7# Eres mi Arcángel

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Narra Hayes

Mitad de la noche y todavía no había conseguido pegar ojo. Me levanté y caminé sigilosamente por el pasillo. Me acerqué a la puerta de la habitación de Shawn, estaba un poco abierta. Entré despacio, sin hacer ningún tipo de ruido y me subí con cuidado a su cama. Míralo, tan guapo... tan perfecto... tan... tan besable. Necesito besarle, tenerle, quiero que sea mío. ¿Y si lo beso? Un beso... no significaría nada, además, está dormido, no se tiene por qué enterar. Estaba en shorts y sin camiseta. Podría quedarme mirándolo toda la noche, es tan guapo...

Me acerqué con cuidado a él hasta que junté mis labios con los suyos. Empezó a mover los suyos por acto reflejo pero seguía dormido. Introduje mi lengua en su boca para jugar con la suya. Cada vez me excitaba más y más. Al moverme tanto, acabó por abrir los ojos. Me aparté de él rápidamente intentando que se volviese a dormir.

-Ha-Hayes...- volvió a cerrar los ojos, parecía que hablaba en sueños.

-Ha-Hayes yo...- le acaricié la cara con delicadeza, era tan lindo.

-Hayes yo... yo... te quiero...- Creí que me daba algo, el corazón me empezó a latir fuertemente. No pude evitar volver a besarle y éste volvió a abrir los ojos.

-Shawn... eh... yo...- Me hizo callar poniéndome un dedo en los labios.

-Shh... Hayes, bésame. Quiero Ser tuyo esta noche.

No sabia si estaba soñando o no, mi corazón latía fuertemente. Me lancé a sus labios a lo que él me correspondió el beso. Notaba cómo me excitaba y como él lo hacía. Nos miramos a los ojos. Me perdía en la profundidad de sus ojos castaños, notaba cómo el tiempo se paraba a mi favor. Me agarró del pelo fundiendo otra vez sus labios con los míos con total pasión. Sentía que su lengua buscaba la mía y que, cuando se encontraban, jugaban formando una perfecta sintonía y un ritmo perfecto. Esta noche era mío y sólo mío. Está completamente sometido a mí y eso hacia que me pusiese más loco todavía. Comencé a bajar por su pecho. A besarlo, notando como todos y cada uno de sus músculos se tensaban a mi paso.

-Hayes, no sé cómo he podido negarte algo que ha sido cierto todo el tiempo. Te quiero Hayes, te quiero...-

Sus palabras eran dulce melodía para mis oídos. Continué bajando por sus abdominales hasta llegar a la goma de sus shorts. Pasé mis labios por encima de ellos hasta que acabé por quitárselos. Era la primera vez, el instinto lo hace todo. Empecé agarrandolo y pasando mi lengua por la punta mientras le escuchaba algún gemido de placer que hacía que me excitase aún más. Empecé a marcar el ritmo intentando introducir lo máximo en mi boca. Dejé que me sujetase la cabeza y llevase él la intensidad. Notaba completamente el cómo pasaba completamente por mi lengua y que de vez en cuando tocaba mi garganta y aunque no era muy agradable, era soportable. Se levantó y me tumbó en la cama. Me quitó mis boxers y puso mis manos en su cabeza, lo sujeté del pelo y empecé por un ritmo suave intensificándolo a cada segundo que pasaba. No sabía el placer que ésto producía. Lo que antes no me resultaba agradable, ahora me encantaba. Notar como rozaba con su garganta me producía un placer casi indescriptible. Lo aparté de mí antes de acabar la noche con mi orgasmo. Se acercó a mí y me besó. Abrió uno de los cajones y sacó un preservativo, lo abrió con los dientes, se lo colocó en los labios y me lo puso con la boca. Me dejó sentado mientras el se colocaba encima mía introduciendolo poco a poco. Se movía de arriba a abajo suavemente. Ambos gemíamos de placer y él un poco de dolor lo cual cesó pronto. No soy capaz de describir el cómo me siento. Se levantó y se colocó para que yo siguiese con el trabajo. Lo agarré de la cintura y lo introduje despacio para no hacerle daño.

-Hayes... dale...-

Comencé a acelerar el ritmo a medida que aumentaba el placer de aquella situación. En cada embestida podía ver su cara retorciéndose de placer. Sus manos se aferraban a mi espalda, me arañaban pero incluso me gustaba. Lo besé mientras llegaba al máximo ritmo al que podía llegar. A punto de llegar al orgasmo me empujó quitandome el preservativo y tumbandome sobre la cama. Empezó a masturbarme fuertemente y yo a él hasta que cada uno pudo catar la esencia del otro. Me encantaba. No había pasado mejor noche en mi vida.

-Shawn te quiero...-

-Hayes... Hayes... ¡Hayes!- gritó Shawn y me sobresalté.- ¿Quieres levantarte ya? Son las 12 de la mañana, llevas toda la mañana durmiendo.

-¿Qué? ¿Durmiendo? Pero... tú... y yo...-

-Tú y yo, ¿qué?-

-Nada... nada...- mi frustración en ese momento fue una de las mayores que haya podido tener en mi vida. Lo conseguiré...

Sólo dos palabras 2 [Shameron]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora