CAPÍTULO 20

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-Los extrañaré.-mencioné.

-y nosotros a ti Bulma, eres una gran persona te deseamos lo mejor y espero algún día poder reencontrarnos.- dijo entre lágrimas Anne.

Vuelo con destino a Japón, por favor abordar por la caseta 138-D
Muchas gracias.
La voz por el parlante hizo que nos unamos en un fuerte abrazo.

Era hora, volvería a casa, con mamá, con papá, curada y librada del mayor problema que tuve en mi vida.

-gracias por todo, no los olvidaré, jamás.

-ni nosotros a ti.-exclamó juliana.

-adiós.- me despedí con mi mano hasta que desaparecieron de mi campo de visión.

No había mucha gente en la fila. Sólo que no eh visto a mis amigos desde ayer en la tarde, que fue cuando cenamos en un restaurant para despedirnos de Francia.

-hola amor.

-¡ahh! Me asustaste vegeta.

-perdón, no fue mi intención. Pero, ven, subamos que están todos a bordo y faltamos nosotros.

Dimos los pasaportes a la recepcionista que esperaba allí, y una vez dentro del avión, buscamos a los muchachos.

***

En el aeropuerto me esperaba mi madre con sus brazos extendidos, preparados para recibirme en un gran abrazo.

-bienvenida cariño, te eh extrañado.

-yo igual mamá, me hiciste mucha falta.

-bueno, ven vayamos a casa, debes estar exhausta, comerás e irás a descansar.

-ahí te alcanzo.

Busqué a vegeta con la mirada, hasta que choqué con alguien que se encontraba de espaldas a mí, haciendo que caiga al suelo aterrizando con mi trasero.

-¡hey! ¿Fíjate quieres?- exclamé aún desde el suelo.

- Lo siento...¿¡bulma!?

-¿Cómo sabes mi nom.-Pero alguien me interrumpe.

-¡amor al fin te encuentro! ¿y él quién es? Si puedo saber.

-Eso le estaba por preguntar.

-¿en serio no me recuerdas?

Negué con mi cabeza.

-soy Nash.

Lo miré más confusa.

-Nash Trelving.

-¿y de dónde nos conocemos?-interrogué.

-Desde niños eramos vecinos de la casa de playa de tus padres. Yo vivía en aquel pueblo donde tú y tu familia solían vacacionar. Eras mi novia y terminamos porque te mudaste y no fueron más.

-y ¿que haces aquí?

-vine a buscarte. Cuando teniamos diez años, me hiciste prometerte que te vendría a buscar, y aquí estoy.

-¿para que te lo hice prometer? Es decir ¿con qué fin?

-para casarnos. Para retomar lo que terminamos.

-¡¿Qué?! No, no, no, no, no. No puedo volver contigo, ya tengo una vida, no te recuerdo, y por más de que me expliques veinte mil veces me cuesta creerte. Lo siento pero no, por lo menos si te recordara tendría más compasión por ti.

-Pero lo prometimos, tú más que nada.

-Lo siento, no. Adiós.

-no lo permitiré, te eh estado buscando desde que no fuiste más a tu casa del pueblo, y ahora me dices que no recuerdas nada. ¿Cómo es eso posible?

BULMA Y VEGETA UNA HISTORIA QUE CONTAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora