Por increíble que suene, todos tenemos un lado tierno; un lado oscuro; un lado rebelde; un lado travieso; un lado de niño; un lado de adolescente; un lado de adulto; y un lado que siempre usamos.
Rose Weasley tiene todos esos lados. A pesar de mostrarse tan valiente, fría y adulta, hay un lado en el que no se ha olvidado que aún es alguien pequeño, en donde sabe que todavía no es un adulto.
Scorpius buscaba mucho su lado tierno y de pequeña. Ése lado que poco a poco iba dejando menos a la imaginación y que mostraba más a menudo, con él.
Tampoco pensó que el lado pequeño de la Weasley fuera algo... tan grande pero de poca edad.
Las vacaciones de Navidad llegaron tan pronto como el dinero se le había ido a Scorpius en los regalos de Navidad.
Y es que ésta vez se había querido lucir y comprar un regalo para cada uno de los integrantes de sus mejores amigos.
Esas vacaciones serían especiales y él lo sabía y estaba consciente de ello.
Esas vacaciones las pasaría con los Potter y los Weasley.
Esas vacaciones las pasaría con Albus... y con la Weasley.
No le había comentado a nadie cuán emocionado estaba. Sus padres con trabajo habían aceptado dejarlo pasar las Navidades fuera, pero finalmente había logrado tener el permiso.
Sus cosas ya estaba preparadas, en menos de dos horas ya estarían en el Expreso de Hogwarts camino a Grimmauld Place número 12, en donde los Potter vivían.
Albus le había comentado que todos los días se veían con la Weasley y su hermano. Y esto, inexplicablemente, lo hizo sentirse aún más feliz.
Le había comentado que a veces ellos iban a su casa o ellos a la de él. Y que casi todos los días iban a La Madriguera en donde sus abuelos vivían.
Le había dicho que su abuela estaba muy emocionada por tenerlo en casa, y que sus padres también. Aunque, en el fondo, Scorpius dudaba un poco sobre eso.
La Weasley se había mostrado bastante sorprendida ante la noticia, y por un momento Scorpius pensó que le había disgustado cuando vio lo pálida que se había puesto y la mirada que le había lanzado a Hugo.
Albus le aclaró que no era así, que era un poco complicado. Pero a Scorpius no le necesitaron dar más explicaciones porque había entendido perfectamente: no era muy bien recibido por el padre de la Weasley.
Aunque eso lo desanimó un poco, no tardó en reponerse cuando escuchó que la Weasley le comentaba a Albus que sus padres se habían tomado bastante bien la noticia, y que hasta estaban invitados a comer cuando quisieran.
Las vacaciones lo habían puesto a pensar tanto que en esos momentos andaba distraído. Tan distraído estaba que no se dio cuenta de que una melena roja salía aprisa y chocaba con él, fuertemente.
Ambos baúles se abrieron y las cosas salieron volando. Afortunadamente para Scorpius no había nadie más ahí que la persona que le había chocado, para que admiraran su ropa interior.
Se vio bastante avergonzado al ver a la Weasley tirada en el suelo con sus bóxers en la cabeza. Pero más avergonzada se vio ella cuando Scorpius le alcanzó su conejo de peluche.
Se lo arrebató rápido de las manos, lo metió en lo más profundo del baúl, y empezó a recoger sus cosas con la misma rapidez que había metido a su conejo.
Sabía, de sobra, que estaba bastante avergonzada.
La situación sí le causaba gracia pero no le dijo nada, tratando de no alterarla más.
Hugo llegó por el mismo lugar en el que había salido la Weasley, minutos después.
Se acercó a ayudar a ambos y luego le sonrió a la Weasley.
-¿Trajiste al Sr. Rosa? -Preguntó aguatándose la risa.
Las orejas de la pelirroja combinaban perfecto con el color del cabello de su hermano, que era mucho más fuerte que el de ella.
Resopló fuertemente, cerró su baúl bastante bien y se fue sin decir nada.
Scorpius quiso alcanzarla y decirle que no le importaba que tuviera un conejo de peluche llamado Sr. Rosa, pero decidió que era mejor dejarla ir.
Después hablaría con ella, ya que estuviera mucho más calmada.
Volteó para ver a Hugo aún rojo por aguantarse la risa, aunque ya no se la estaba aguantado.
Se permitió reír un poco, pero casi de inmediato se detuvo cuando vio un pergamino tirado, lo recogió y supo de inmediato que era de la Weasley. No lo iba a leer, pero las últimas palabras llamaron su atención.
PD: Len, Malfoy pasará las vacaciones con Albus... tal vez sea divertido, ¿no crees? :)
De inmediato se sintió terrible, ella imaginándose unas divertidas vacaciones y él descubriendo el secreto de su peluche, seguro ya no le serían divertidas para nada.
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Weasley, como la palma de mi mano (ATP)
FanfictionHistoria encontrada en PotterFics http://www.potterfics.com/historias/60470 Creada Por mel-mel Aclaro de nuevo la historia NO es mia, pertenece a mel-mel en potterfics Descripcion "Me reí. No lo pude evitar. Que no la conocía, acaso. ¡Por, Merlí...