Everything You've Come to Expect [Alex Turner, TLSP, AM] COMPLETA

Capítulo XXIX. Little promises

ALEX:

Corrimos hacia ella. Estaba consciente cuando me acerqué:

–Cariño, por favor resiste –dije sosteniendo su mano

Ella me miró y cerró los ojos, un escalofrío horrible recorrió mi cuerpo.

– ¿Miles, ya llamaste a la ambulancia? –la voz me temblaba–. Llevémosla en el auto

–No debes moverla

–Cállate, idiota, todo esto es culpa tuya –dije lleno de rabia

–No es momento para pelear, Alex... Y tú ¿Henry es que te llamas? Será mejor que te vayas... –dijo Miles

– ¿Estás loco o eres idiota? No voy a abandonarla, mucho menos con ustedes –respondió

–No compliques todo, por favor

–Está bien... –se alejó

– ¿Dónde está la ambulancia? –grité

–Alex, por favor no pierdas el control, ya debe estar por llegar

Al llegar, los paramédicos auxiliaron a Adriana rápidamente y la subieron a la ambulancia.

–Será mejor que se vayan por su cuenta, la llevaremos al hospital St. Thomas –dijo el paramédico subiendo y arrancando a toda velocidad

–Vámonos, Miles. Tenemos que darnos prisa

–Deja que yo maneje

El camino fue eterno y la angustia lo era aún más. Temía por ella, era un miedo que no había sentido nunca...

–Todo estará bien, Alex –dijo Miles

–No sé qué voy a hacer si algo le pasa. Le dije cosas horribles hoy, pero ninguna es cierta, no sé porqué tuve que actuar como idiota

–Cuando la veas, podrás disculparte con ella, todo será como antes

– ¿Y si ella no resiste? Tengo tanto miedo de perderla... Prefiero verla con ese imbécil, a siquiera pensar en que ella pueda...  –sentí un hueco en el estómago y guardé silencio.

–No pienses en eso, Alex, ella estará bien

–... prometo resignarme a perderla si ella sale bien librada de esto... –fue lo último que murmuré

Al llegar al hospital, los médicos ya la estaban atendiendo. Nos dijeron que había sufrido múltiples contusiones, por fortuna no había fracturas, pero el mayor golpe había sido en la cabeza y ella estaba inconsciente, no sabían decirnos cuándo despertaría.

–Soy el Dr. James. La señorita Milán se encuentra estable, pero el peligro aún no pasa del todo, parece ser que su cerebro está inflamado, aún no sabemos si habrá daño permanente, tendremos que esperar a que despierte o a que su cerebro se desinflame, lo que suceda primero.

– ¿Puedo pasar a verla?

–Lo lamento, ella se encuentra en cuidado intensivo y nadie podrá verla hasta que pase a piso... Debería ir a urgencias a qué le curen eso y lo revisen –dijo señalando los golpes en mi cara

–No, yo estoy bien... Gracias

–Debería considerarlo... con permiso  –se alejó

–Gracias, doctor

–Me quedaré aquí, Alex. No puedes hacer nada y deberías irte a ver a Taylor

–No me iré

–Alex, te mantendré informado. Si te quedas, la situación podría complicarse con Taylor

–No puedo irme, ella ni siquiera está consciente... No podré estar en paz si me voy, no me importa si Taylor enloquece otra vez... No me alejaré de aquí

Me dirigí al baño y me miré en el espejo, mi cara estaba enrojecida y tenía sangre seca. Después de limpiarla, me recargué en lo lavabos y me puse a pensar todo lo que sucedió esa noche. Todo había sido nefasto. Pero que Adriana estuviera así, probablemente era mi culpa. Ella es a quien más amaba, pero también era a quien más le había hecho daño.

Esa noche me quedé. Taylor me llamó muchas veces, pero nunca le atendí, no tenía cabeza para tratar con ella.
Los días pasaron, Miles y yo íbamos diariamente a verla. Me angustiaba que ella no despertara. El idiota de Henry no se separaba de su asiento, odiaba verlo, odiaba recordar todo lo que había pasado. Me odiaba por no haberla buscado antes de que todo sucediera.

Una tarde, por fin nos dijeron que había despertado, lo cuál alivio mi alma, pero ese idiota estaba adentro de su habitación... ¿Ella pidió verlo? No importaba, me dolía no ser yo el que estuviera ahí...

–Doctor ¿podemos pasar a verla en cuanto salga su visita? –preguntó Miles

–Lo lamento mucho, ella debe mantenerse calmada para evitar moverse bruscamente, así que pidió estar sola en cuanto él saliera.

–Ella no preguntó por... –suspiré

–Ella no preguntó por nadie –puso su mano en mi hombro

El doctor se retiró y yo me quedé hablando con Miles.

–Será mejor que nos vayamos, ella ya está con quien quiere estar. Sólo quería ver que estuviera bien... Cumpliré lo que dije

–No te equivoques, Alex, todas las pequeñas promesas no significan demasiado, cuando aún hay recuerdos... Sé que la amas con la misma intensidad de siempre

–Antes le hice muchas promesas que no le cumplí, pero ésta la cumpliré –lo miré con resignación–. Vámonos, Miles...