Dicen que los recuerdos son la base de todo, pero que yo sepa, sólo recuerdo mi etapa más feliz, sí, cuando él estaba a mi lado :
Recuerdo el número de veces que le dije "te quiero" y no lo sentía, sentía otra cosa, sentía que le amaba.
Recuerdo esos silencios eternos en los que no hacía falta decir nada porque ya sabíamos lo que sentíamos.
Recuerdo sonreír de la nada.
Recuerdo sus celos, cuando decía que yo era lo único que quería y no quería que nadie se lo quitará.
Recuerdo el sonido de su voz cuando lloraba porque yo le decía algo realmente bonito y verdadero, pero sobre todo, verdadero.
Recuerdo lo inmensamente feliz que me hacía.
Recuerdo el sonido de su risa, ese hermoso sonido, era música para mis oídos.
Recuerdo cuando se sentaba frente al reloj y veía las horas pasar, sólo para que llegará la hora en la que pudiéramos hablar.
Recuerdo su voz sobre mi oído, susurrandome cosas.
Recuerdo cuando conseguía sacarle una sonrisa, cuando le hacía el más feliz del mundo.
Recuerdo esas dos cortas palabras que me decía.
"Te quiero" decía él. Y lo juntaba con un "para siempre" pero, yo sólo recuerdo el haberle perdido "para siempre".
Recuerdo mirar al cielo con los ojos cristalinos y decirle a Dios "no dejes que se vaya, por favor", pero él no escucho mis palabras.
Sólo escucho mi llanto, no sintió mi dolor, sólo lo vio, no supo lo mucho que yo le amaba, no supo el vacío que dejo en mi corazón y todavía no se ha completado.
No puedo recordar el latido de su corazón junto al mío porque nunca conseguí escucharlo, tal vez fuera que ya no sentía lo mismo o simplemente porque la distancia me lo impedía.
Y si, todos tenemos un arrepentimiento irreversible, el mío, fue dejarle ir.
Yo era pequeña, él me hacía sentir grande.
Él ya no está, ahora soy pequeña e inofensiva, esperando a que él vuelva y me haga sentir completa porque aunque él se haya olvidado de mi y yo de él, todos estos sentimientos permanecerán en mi corazón, y tal vez, algún día sean como un fénix, y renazcan de sus propias cenizas.
Sólo se que hice el tonto y mientras yo jugaba a los piratas, llego otra y tomó mi más preciado tesoro.
Eres tonta me repito, todo fue tu culpa me digo, sólo se que si tuviera marcha atrás todo esto, apostaría por él y por mi y sé que acertaría de pleno.
Pero ahora sólo sonrio, no preguntes el por qué, ni siquiera yo lo sé.
