Extra 3.

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*Período del embarazo de Bulma*

Bulma estaba preocupada. Hasta se le notaba en sus ojos azules la preocupación.

<<Nos cuidamos.>> Se repetía una y otra vez en su mente.
Hace ya unas semanas, el período no llegaba, y eso la hacía ponerse en ese estado. Porque así como estaban con Vegeta, era perfecto. Ya casados, con un empleo dichoso, una bonita casa. Simplemente, perfecto.

Aún recordaba el día en que se casaron. Todo tan mágico. En su perspectiva, claro.

Cuando se casaron Bulma tenía veintidós. Y ahora que tiene veintinueve, no habían pensado en la idea de tener hijos. Pero tendrían que ir acostumbrándose a ella.
Ahora el problema era ¿Cómo se lo diría?

<<Vegeta, esto, estoy em...embarazada.>> No, no así no. Un poco más segura; <<Estoy embarazada.>> Sí, así.

Esperó a que su esposo llegara ese día de su trabajo y se lo haría saber.

Vegeta llegó más alegre que nunca; había conseguido el ascenso tan esperado. Pero Bulma se puso nerviosa aún más.

Finalmente se dignó a decirle, todo con calma aunque pensó que podría haber sido peor.
Vegeta no cabía de felicidad, y se puso muy contento, porque el momento que tanto había esperado, llegó.

***

Los problemas de autoestima de su esposa lo molestaba. Cada vez que él le preguntaba algo, cualquier cosa, ella enseguida saltaba con que estaba gorda y fea, que su cuerpo se desfiguraba y eso no le gustaba. Aunque él le haya negado miles de millones de veces que no era así, Bulma no le creía.

Aunque sí, Bulma era una exagerada. Tan solo tenía seis semanas de embarazo. Pero lo que ella no sabía era que Vegeta la amaba a ella, no a su cuerpo. Osea amaba su personalidad, sus muecas, sus berrinches, también, sí, su cuerpo pero no con la intensidad que de sus virtudes. Porque aunque Bulma fuera "gorda" "flaca" el la seguiría amando.

A las dieciséis semanas, empezaron los antojos. Antojo de fresas. Y Vegeta se estaba volviendo loco buscándolas.

Ya con veintiocho semanas, la espalda le dolía y le costaba levantarse o hacer cualquier tipo de esfuerzo. Solo a veces iba a pasear al parque, que quedaba a una calle. Se sentaba en un banquillo, cerca de los columpios, y observaba en silencio a los niños que allí jugaban. Ansiando el día en que su pequeño, juegue ahí y poder verlo crecer sano y fuerte.

***

*3 años después*

El pequeño Trunks corría de aquí para allá, y su madre le gritaba que tuviera mucho cuidado de no caerse. Pero el chiquillo no la escuchó.

A los minutos un lloriqueo llegó a oídos de Bulma y fue donde su hijo, que al parecer había tropezado con una roca.

El pequeño de tres años ha crecido mucho, y es un nene muy sano pero travieso, como la mayoría de los niños de su edad.



























































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Hi! Guys 🙌

Aquí el último.
Espero que estos extras le hayan aclarado algunas de sus dudas y espero que les haya gustado.

Como sabrán no habrá segunda temporada. Todo quedó aclarado.

Nos volveremos a leer.
Y si gustan pueden pasarse por mis otras novelas, serán bienvenid@s.

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Goodbye babies🙋

BULMA Y VEGETA UNA HISTORIA QUE CONTAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora