13| Instituto: Primer día

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Noa en multimedia

Lo que quedaba de semana pasó rápido. Tuve que convencer a mi madre para que me dejara seguir con el caso. Al principio puso varias pegas, no quería que me pasara lo que a mi padre, pero finalmente acabó accediendo.

También tuve que decirle al jefe de policía que investigaría el caso por la tarde después de clase. Mientras tanto Ev y su equipo me tendrían informada. Parece que eso lo dejó más tranquilo pues accedió de inmediato.

•••••

Eran las siete de la mañana y la odiosa alarma empezó a sonar. No se porqué la había puesto en modo buzz, porque el insoportable pitido se me quedó en la cabeza durante el resto de la mañana. Cogí el pequeño reloj que tenía en mi mesilla y lo lancé con fuerza contra la puerta haciéndolo pedazos. Gruñí. Odio no saber controlar mi fuerza. Supongo tendré que comprar uno nuevo...

-Beth, cariño, ¿estas bien? -preguntó mi madre desde el otro lado de la puerta.

-Si, yo estoy bien, pero creo que mi despertador murió. -mi madre rió al otro lado de la puerta. Después oí sus pasos alejándose por el pasillo.

Me levanté y fui a asearme al baño. Pegué un pequeño grito cuando me miré en el espejo. Tenía mi anaranjado cabello enmarañado y unas grandes bolsas moradas bajo mis ojos. Sí, no había dormido muy bien aquella noche. Parecía un zombie, literalmente. Si quisiera, podrían contratarme para The Walking Dead.

Me pegué una ducha rápida para despejarme.
Luego fui de nuevo hacia mi habitación. Me vestí con una blusa blanca de escote redondo con volantes a la altura de las mangas, un pitillo negro y unas botas del mismo color. Era verano, pero ya empezaba a refrescar.

Bajé a la cocina a desayunar tras peinarme un poco el pelo. Tomé mi jarra de Snoopy y la llené hasta el borde de leche. Después hice un poco de café y lo añadí a esta, cosa que no había sido muy buena idea debido a que se me cayó la mitad sobre la mesa. Hay dos tipos de patosos. Los normales, y luego estoy yo.

-Cariño, cariño...¡Beth!

-¡Estoy despierta, estoy despierta! -dije levantando la cabeza de la mesa sobresaltada. La tostada que me había preparado tras la taza de café estaba pegada en uno de los lados de mi cara. Suspiré.

-¿Una nueva mascarilla para la cara Beth? -dijo Stephany entrando en la cocina.

-Púdrete. -respondí con asco.

-Vaya, ¿alguien se ha levantado con el pie izquierdo esta mañana?

-Ya basta chicas. -dijo mi madre dando por finalizada la discusión. -Date prisa Bethany, salimos dentro de diez minutos. -terminé de desayunar y subí al baño de nuevo. Tras aplicarme un poco de color en las mejillas y darme brillo en los labios salí del baño hacía mi habitación para coger la mochila que ya había preparado el día anterior. Tenía ese estampado militar que tanto me gustaba.

'Faded' de Alan Walker cubría el silencio que había en el coche de camino al instituto. De vez en cuando mi madre y yo intercambiábamos alguna que otra sonrisa.

Llegamos al instituto cinco minutos antes de que tocara la campana. Vi la moto de Jacob a lo lejos. Ya habría llegado. Al bajar del coche y sacar mi mochila del maletero observé como estudiantes de todo tipo se dirigían hacia la entrada. Estaban las típicas animadoras, los nerds, el equipo de lacrosse, los frikis...podría decirse que había variedad.

Vi a Jacob a lo lejos con su grupo de amigos. Había dos rubias de bote que parecían ser gemelas, un chico moreno con un suéter blanco que parecía ser la indumentaria del equipo de lacrosse. Éste hablaba animadamente con Jacob y con una chica con el pelo negro y rizado. Lo tenía corto, casi por los hombros. Ella vestía un suéter negro en el que pude distinguir el logo de ACDC, junto con unos vaqueros y unos botines negros con tacón grueso.

 La Pelirroja de mi VecinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora