Capítulo 13

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-Bueno bueno, relájate- me empiezo a reír- ahora, a dormir, que estoy reventada.

Dicho esto, nos metemos cada una en nuestra cama.

-Buenas noches.

-Igual.- me contesta Ever y apaga la luz.

******

Suena mi alarma, como todos los días y me dirijo a la ducha.

Cuando termino de ducharme, Ever ya se ha ido y me empiezo a vestir. Hoy, escojo un jersey blanco y unos jeans baqueros.

Cuando termino de vestirme, salgo corriendo de la habitación, hacia mi primera clase.

******

Son las ocho, y me encuentro buscando el libro de literatura en mi taquilla.

-Hola, Nathaly.- me sorprende Ivy agarrándome por la cadera.

-Hola.- digo sin apartar la mirada de mi taquilla.

-Donde coño estará el maldito libro.- pienso exasperada.

-¿Te encuentras bien?- me pregunta.

-Si, perdona, es que no encuentro el libro de literatura.- suspiro

Cierro la taquilla de un golpe y le doy un abrazo a Ivy, esta me lo devuelve.

-Si quieres, te puedo prestar el mío.

-Ooh, dios, ¿de verdad?- asiente y la abrazo muy fuerte- graciasss.

-Estas boba.

-Puede ser.

Ivy abre su taquilla, que está dos más adelante que la mía, coge el libro y me lo da, yo sonrío y voy a decirla algo pero la campana me interrumpe.

-Bueno me voy a clase.- me dice.

-Yo, también, adiós.- muevo la mano a los lados para despedirme y sonrío.

-Adiós- ella hace lo mismo.

Corro por el pasillo hasta mi clase, ya que como no, volvía a llegar tarde a una clase más. Cuando llego, esta la puerta cerrada, toco la puerta y la abro.

-¿Se puede?- digo avergonzada.

-Señorita Brooks, es la cuarta vez que llega tarde.- me dice y asiento- Estoy obligado a castigarla después de las clases. La espero en la sala de castigo a las cuatro- hace una pausa- y espero que no llegue tarde.- Yo asiento y este, me indica que me siente.

Perfecto, una hora de mi vida, desperdiciada, en estar sentada, castigada y encima delante del Pit Bull este...

******

Las demás clases, por suerte no se me hicieron infinitas y lo mejor de todo, es que no me han castigado otra hora más, solo me han castigado, otras tres más, ¡¿Por qué a míííí?! Solo me sonó el móvil en medio de clase, porque la muy lista de mi madre, decidió llamarme, ¿Es qué no sabe, que a esa hora tenía clase? Y la otra fue porque me despisté en el laboratorio y casi hago que explote la universidad entera.

Ahora me voy a comer, para tener fuerzas para aguantar al profesor de literatura, que es el encargado de quedarse con los castigados, las horas que sean, vamos, una diversión...

Entro en la cafetería, me siento en una banqueta enfrente de la barra y pido un sándwich de jamón y queso.

********

Después de terminar de comer el sándwich, me voy al castigo. Soy consciente de que llego cinco minutos antes, pero es que el gilipollas del profesor, es capaz de añadirme una hora más, si llego un mili segundo tarde.

Entro en el aula y ahí esta el Pit Bull, con exámenes sobre la mesa y una pila de libros de lectura, -si es que, este señor, no pierde el tiempo...-.

-Buenas tardes.- le digo educadamente, igual, con suerte, me quita una hora de castigo, si le hago la pelota, pero lo veo difícil. Él me mira y vuelve a corregir los exámenes. Que majo ¿no?.

Dejo caer la mochila, en un pupitre, en la segunda fila y me siento.

Han pasado tres minutos y parecen tres siglos, así que, decido hablar con el profesor.

-¿Qué guapo ha venido hoy no?- me mira serio y yo le sonrío.

Como no me dice nada, lo intento otra vez.

-Que aplicado es usted ¿no?- me mira y vuelve a bajar la cabeza.- ¿No le cansa trabajar tanto?

Levanta la cabeza serio y me apunta con el dedo, por fin se digna a hablarme, ya era hora, porque era como si hablase con las paredes... Seta... que es un seta.

-Mire señorita, la única que me cansa es usted, así que cierre la boca o le añado otras tres horas. Ahora, saque un libro, y póngase a hacer algo.-

Wow, que hombre tan asqueroso y borde... Decido callarme, ya que no quería que me añadiese horas y me pongo a dibujar.

20 minutos más tarde...

Tocan a la puerta pero paso de mirar quien es, seguro que es otro macarra de estos.

-Perdone, no quería llegar tarde.- le pide disculpas, una voz masculina bastante conocida.

-Mierda.- mascullo muy bajo y me tranquilizo intentando pensar que hay muchos chicos en el instituto y no tiene por que ser él.

-Pues ya lo ha hecho, como castigo, se quedará en mi compañía, otra hora más.- le contesta el profesor, serio.

-Ooh, venga ya.- dice el chico indignado.

-¿Quiere dos horas más?-

-No, no.- dice el chico.

Qué duro es este hombre, ¿No podría tener, un mínimo de compasión, con los alumnos?

Simplemente él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora