Capítulo 17

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Este capítulo está narrado desde el punto de vista de Jannie, tiempo antes de que sufra el accidente, en el momento que sale de la habitación de _____ después de haber peleado.

Jannie

Vuelvo a mi habitación sumamente enojada por la pelea que acabo de tener con ______. ¿Cómo se atreve a hablarme así? Si cree que ella es alguien para decirme lo que tengo que hacer, está muy equivocada.

Me encierro en mi habitación, y aquí es cuando la razón actúa por mí.

¿Será verdad lo que dice _____?

Pero por supuesto mi poco orgullo contraataca.

Si fuera verdad, la única que saldría lastimada aquí seremos nosotras, por lo tanto no tiene derecho a meterse.

Ya no sé qué hacer. Ya no sé qué pensar. Las voces en mi cabeza no colaboran con nada, lo único que hacen es enredarme más en el asunto.

Aunque de todas formas ya es tarde para echarme atrás.

La vibración de mi celular en mi bolsillo interrumpe mi debate interno.

Jen te gustaría ir a una fiesta está noche con los chicos? Rubiuh me dijo que te invite
Me enteré que sales con mi amigo, supongo q tendremos que llevarnos bien.
Mangel.

Claro me gustaría ir.
Y si lo intentamos podríamos ser amigos, después de todo nunca quise pelearme contigo.
Jannie.

Me alegra leer eso :) a las 11 te pasamos a buscar
Mangel

Vale os espero
Jannie

Tal vez un poco de fiesta, comida y alcohol logren distraer mi mente de todo lo que acaba de suceder.

(...)

El olor a alcohol, sudor, cigarrillo y hormonas púberes llegan a mis fosas nasales. Es un olor repugnante pero bastante tranquilizador a la vez. Hemos venido Mangel, Rubius, Alex y yo, aunque también invitaron a Willy y Vegetta pero Willy no está de humor y Vegetta tiene otro compromiso. Cuestión que soy la única hembra aquí, no iba a invitar a mis amigas lógicamente.

—¿Quieres algo de beber? —me pregunta mi nuevo novio.

"Novio". Extrañamente esa palabra me da un mal sabor en la boca.

—Prefiero comer algo antes —el asiente y nos dirigimos a la barra para pedir un aperitivo.

No soy de esas personas que se embriagan cada vez que van de fiesta. Prefiero pasarla bien, y con bien me refiero a no hacerme mierda hasta acabar vomitando en el piso de la discoteca. Un poco de comida, uno o dos vasos de cerveza, baile y me voy a mi casa a descansar. Así de simple.

Rubius pide un plato de papas fritas (no se si sirven eso soy una púber que nunca fue a un boliche pero esta es mi historia y yo digo que así pasa ahke) y me pongo a comer. Él no quita su mirada de mí, y eso es algo que odio: ser observada mientras como.

—¿Sucede algo? —pregunto metiendo otra patata (:3) en mi boca.

—No, nada. No te preocupes.

Su cara no expresa lo mismo que las palabras que acaban de salir de sus jugosos labios, pero sin darle mucha importancia sigo comiendo. Él también tiene sus problemas y si no quiere hablar de ello conmigo, lo entiendo perfectamente.

La noche pasa y yo por fin accedo a ingerir alcohol, pero no en exceso por supuesto. Aunque cabe decir que los caballerosos chicos que me invitaron ya llevan varias copas demás. Es muy típico en ellos creanme.

Todos se encuentran en la pista y yo pues, aquí, en la barra sentada y súper aburrida.

De repente un chico rubio de ojos castaños, un poco más bajito que Rubius se acerca a mí.

—Hola. ¿Estás sola?

—No, lo siento. Vine con mi novio y mis amigos.

—¿Y te han dejado aquí sola? Se nota que te cuidan.

—Eso ya es nuestro problema —respondo girando mi banquito para no mirarlo.

Él se para y vuelve a ponerse frente a mí.

—Te propongo algo: vienes conmigo a la pista, bailamos, la pasamos bien y si ellos nos llegan a ver me haré cargo de todo.

—No lo sé.

—Venga no acepto un no por respuesta.

Medito unos segundos y al final accedo.

Me toma la mano con suma delicadeza y nos adentramos en todo ese montón de gente con sudor y alcohol en sus cuerpos.

Sin que me importe nada comienzo a bailar con ese chico muy animadamente al son de la música.

—¿Cómo te llamas? —me pregunta con un tono de voz bastante alto para que pueda oírlo.

—Jannie ¿y tú?

—Tomás. Me gusta tu nombre.

—Gracias y a mí el tuyo.

Mi mirada vacilante cambia a una sin expresión al ver que Rubius se encuentra en una esquina y me mira fijamente, con la mirada seria.

¿Se pondrá celoso?

Si lo hace, es porque me quiere. Pero si no lo hace es porque no siente nada por mí... O al menos yo lo veo así.

Mi respiración se agita al ver que se acerca a paso lento hacia nosotros. Una vez que llega, habla con Tomás.

—Hola. ¿Quién eres tú? —pregunta lo más normal posible.

—Me llamo Tomás ¿y tú?

—Ruben. Soy el novio de Jannie.

—Es un placer.

Me sorprende la pacificación con la que hablan. Como si se conociesen de toda la vida. Juro que mi perturbada mente creyó que se armaría la tercera guerra mundial.

—Y ¿sois amigos o algo?

—No, lo acabo de conocer —respondo esta vez yo entrometiendome.

No sé cómo pasó, pero nos encontramos todos bailando. Tomás increíblemente ha encajado con Mangel, Rubius y toda la junta. Ahora hasta Tomás y Rubius se encuentran muy ebrios, demasiado para mi gusto.

—Voy al baño tengo ganas de vomitar —avisa Rubius y se va tambaleándose.

Pasaron unos 30 minutos y el no ha vuelto. Comienzo a preocuparme bastante.

—Chicos ¿podrían ir a ver que pasó con ese gilipollas? —hablo a mis hamijos.

—Ya volverá —responde Mangel sin importancia alguna.

Suelto un suspiro y me dirijo a los baños. No sé cómo cojones voy a hacer para entrar pero algo se me ocurrirá.

Ya no hará falta.

Es lo primero que pienso luego de ver a Ruben en una esquina. Pero no está sólo... Se está besando con una tipa rubia.

Inconscientemente salgo de aquel lugar, sin expresión alguna en mi cara.

Estúpida.

Gilipollas.

No pudiste ser más tonta.

Tu amiga tenía razón.

Te peleaste con _____ y lo único que hizo fue decirte la verdad.

Idiota.

Sin mirar a los costados, cruzo la calle. Siento un fuerte impacto en mi cabeza y la mitad de mi cuerpo, seguido de unos segundos de dolor. A mi costado observo como un hombre baja del automóvil y se acerca a mí. Luego de eso todo se vuelve negro.

Youtubers (Rubius y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora