11| Respuestas y lo siento

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Había llamado a Jacob unas cincuenta veces, pero me seguía saltando el contestador. Estaba empezando a ponerme de los nervios.

La pantalla del teléfono se iluminó mostrando a una Ev sonriente. Hall of Fame empezó a sonar por toda mi habitación. Lo cogí al instante.

-¿Ev?

-Hola Bethany, han cogido a un sospechoso del caso que llevaba tu padre. Lo van a interrogar. Pensé que querrías estar informada.

-Gracias Ev, voy para allá.

-No p...-dijo, pero yo ya había colgado y había salido de casa corriendo. Era hora de que hiciera algo más que llorar.

Fui a la parada de autobús más cercana, y en cuestión de minutos ya estaba subiendo por el ascensor del edificio de policía. Nada más abrirse las puertas vi a Ev y me dirigí hacia ella.

-¿Dónde está? -pregunté impaciente.

-Bethany, no puedes entrar ahí dentro. -no la escuché y seguí caminando. Ahora nada mas me importaba. Si tenían una pista o a alguien que quizás supiera quien había asesinado a mi padre, movería tierra y cielo para saberlo.

-Señorita, ahí solo puede entrar el personal autorizado. -dijo un agente cogiéndome del brazo cuando pasé por su lado.

-Soy la hija del agente Williams, por lo que estoy autorizada para entrar ahí dentro ahora que él ya no está.

-Me temo que no señorita.-prosiguió el agente. -El caso ha sido reasignado. -ese hombre estaba haciendo que perdiera la paciencia.

-¿Sabe qué? Me da igual. Pienso entrar ahí me deje o no. Ese hombre es la única pista que tenemos para encontrar al asesino de mi padre así que o se aparta de mi camino, o le aparto yo. -dije firme con voz autoritaria soltándome de su agarre y apartándolo a un lado. Para mi sorpresa no opuso resistencia. Así que dirijí hacia mi objetivo: la sala de interrogatorios.

-¡Beth, no puedes entrar! -oí a Ev gritar a mis espaldas, pero no la hice caso y entré en la sala. El jefe de policía y el señor Key observaban desde fuera como otro policía interrogaba al sospechoso. Me miraron confusos.

-Señorita Williams, usted no debería estar aquí. -habló el jefe de policía.

-Mi padre no pudo terminar su trabajo, señor. Por si lo ha olvidado, lo asesinaron hace cinco días. Y quien sea que esté detrás de este tío... -dije señalando al otro lado del cristal, donde se encontraba el sospechoso. -...es el culpable de su muerte y quizás el cerebro de la operación de blanqueo de capitales que mi padre investigaba. En California trabajé con él en varios casos, sé como va esto. -En ese momento el agente que estaba interrogando al sospechoso salió de la sala.

-Quiere un abogado. -dijo y bufo frustrado. -No va ha hablar.

-Eso ya lo veremos -dije yo cogiendo la carpeta que tenía en sus manos la cual supongo que tendría información sobre el sospechoso. Entré en la sala sin importarme las quejas del señor Key y el jefe de policía. Me senté en frente del sospechoso el cual tenía las manos atadas a la silla con esposas.

-Vaya, ¿ahora reclutan niñas? ¿Me vas a pegar? -dijo burlón. -¿Qué es lo próximo? ¿Uniformes rosas?

-Nunca le diga a un soldado que no conoce el precio la guerra. Así que cierre la boca. -dije seria. Él sonrió con suficiencia.

-Tú intenta hacerte la dura, pero ya se lo he dicho a tu compañero, no voy a hablar.

-Bien -dije. -entonces hablaré yo. -Leí la información que tenía la carpeta. No había nada interesante que pudiera sorprenderlo para que empezara a hablar. Tiré la carpeta al suelo no sin antes mirar el nombre del interrogado. Esa acción provocó que el sospechoso se sobresaltara. Sonreí al ver que había captado su atención y me levanté de la silla para observarlo mejor.

 La Pelirroja de mi VecinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora