Tiempo después
Destiny me había estado evadiendo últimamente, era raro que no me dejara ir a verla: Que si su mamá la visitó, que si tuvo que salir... En fin, nunca tenía tiempo para mí. Las únicas oportunidades que tenía de verla era en el trabajo, pero siempre estaba ocupada, ya que era la única secretaria, así que tenía que ayudarnos a Josh y a mí.
No le di importancia, seguramente estaba nerviosa porque se aproximaba su cumpleaños, y eso me tenía ansioso también. Quería hacer algo inolvidable para ella.
Llevábamos saliendo muy poco, pero para mí era muy importante hacerla dichosa, quizá porque al verla feliz yo también lo era.
Quedaba una semana para poder planear algo, así que tenía que pensar rápido. Por mientras, tenía que ir a casa de papá, me habían invitado a almorzar, y como hace tiempo no los veía no me pude negar.
No pude asistir al cumpleaños de Nina, no porque no quisiera... Bueno, quizás sí... No importa, la verdad. Justifiqué mi inasistencia en su momento, y ahora con un perfume y una giftcard se me podría perdonar, o al menos no me sacarían en cara que ellos siempre estaban para mí, y no así yo para ellos.
Como ahora ya no estaba usando ropa tan formal había guardado los trajes, las corbatas y los zapatos de vestir, pero al parecer se me había ido en ello mi chaqueta favorita. Si no era así no sé dónde estaría, no estaba por ninguna parte. Quizá Destiny se la habría llevado... Era la última alternativa que me quedaba.
Llamé a Destiny, pero el celular salía apagado. Daba igual, podía ir esta vez sin nada, tal vez papá o mis hermanos podrían prestarme algo.
Cuando salí de casa, a punto de subirme al BMW, recordé que quizá podría estar en el Audi.Esto pasa por tener tantos sitios diferentes para dejar cosas. –Dije presumidamente para mis adentros.– ¿Cómo no se me ocurrió buscar ahí antes?
Fui rápidamente a ver si estaba o no en lo cierto y, extrañamente, ahí se encontraba. No lograba recordar porqué, si siempre dejaba las chaquetas y abrigos en el perchero... Pero bueno, daba igual. Me la puse, pero sentí que tenía algo en los bolsillos.
Esperando que no fuera nada ilegal o ajeno lo saqué, y ahí recordé lo que era: Los recortes de periódicos que saqué de la caja fuerte de papá. Quise quedarme a leerlos por más tiempo, pero me estaba retrasando más, y tampoco era bueno hacer esperar cuando se tiene el estómago vacío.
Puse los papeles en la guantera y partí en el mismo auto. Al parecer ya se me estaba haciendo costumbre llegar tarde a todo.
Cuando llegué Nina estaba terminando de servir la comida, al parecer ya no aguantaban tener el exquisito pollo al horno frente a sus narices, sin siquiera poder probar algo que no fuese el aroma.
— Creo que a esta familia le falta un poco de fuerza de voluntad. –Dije mientras llegaba al comedor y pasaba a saludar a cada persona presente.–
— Y a ti te falta un reloj, Grey. –Dijo Stefan, irónicamente, lo que provocó una risa por parte de todos.–
— Bueno, para Christian una hora de retraso quizá no sea demasiado.
— Papá, no fue una hora, fueron como cuarenta minutos. –Rodeé los ojos mientras tomaba siento.–
— ¿Quieres decir entonces que estás a tiempo para la comida, hijo?
— Papá, ya deja a Christian. –Intervino Ryan. Al parecer papá no estaba de muy buen humor hoy.–
— Ryan tiene razón, querido. Todos esperamos a Chris para almorzar, y ya que está aquí hay que proseguir.
— Está bien, está bien, sólo porque tu comida es siempre deliciosa.
— Oigan, vine a comer, no a ver una película de romance. –Dije frunciendo el ceño y desviando la mirada.–
Papá sabía que no me gustaba verlo tan acaramelado con Nina, aunque fuese su esposa por más de quince años y todo eso... Simplemente no lograba acostumbrarme, y tampoco quería hacerlo.
Él no dijo nada, sólo besó la mejilla de la mujer y dejó que sirviera mi plato, para después tomar asiento frente a mí. Alcé la vista, y al ver el nuevo anillo de brillantes que tenía en su mano derecha recordé que tenía que entregarle sus regalos. Me limpié con la servilleta y me puse de pie para ir por ellos antes de que se me volviera a olvidar.
— Tengo que ir por algo, ahora ven...
— Christian, estamos en medio de la comida. –Me interrumpió papá.– Podrás ir después de que termines.
— Pero papá...
— Pero nada. ¿Puedes tomar asiento? –Dijo seriamente, a modo de terminar la discusión.–
— Oye, papá, yo ya casi acabo. –Dijo Stefan.– Podría ir yo por las cosas de Christian, si no les molesta.
¿Qué estaba haciendo Stefan? Siempre le daba la razón a papá. Bueno, quizá querría ver antes que nadie de qué se trataba lo que quería ir a buscar. Papá suspiró y desvió la mirada nuevamente a su plato, yo me miré con Stefan mientras él lentamente dejaba su asiento. Nadie decía nada, así que supusimos que no había problema.
— Busca una pequeña caja en la guantera y tráela. –Dije mientras tomaba asiento para seguir comiendo. Stefan llevaba apenas la mitad del plato, lo cual reforzaba mi idea de que era un niño metiche.– Ah, pero no antes husmeando por ahí. –Le ofrecí las llaves.–
— ¿Cuándo he hecho yo eso? –Dijo fingiendo inocencia con una sonrisa, me arrebató el llavero y partió corriendo como un chiquillo travieso.–
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FAKE
Teen FictionChristian Grey es conocido por ser un atractivo y adinerado escritor, con una vida envidiable. Pero no siempre fue así. Cuando sólo era un niño le arrebataron lo más preciado de su vida sin saber el porqué. Tuvo que fingir ser quien no era, y adapta...