21| Súplicas y mas muertes

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-Calem por favor

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-Calem por favor. Es importante.

-Yo no soy el que controla eso Beth. No puedo hacer nada.

-Estoy intentando encontrar al que mandó matar a papá. -dije bufando y a punto de tener un ataque de nervios. -Por lo menos inténtalo.

-Veré que puedo hacer. Hablaré con Haety. -ese era el nombre de la jefa del tío Calem, o por lo menos todos la llamaban así.

-Gracias tío Calem. Dale saludos a Sam y a Deeks.

-Vale. De nada. Cuídate pequeña.

Tras colgar la llamada volví a la sala de control.

-¿Y bien? -preguntó Evelyn.

-Ha dicho que hará lo que pueda.

-Beth. -dijo Adam entrando en la sala. -He encontrado algo de información sobre el je...fugitivo. -corrigió su error. -En uno de los informes que hemos recuperado se habla de un edificio. Al sur de la ciudad. Pero también menciona una casa, no muy lejos del edificio. -Ev y yo nos miramos. -Creo que es allí donde se dirigen.

-Quieren despistarnos. -dijo Ev.

-Preparad tres equipos. Evelyn, tu dirigirás el primero. Josh el segundo. Yo me encargo del tercero. Adam, tu vendrás con nosotros; si alguno de nosotros tres tiene que volver aquí tu lo sustituyes, ¿entendido?

-Si enana, entendido. -sonreí ante su apodo.

-Informa a todos sobre lo descubierto hasta ahora y organiza las patrullas. Josh te ayudará con eso. -dijo Evelyn.

-De acuerdo. Gracias Evelyn. -dijo Adam saliendo por la puerta. Le regalé a Ev una sonrisa de agradecimiento. Me estaba ayudando mucho con esto. Más que nadie. Sabía que tenía el apoyo de mi familia, pero saber que hay alguien a tu lado siempre sin importar las circunstancias, aporta mucho y te da las fuerzas para seguir adelante.

Mi teléfono empezó a sonar. Una foto de mi tío Calem apareció en la pantalla. Lo cogí de inmediato.

-¿Si?

-Beth, tenéis acceso a las grabaciones. -abrí los ojos como platos y una amplia sonrisa se dibujó en mi rostro.

-¿En serio? -medio grité. Todos los de la sala se me quedaron mirando.

-Si, en serio. -no le podía ver el rostro, pero sabía que estaba sonriendo. -Ten cuidado, y suerte pequeña.

-Gracias tío Calem. Te debo una. -dije finalizando la llamada.

-¿Y bien? -preguntó Evelyn.

-Tenemos permiso para acceder a las grabaciones chicos. -sonreí. -Vamos allá.

•••••

Adam y Josh ya habían formado las patrullas. Cada una constaba de unos quince agentes. Estábamos listos.

 La Pelirroja de mi VecinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora