Capítulo 6

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Mi cabeza está estampada contra la almohada. Estoy consiente pero no puedo abrir los ojos, me pesan demasiado al igual que el resto de mi cuerpo. En un máximo esfuerzo logro alzar mi cabeza y mis ojos lentamente se van abriendo. Lo primero que veo es una habitación color celeste con muchos posters pegados en el. Unas luces adornan un costado de la cama. Hay una persona acostada junto a mí. Sobre la mesita de noche...

¡Una persona junto a mí!

¡Joder!

¡Es Wismichu!

¡Qué cojones hice anoche!

¡Ya deja de gritar! ¿No fue suficiente todo el alcohol que me diste anoche?

¡Carla! ¡¿Qué pasó ayer?!

¡No lo sé! ¡Dejame dormir!

¡No puedes dormir! ¡Si tú te duermes me duermo yo!

¡Dejame!

¡Joder que dolor de cabeza! Vale, vamo a calmarno y vamo a levantar suavemente las sábanas para que pueda...

¡No tengo ropa!

Mierda ahora sí que es momento de alarmarme de verdad.

¿Acaso tuve relaciones sexuales con Wismichu? ¡Pero si apenas lo conozco!

Soy una guarra.

Estiro de las sábanas para liarme con ella dejando a la persona que duerme plácidamente del otro lado de la cama totalmente descubierto.

Recojo mi ropa del suelo y abro la puerta para salir. Camino por el pasillo, todo está lleno de posters y cosas de hombres. Supongo que esta es su casa. Entro al baño y lo primero que hago es verme al espejo: una cara de zombie como siempre, pero esta vez es peor. Estoy pálida, tengo ojeras bajo mis ojos, mis labios están a punto de reventar y perdí un arete. Además me duele la perforación de mi nariz. Abro el grifo y echo agua fría en mi cara, lo más relajante del mundo. Luego de eso me visto y peino mi cabello con mis dedos. Estaba a punto de salir, pero alguien toca la puerta.

—¿_____? ¿Estás ahí? —es la voz de Wismichu.

—Sí, no entres —respondo cortante.

¡Es un maldito! ¡Se aprovechó de que estaba ebria!

Salgo del baño mirando hacia el suelo, con la esperanza de no encontrar a ese idiota en mi camino. Mi celular, ¿dónde está? Comienzo a buscarlo en su cuarto y lo encuentro tirado en una esquina con la carcasa y la batería fuera de su sitio. Lo levanto y salgo super apurada para no cruzar a Wismichu, pero mi mala suerte no impide que en el momento de que estoy por abrir la puerta el me llame.

—_____ yo...

—No tienes que decir nada —lo interrumpo. —Es una lástima la verdad me hubiera gustado mucho ser tu amiga. Pero esto demuestra que me querías para otra cosa y ¡felicidades! Lo lograste. Ahora me voy —volteo de nuevo dispuesta a abrir la puerta.

—Espera por favor. Juro que aquí no hubo nada planeado. Estaba igual de borracho que tú, no recuerdo una mierda de lo que sucedió ayer lo juro. Perdoname en serio nunca tuve la intención de que esto pasara.

—Lo pensaré, sólo porque no soy alguien rencorosa —abro la puerta y cruzo el umbral, pero antes de cerrarla vuelvo a voltearme. —Aunque aún así estoy enojada contigo.

Cierro la puerta de un portazo y salgo cabreada del edificio. No lo puedo creer. Tengo mucha bronca, sólo fui un juguete para él. Inconscientemente escapan un par de lágrimas de mis ojos, los cuales limpio rápidamente. No me gusta llorar en público, llorar es un acto de debilidad que el ser humano acostumbra a hacer. Cuando no te quedan fuerzas, cuando ya no hay nada por hacer, cuando diste tu último esfuerzo y no resultó, lloras. Es por eso que siento que si lloro soy débil, y no me gusta que los demás me vean serlo.

Youtubers (Rubius y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora