6| Tarde tranquila, Ella y mamá curiosa

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Él.

Después de comer con mi madre me quedé dormido en el sofá mientras veía un documental sobre la vida marina. Aburrido...

Cuando me desperté eran las siete de la tarde por lo que me levanté de la cama y decidí ir a dar un paseo a un parque cercano. Mamá me había dejado una nota en la nevera diciendo que estaría en una reunión con sus amigas del barrio y que llegaría tarde a casa. Cogí uno de mis libros favoritos, 'Matar a un ruiseñor' de Harper Lee.
Mi madre me lo había comprado cuando era niño. Ese libro fue el causante de que me empezara a gustar leer. Siempre yendo de biblioteca en biblioteca leyendo todos libros que me llamaban la atención, desde poesía hasta novelas e historias de terror. No hay muchas personas que sepan que me gusta la lectura. Actualmente creo que solo lo saben mi madre, Marco, mi mejor amigo y Noa, mi mejor amiga, a la que también le apasionaba la lectura. Al salir de mi casa decidí ir en moto. Abrí el pequeño 'maletero', saqué uno de mis cascos y metí el libro. En diez minutos ya estaba dejando la moto en un aparcamiento cerca del parque. Volví a meter el casco en su sitio y saqué el libro. Me adentré en el parque y decidí ponerme debajo de un árbol a la sombra. Estuve leyendo hasta que empezó a oscurecer. Me entró una llamada de mi madre. Contesté a la llamada de inmediato.

-¿Mamá?

-Jacob, gracias a Dios. ¿Dónde estás? He llegado a casa y no estabas ni tu ni la moto. Ya sabes que no me gusta que montes en ese trasto. -dijo ella. Se la notaba preocupada.

-Creí que llegarías a casa tarde. Y no llames trasto a mi bebé.

-Terminamos la reunión antes de tiempo. ¿Donde estás? -dijo ignorando mi último comentario.

-Vine al parque para leer un poco. Pero no te preocupes ya voy para casa.

-De acuerdo cielo. Te espero aquí. -dijo y finalizó la llamada. Aunque parezca que no, mi madre se preocupa mucho por mi. Nos tenemos el uno al otro desde que papá nos abandonó. Aparto corriendo de mi mente esos pensamientos pues a lo lejos veo una melena pelirroja que me resulta familiar. Sé perfectamente que es Bethany, y parece inquieta. Me acerqué a ella escondiéndome entre las sombras. ¿Estaba hablando sola?

-¿Beth? -pregunté para confirmar lo obvio. Ella pegó un grito y saltó sobresaltada.

-¡No tengo dinero! ¡Llévate mi móvil, es lo único que tengo! Pero por favor no me hagas daño  -suplicó entre sollozos, lo que me hizo reír.

-No voy ha hacerte daño. -dije saliendo de entre las sombras con las manos en alto. Ella pareció reconocerme.

-¿Jacob? -dijo sorprendida. Sonreí. -¿Eres el vecino verdad? - yo asentí.

-¿Te asusté? -pregunté con cierta burla.

-¿Qué? ¿A mi? No, para nada. -dijo ella. No se si se habrá dado cuanta, pero a la pobre no se le daba muy bien mentir.

 La Pelirroja de mi VecinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora