Traté siempre de darle lo mejor a mis hermanos, pero a pesar de eso hubo una ocasión en que no pude celebrar uno de sus cumpleaños, el quinto para ser exacto. A pesar de que eran tan pequeños, Ryan actuó maduramente, aunque Stefan jamás lo olvidó:
13 años atrás|Omnisciente
- ¡No nos puedes hacer esto! ¡¿Cómo es que te vas a casar?! ¿Tan rápido olvidaste a mamá?
- ¡Christian, no uses ese tono conmigo! Tengo derecho a rehacer mi vida cuándo y cómo me plazc...
- ¡Claro, y por eso tienes el derecho de olvidarte de tus hijos!
Era inútil discutir con Christian. Era un adolescente de 15 años que había perdido, hace tan sólo dos años, a su madre. Era una época difícil para la familia, sumando la crisis económica por la que estaban pasando debido a la crisis en la empresa del señor Grey.
- ¡Por que pienso en ustedes es que estoy haciendo esto! -Paró de alzar la voz. Notaba que de ese modo no se solucionaría nada. Suspiró y tomó asiento, miró a su hijo, esperando que hiciera lo mismo, pero al ver que no había reacción por parte del menor decidió proseguir desde aquel sofá largo color musgo.- Christian, comprende. Puede que te sientas mal, lo sé, yo también extraño a mamá pero... piensa en tus hermanos. Ellos... ellos necesitan una figura materna para poder crecer felices...
- ¡Claro, en esta casa todos piensan en todos... menos en mí! -El chico parecía ir al contrario de su padre, pues cada vez más su tono se elevaba, al igual que su ira y su sentimiento de soledad. Se sentía profundamente incomprendido, y eso lo hacía actuar a la defensiva.-
Su padre se puso de pie, introdujo una mano a su bolsillo derecho, verificando que tanto las llaves del auto como las del hogar estuviesen ahí. Suspiró pesadamente, dirigiéndose a la puerta para partir, y echó un último vistazo a su hijo, con un dejo de desilusión en la mirada.
- No, estás equivocado. Hay alguien aquí que sólo piensa en ti... y eres tú mismo.
Christian no supo qué responder. No había nada que responder. Sólo vio cómo su padre partía.
Los minutos y las horas pasaron, pero no había señal de que siquiera llegara a almorzar, así que decidió que lo mejor sería comunicar la mala noticia a sus pequeños hermanos, que llegarían a las 2:15 en el furgón escolar.
Después de una breve charla Ryan comprendió que ese día tendría que ser como cualquier otro. En realidad a él no le gustaban mucho las fiestas, así que no se sentía tan perjudicado... pero Stefan...
El pobre estuvo encerrado una semana en su habitación, y en ese tiempo no habló casi nada: Era como un fantasma triste y desolado que rondaba por la casa.
Él, al contrario que Ryan, adoraba las fiestas, el bullicio, el desorden, las grandes cantidades de regalos y la atención que recibía en ocasiones especiales como esta... pero nada de eso ocurrió aquel día, y fue como cuando las personas adquieren el miedo a las arañas, o a la obscuridad: El pequeño Stefan adquirió el miedo a la cancelación de fiestas. Sí, suena de cierta manera superficial, pero para él, esta era una de las situaciones que lo hacían sentir único, especial... pero tendría que esperar hasta la siguiente festividad para poder sentirse así.
Actualidad|Narra Christian
- Chris... Christian... yo... -Stefan no hallaba qué decir, cómo justificarse... se veía en sus ojos el miedo, el temor, las ganas de huir de la mirada reprobatoria que le estaba dando.-
- Stefan, está mal entrar a casas ajenas sin permiso: Eso se llama allanamiento de morada, ¿sabías? -Sonreí de lado, queriendo darle a entender que no estaba de malas. Él sabía que yo siempre le daría en el gusto, pero... quizá el ser pillado le nubló la mente.-
La cara de Stefan cambió por completo, regresó a su color natural, y volvió a tomar su actitud de fiestero triunfador. Se irguió, casi orgulloso de todo y todos los presentes, y esbozó una gran sonrisa, como si nada hubiese pasado. Llamó con la mano a una chica que se encontraba tomando ron desde la botella con nerviosismo. ¿Tanta tensión se había sentido en esos instantes?
- Chris, trata de no darme esa clase de sustos. -Dijo finalmente, seguido de un largo suspiro de alivio.-
Cuando la chica por fin llegó él le pasó su brazo por los hombros y le quitó la botella de las manos. No tenía idea desde cuándo había estado tomando, pero parecía que empezaba a tambalear, o quizá tenía frío, tanto por el frescor de la tarde como por sus provocativas y escasas ropas.
- Ella -Retomó- Es Caitlin, una de mis amigas. No sé qué le sucedió hoy... ella no suele ser así; lo prometo.
- Lo único que te advierto es que no limpio vómitos ni desórdenes post fiesta... -Sentí mi celular vibrar, así que no pude seguir con mi sermón habitual.- Espérame un momento...
Me alejé del círculo de Stef y vi quién llamaba: Era Katherine, así que contesté:
- ¡Kath! ¿Qué sucede?
- ¡Hola, Chris! Sabes, unas de las niñas a las que les doy clases, un par de gemelas, me cancelaron la clase de hoy: Al parecer ambas están con varicela. -Rió con suavidad, quizá sintiendo lástima por las pequeñas que perderían su clase semanal.- ¿Podría ir a tu casa ahora?
- ¡Cl... claro! Aunque me tendrás que disculpar por el ruido que habrá, pues mi hermano está realizando una de sus habituales fiestas. -Rodeé los ojos, sonriendo de lado.-
. ¡Pero si yo amo las fiestas! -Dijo, casi entusiasmada, y rió al momento, contagiándome.-
- Te mandaré la ubicación por WhatsApp, ¿sí? Te espero.
- De acuerdo. ¡Hasta luego!
Suspiré. Me hacía bien tener un apoyo del pasado, aunque también me recordaría cosas que he tratado, después de tantos años, mantener oculto en mi baúl interno. Eran... cosas difíciles, de adolescente, que, gracias a la poca presencia de mi padre, y la ausencia de mi madre, tuve que descubrir por mí mismo. No es el momento de revivirlo en mis pensamientos...
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FAKE
Teen FictionChristian Grey es conocido por ser un atractivo y adinerado escritor, con una vida envidiable. Pero no siempre fue así. Cuando sólo era un niño le arrebataron lo más preciado de su vida sin saber el porqué. Tuvo que fingir ser quien no era, y adapta...