué le estaría haciendo... Pero no. Sólo debía dejarla dormir...

- Chris... -Susurró mientras acariciaba mi pecho y acomodaba su rostro en él.-

¿Qué? Sabía que era yo, y más se acurrucaba en mí. Mordí mi labio. Si hacía algo con ella Stefan lo sabría, y no podía caer en su juego. Opté por cubrirnos con las cobijas y me dispuse a dormir, abrazándola para que no sintiera frío en esa noche que empezaba a refrescar al estar convirtiéndose en madrugada.

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