Steph en multimedia.Ella.
Me desperté sobresaltada al oír los gritos de Steph. Me levanté corriendo y fui a su encuentro.
-¿Qué ocurre? -pregunté preocupada. Ella rió al ver mi expresión.
-Voy a ayudar a papa con el sofá. Es lo único que falta por meter en casa, y él solo no puede. ¿Vienes?
-Claro. -contesté más tranquila. Bajamos las escaleras y encontré a mamá preparando la comida. -Mmm...que bien huele eso. -Mama se giró sonriente.
-Gracias cielo. -dijo. Y le devolví la sonrisa.
Steph ya había salido fuera y yo no tardé en hacerlo para encontrarme cara a cara con un chico rubio de ojos miel, el cual nos examinó con la mirada a ambas y paró al encontrarse con mis ojos.
No aparté la mirada. Mi padre siempre decía que eso era signo de debilidad. Aunque por alguna razón sus ojos me transmitían tranquilidad y confianza. Steph me pegó un codazo.
-Auch -dije quejándome y rompiendo la conexión con el chico. Steph me miró alzando las cejas repetidamente. -De ninguna manera. -dije seria.
Oí al chico rubio reír levemente por lo bajo. Parecía que le divertía la situación. Tenía una risa...peculiar. Casi me dieron ganas de sonreír, casi.
-Muchacho. -habló papá dirigiéndose hacia el chico. -Estas son mis dos hijas, mi esposa está dentro, no se si saldrá, pero la conocerás pronto. -Hizo una pausa y prosiguió. -Chicas. -dijo dirigiéndose a nosotras. -Él es Jacob, el vecino de al lado.
-Hola. -volví a la realidad cuando mi hermana se presentó. -Soy Stephany, aunque si quieres me puedes llamar Steph. -añadió con una sonrisa en la cara mirando al chico rubio.
-Jacob, encantado. -dijo el chico rubio estrechándole la mano. Después volvió a posar sus oscuros ojos en mi, por lo que entendí que era el momento de presentarme.
-Yo...yo soy Bethany, su hermana. -dije algo nerviosa señalando a Steph con la cabeza. -Encantada. -añadí un poco más calmada mirándole. Él sonrió de nuevo. Algo incómodo por lo que pude observar.
-Esto...es para vosotros...emm...-empezó a decir ¿nervioso y titubeando? Extendió una pequeña caja de bombones. -los ha comprado mi madre. Quería que os sintiéseis a gusto vuestro primer día aquí. -Esto último lo había dicho algo más rápido. Sonreí aún mirándolo fijamente. Al final fue él quien tuvo que bajar la mirada. Como siempre.
Todo el mundo lo hacía cuando les miraba así. Mi madre nos enseñó a Steph y a mi a intimidar con la mirada desde pequeñas. Sonreí para mí al recordar ese pequeño instante.
-Wow, gracias. -dije cogiendo la pequeña cajita con fingido entusiasmo. No me hacía gracia tener un vecino como él. Seguro que era de los que se emborrachaba y hacía fiestas ruidosas. Solo había que verle la ropa para saberlo. Al coger la cajita rozé sin querer mis dedos con su mano por lo que él volvió a alzar la vista mirándome. Me aparté rápido, tal vez demasiado, con una sonrisa nerviosa en mi rostro. -Tu madre debe de ser una mujer encantadora. -añadí para intentar calmar los nervios.
Y debía serlo pues era la única vecina que se había molestado en darnos la bienvenida.
-Si...ya la conoceréis. Ella no ha podido venir porque estaba haciendo la comida. Lo que me recuerda que debería irme. -dijo ahora mirando a mi padre. -Lo siento Señor George.
-No te preocupes Jacob, entre Beth y Steph podremos cargarlo. Pero gracias por tu ayuda. Ah, y llámame James.
-¿James?
-Si, me llamo James George Williams. La gente cercana me llama James. Y me da la impresión de que tú estarás pronto en ese montón. -dijo papá mirándome divertido. Abrí los ojos como platos. ¿Qué significaba que pronto él estaría en ese montón? Capté su indirecta apartando la mirada nerviosa. Pronto noté como mi cara se teñía de rojo. -Gracias de nuevo Jacob.
-No hay porqué darlas. -dijo él sonriendo. -Que pasen un buen día.
-Gracias. -respondimos los tres al unísono. Reí. Cuando ya se había dado la vuelta añadí:
-Ah y Jacob...-él se giró para mirarme. -dale las gracias a tu madre de mi parte. -Sonreí.
-Tranquila, lo haré en cuanto llegue. -respondió aún sonriendo, y ahora sí definitivamente se volvió para dirigirse a su casa.
Tenía muchas ganas de conocer a su madre. Seguro que haría buenas migas con la mía. Y yo tal vez podría volver a ver a Jacob... Ay no, creo que había algo en la alfombra que me afectó.
Ayudé a Steph y a mi padre a meter el sofá en casa y a acomodarlo en el comedor. Después comimos junto con mamá. Quizás después de todo no había sido tan mala idea mudarse ¿no?
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Editado
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La Pelirroja de mi Vecina
ActionGANADORA DEL PRIMER PUESTO EN LOS #PremiosParaTi en la categoría de ACCIÓN. Beth, una chica como muchas otras, se ve obligada a mudarse dado que su padre ha sido trasladado de trabajo para llevar un caso policial en la ciudad de Los Ángeles. ¿Lo bue...