12| Despertar, de juicio, Billy's y miedos

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Me desperté sobresaltada. Había tenido un mal sueño. Intenté levantarme pero algo, o mas bien alguien me tenía cogida de la cintura. Me di la vuelta para encontrarme con un Jacob dormido. Sonreí.

Nuestros rostros estaban a pocos centímetros. Rocé ligeramente mi nariz con la suya. Él se estremeció por el contacto y murmuró algo apenas audible.

Poco a poco fue abriendo sus ojos encontrándose con los míos.

-Buenos días. -dijo con voz ronca.

-Hola. -dije con una estúpida sonrisa en mi rostro acurrucándome entre sus brazos. Él me envolvió en un suave abrazo. De alguna forma con él me sentía protegida. Y eso me gustaba.

-¿Qué tal dormiste? -preguntó él risueño.

-Bien ¿y tu?

-Muy bien contigo a mi lado. -dijo, y me tensé. Me separé de él para mirarlo a la cara. Sonreía burlón. Estúpido vecino...

-Si, eres muy cómodo como almohada. -dije siguiéndole el rollo. Él rió acercándose rozando su nariz con la mía. Demasiado cerca...Me escabullí sonriendo y volviendo a esconder mi cabeza en su pecho. -¿Te apetece desayunar?

-Ajá... -respondió él a mi pregunta de manera casi inaudible.

-Pues mueve el culo, la cocina está a mano derecha. Y de paso hazme el desayuno a mi también.

-Ja, ja. Muy lista. -al parecer el idiota no pensaba moverse de allí. O por lo menos, no estaba en sus planes. Así que me levanté del sofá y me dirigí a la cocina.

-Fannullone -dije la primera palabra que me vino a la cabeza.

-¿Qué significa eso? -preguntó él desde el sofá.

-Es vago en italiano. -expliqué. -Lo aprendí el verano pasado cuando fui a Italia a ver a mi tiabuela. Era lo único que decía cuando se dirigía a mi. -me encogí de hombros.

-Puedo imaginarme por qué. -escuché desde el salón. Puse los ojos en blanco. Saqué la leche de la nevera y me di la vuelta encontrándome cara a cara con Jacob. Me sobresalté. ¿Cómo había llegado ahí tan rápido? ¿Y cómo es que no le había escuchado? ¿Acaso es un ninja? Se acercó invadiendo mi espacio personal y cogiéndome de la cintura atrayéndome hacia él. Poco a poco nuestras caras volvieron a estar a centímetros. En esos momentos rogaba que alguien apareciera por la sala interrumpiendo el "romántico" momento, como solía pasar en las películas siempre que los personajes principales iban a darse su primer beso.

-Buenos días chicos. -dijo mi madre apoyada en la puerta de la cocina. Me sobresalté un poco, no me lo esperaba. Mis plegarias fueron escuchadas. Empujé a Jacob con fuerza e intenté disimular, aunque sabía que ella ya nos había visto. -¿Interrumpo algo? -Puse los ojos en blanco y sonreí. Noup, me acabas de salvar de un posible beso con el idiota del vecino. Mil gracias.

-N-no, nada señora Williams. -dijo Jacob rascándose la cabeza nervioso. Era muy tierno.

Mi madre sonrió burlona. -¿Vais a desayunar?

-Sí. -dije cogiendo un vaso de uno de los armarios y los cereales de otro.

-Hacedme una taza de café. Estaré en el comedor esperando. -dijo mi madre guiñándome un ojo. Yo los puse en blanco de nuevo y me puse manos a la obra con el desayuno. Jacob puso la mesa e hizo su desayuno y el de Steph. Yo, por mi parte,  preparé el de mamá y el mio.

 La Pelirroja de mi VecinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora