16| Convenciendo a Noa y Jacob preocupado.

175 15 12
                                    


Evelyn en multimedia.

-¿Qué? -preguntó Noa confundida.

-¿Te gustaría trabajar como hacker para el FBI? - pregunté de nuevo.

-No, si ya te he oído. Quiero decir...¿en serio?

-Claro, ¿por que bromearía?

-No se...

-Mira, necesitamos que un hacker recupere información fundamental sobre el caso que estoy investigando. Y ¿qué mejor que tu para el puesto? Jacob dijo que eras buena.

-Bueno, no soy tan buena...Jacob exageró un poco. -dijo con la vista en la carretera.

-No me lo creo. Venga Noa...-dije insistiendo. -Trabajaremos las dos juntas después de clase. Además, me vendría bien trabajar con una cara conocida aparte de la de Ev.

-¿Sabe esto tu jefe?

-No, pero accederá si eso ayuda a resolver el caso. -ella apartó la mirada de la carretera. -Venga Noa... -dije suplicante y puse mi mejor cara de cachorrito. 

-Esta bien. -dijo accediendo. 

-¡Si! -dije abrazándola fuerte.

-¡Aparta tus sucias manos de mi, has tocado un cadáver, vamos a chocar! -dijo revolviéndose en el asiento. La solté riendo.

-Te llevarás bien con Evelyn, es un amor. -estaba entusiasmada de que hubiera accedido. -Y tiene un armario lleno de botes de Nutella. -dije bajando la voz como si algún otro ser nos fuera oír. Ella rió.

-Eres rara.

Aparcó el coche cuando llegamos a mi casa. Había alguien esperándome en las escaleras de la entrada. 

-Tu novio te espera. -comentó Noa cuando el motor dejó de sonar. -Parece preocupado. -puse los ojos en blanco. ¿Porqué todo el mundo pensaba lo mismo? Solo éramos amigos...

-No es mi novio. -dije con fingida molestia.

-Claro, y yo soy un tributo que debe elegir entre cinco facciones para salir del laberinto y llegar a Narnia. -solté una carcajada.

-Creo que has mezclado las cosas. 

-Si, un poco. Anda ve. -sonreí y salí del coche.

-Tobias Eaton es mio muggle. -dije antes de cerrar la puerta y dirigirme a casa. Oí reír a Noa a mis espaldas seguida del sonido del motor y de los neumáticos contra el asfalto alejándose del lugar.

Me acerqué a Jacob despacio. Él se levantó de su sitio y vino a mi encuentro.

-¿Dónde estabas? Te he llamado unas treinta veces. Estábamos preocupados.

-¿Estábamos?

-Si. Le dije a tu madre y a tu hermana que se acostaran. Estaban demasiado cansadas. ¿Por qué no me cogiste el teléfono?

-¿Qué? No lo escuché. -dije urgando en mis bolsillos en busca del teléfono. -Mierda, se debió caer en el callejón. -dije en un susurro. Pero él pareció escucharlo.

-¿En un callejón? Beth, ¿dónde has estado? -preguntó inquieto.

-Se hizo tarde y vine andando. Unos tipos me siguieron hasta un callejón sin salida. Si no hubiera sido por Noa yo...

-¿¡Qué!? ¿Te hicieron daño? -dijo agarrándome de la barbilla y revisando mi rostro. Sonreí.

-Baja la voz. -dije tapándole la boca con una mano. -No pasó nada. Estaba controlado. -mentí. Pero mentí por su bien. No quería que se preocupara. 

 La Pelirroja de mi VecinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora