7| Visita por la ciudad y ¿Billy's?

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Ella.

Cuando entré en casa tuve que sufrir un interrogatorio por parte de mi hermana. Estaba preocupada y algo molesta por no avisar a donde había salido.

Gracias a Dios que mis padres habían salido a cenar por la ciudad y aún no habían vuelto. No me apetecía estar castigada, de nuevo. Si os lo estáis preguntando, sí, suelo meterme en algún que otro lío de vez en cuando. Es Steph la que me cubre a veces, pero siempre me acabo ganando una reprimenda de su parte por no haber sido más cautelosa. Lo admito, no soy la típica niña buena que se viste de rosa. De hecho, mi color preferido es el negro. Aunque no soy gótica ni nada por el estilo. Algo tétrico ¿no?

Subí a mi habitación a cambiarme de ropa. Observé el pequeño libro que aún descansaba en mi mesita de noche. Acaricié su portada. La cara de mi abuelo me vino a la mente, con sus verdosos ojos rodeados de pequeñas arrugas. Su pelo blanco el cual lo hacía parecer más sabio de lo que ya era. Sonreí tristemente.

Una lágrima amenazó por salir. Parpadeé varias veces para que volviera a su lugar.

Decidí darme una ducha.

Cuando salí me puse mi pijama y me metí en la cama. Poco a poco el sueño empezó a invadirme, los párpados se me hicieron más pesados, y finalmente caí en un sueño profundo, como casi todos los que tenía.

                                                          
•••••

Me desperté a las nueve de la mañana. Había quedado con Kath a las diez. Ella vendría a recogerme en coche y me enseñaría la ciudad.

Puntualmente, bajé las escaleras con mi camiseta de 'Game of Thrones' y unos shorts negros además de mis Converse, también negras. Kath me esperaba en la puerta. Así que cogí algo de dinero, mi móvil y el spray pimienta que me regaló mi padre hace unos días antes de llegar a los Ángeles. Sí, lo habéis leído bien, un spray pimienta. Papá me obliga a llevarlo cuando salgo a la calle, y yo me siento mas segura. Al menos no me obliga a llevar el pintalabios que da descargas. Sí, también tengo uno de esos.

-¡Beth!

-¡Kath! -gritamos a unísono y nos abrazamos dando pequeños saltos.

-Oh, no sabes lo mucho que te he echado de menos pelirroja. -dijo ella.

-Y yo a ti rubita. -dije apretujándola.

-Beth...me estás aplastando...me falta el aire...-dijo ella riendo, y la solté también riendo. -¡¿Preparada para visitar la ciudad?! -gritó como loca, y juraría que las pocas personas que pasaban por la calle se giraron a mirarnos.

-¡Listaaaas! -grité también.

Nos subimos al coche con destino desconocido para mí y con la canción de 'Uptown Funk' sonando en la radio. ¿Nunca habéis cantado una canción a voz en grito desafinando y dandoos totalmente igual? Pues así estábamos nosotras.

 La Pelirroja de mi VecinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora