23| Traición

104 8 1
                                    

Hace pocos minutos había recibido una llamada de Ev con noticias sobre los resultados del análisis

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hace pocos minutos había recibido una llamada de Ev con noticias sobre los resultados del análisis. Al parecer Frank era más listo de lo que creíamos. Mediante una burbuja de aire le había causado a nuestro primer sospechoso una embolia cerebral. La hemorragia se había extendido con demasiada rapidez como para pararla, lo que había causado su muerte inmediata. También me había dicho que Noa y Jacob habían ido a ayudarla. Y que más tarde se habían sumado Marcos y las gemelas. Al parecer, Kath se había pasado con los dulces y se había empachado, por lo que tuvo que volver a casa. Me alegraba contar con la ayuda de los demás. La verdad no se qué haría sin estos chicos.

Ahora tras salir desde la casa hasta nuestro próximo destino y dejar a un grupo de científicos a cargo por si encontraban algo, estábamos a tres manzanas del edificio donde se suponía que se había escondido el sospechoso.

-Jefa, las cámaras muestran al sujeto adentrándose en el edificio. -me había dicho uno de los hombres que estaba a cargo en la sala de control minutos antes.

Adam se había hecho cargo del grupo de Evelyn. Veía a algunos de nuestros hombres y mujeres nerviosos por lo que fuera a pasar. Sabían, ahora que Ivanov había muerto, de lo que de verdad era capaz de hacer Frank. Podía sentir la tensión en el ambiente. También el miedo. Pero ellos no eran los únicos que estaban intimidados. Yo también estaba asustada, realmente asustada, pero sería capaz de seguir adelante para encerrar a aquel tipo. Ya no merecía la pena siquiera mencionar su nombre. No después de lo que había hecho.

Salimos de los furgones. Mi equipo necesitaba ánimos, sino, no podrían seguir adelante. Llamé su atención subiéndome en el capó de uno de los furgones.

-Quiero que sepan, que los admiro...-empecé. -de verdad que lo hago. Todos sabemos a qué nos enfrentamos, pero sé que si estamos unidos podremos con ello. Aún así, os prometo que no seréis juzgados si decidís abandonar ahora. Si tenéis miedo o teméis por vuestra vida, o por la de vuestra familia, quiero que sepan que pueden irse. No quiero que estén aquí por obligación, quiero que estén aquí para vengar la muerte de uno de nuestros agentes. -señalé en dirección al edificio. -para meter a ese tipo entre rejas. Ésta es vuestra oportunidad para abandonar, o para demostrar lo que valéis. -finalicé. -Bien, ¿quien está conmigo? -Hubo varios hombres que se retiraron murmurando un 'lo siento'. Los entendía, ellos querían volver a casa con su familia, con su esposa e hijos, y si morían no podrían hacerlo. Pero la mayoría se quedó, con sonrisas en sus rostros. Miré a Adam, que me miraba orgulloso. -Adelante. -dije bajando del capó. La mayoría me dio las gracias por el alentador discurso, otros sin embargo, solo sonreían.

Ya preparados con nuestros chalecos antibalas y armas en sus respectivas fundas,  nos dispusimos a recorrer las calles que nos separaban del edificio. Adam me dio un walkie-talkie y un transmisor para poder comunicarnos mientras que estuviéramos dentro del edificio. Me coloqué el transmisor en el oído y el walkie-talkie en mi cinturón junto a mi P-418.

 La Pelirroja de mi VecinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora