Después de estar media hora buscando mis medias negras, las encontré en el segundo cajón de mi mesilla de noche. Me senté en el borde de mi cama, y estiré una pierna para ponerme la media. Al lado tenía la ropa que iba a llevar puesta: una camisa de manga larga color rosa como el algodón de azúcar, una falda negra como el azabache y de calzado unos zapatos que acababan en punta, de cordones. Cuando terminé de colocarme las medias, examiné el conjunto que iba a llevar. Iba arreglada, pero no provocativa. Supongo que le valdría y no se quejaría.
Me levanté para ponerme la falda que me quedaba un poco por encima de las rodillas. Era básica, con algo de vuelo. Tengo dos faldas más de ese tipo. La verdad es que me encantan. No solía llevarlas mucho, pero cuando se presentaba la ocasión, siempre las sacaba de mi armario. Luego desabroché los botones de la camisa y me la puse. Me miré en el espejo antes de calzarme los zapatos. Tampoco iba tan mal. Sería mejor ponerme otra cosa pero ya no me daba tiempo. Me puse los zapatos y fui a mi cuarto de baño.
Cogí mi lápiz de ojos negros y me hice una raya negra en el párpado inferior. Luego me maquillé el párpado superior con sombra marrón oscura, esa que resaltaba tanto con mis ojos celestes. Christina decía que me favorecía muchísimo, así que desde ese día, cuando había algo importante, me pintaba así.
Salí del cuarto de baño y cogí el bolso de mano que tenía encima de la cómoda. Era de color rosa, como mi blusa. Metí en él mi móvil, un gloss de brillo rojo y las llaves de casa.
Ese día conseguí convencer a mi madre de que se quedara en casa, aunque fuera en su habitación metida en la cama, ausente como de costumbre. Yo me encargué de prepararle la cena a Grace y le enseñé cómo calentarla en el microondas, ya que esta chica ni sabe cómo encenderlo. También le dije que no entrara en el cuarto de mamá, por muchas ganas que tuviera, pero que no era el momento correcto para verla. Creo que hubiera sido mejor encerrarla en su dormitorio y dejarle un plato de comida en el escritorio.
Antes de salir de mi habitación, me coloqué en la cabeza un lazo de tela rosa que se veía debajo de una redecilla negra. Me costó muy barato en una tienda que estaba de rebajas, y como era la última que quedaba, no tardé en comprarla.
Bajé las escaleras de mi casa rápido, para esperar a Niall sentada en el sofá. Prefería ir a abrir rápido a que Grace se me adelantara, a parte, no quería que me viera irme. Me senté, dejando la cabeza reposando en el respaldar y el brazo en el posabrazos. El asiento era de cuero. Costó más caro que uno que fuera de tela, pero era más fácil de limpiar y me ahorraba trabajo. Miré la hora en el reloj de pared que estaba arriba de la televisión. Quedaban dos minutos para las ocho, la hora a la que habíamos quedado, aunque yo no muy conforme. Empecé a cerrar los ojos porque ese día había dormido poco y mal, y cuando mis pestañas rozaban la parte superior de mis mejillas, tl timbre de casa sonó. Me levanté para ir a abrir la puerta principal, y ahí estaba Niall.
Se inclinó hacia mí, buscando mis labios. Giré mi cabeza hacia un lado y terminó besando mi mejilla. Resopló, no muy conforme por lo que había echo. Volvió a intentar jugar con mis labios, pero puse mi mano encima de los suyos y le empujé hacia atrás.
-No quiero salir contigo -le dije mientras cerraba la puerta de mi casa-, así que no me obligues a darte una cachetada, porque razones tengo.
Niall me miró el pecho. Iba a pegarle, pero me contuve porque quería saber qué iba a hacer. Agarró el primer botón de mi camisa y lo desabrochó, haciendo que se me viera el sujetador. Se dio la vuelta y me puse el botón tal y como estaba antes.
Empezó a caminar y yo le seguí. Niall iba delante de mí, cosa que me gustaba porque si veía la posibilidad de irme, podría; intentando que no se diera cuenta. Fuimos hasta su casa. Se dirigó hacia un coche que había en frente de esta. Supongo que sería suyo. Me llamó con la mano y fui hacia él. Niall abrió la puerta de copiloto, invitándome a entrar. Creo que no era buena idea estar en ese coche con él, pero no había otra opción. Niall y yo quedaríamos hoy, solo hoy, y por culpa de mi madre. Ya no tendría por qué verle más aunque fuera mi vecino. Él entró por el otro lado al coche, y arrancó para ir a donde fuéramos.
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Fight (terminada)
Fanfiction"Aunque tu vida sea muy oscura, alguien viene para iluminarla"