#19. Es bastante celosa y orgullosa.

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Porque de nuevo veía los defectos que tenía la Weasley, los cuales, ahora, en vez de irritarle, le daban gracia... y lo confundían.

...

Había decidido que lo mejor era no meterse... además de que estaba seguro de que Scorpius iba a decir algo que lo condenaría.

-Hazlo por mí, Rose.

...

Rose lo miró fijamente a los ojos antes de empezar a sonreír y reírse muy fuerte.

Albus los miraba desde la puerta sin comprender nada; el comportamiento de su prima era bastante extraño, pero el de su amigo lo era aún más.

Esperaba que estuviera enojado u ofendido, pero al parecer la situación también le había causado gracia, ya que también había empezado a reír.

-Eso es lo más patético que has dicho, Malfoy -dijo la Weasley, entre risas.

-Lo sé, lo sé -suspiró Scorpius, intentando parar de reír -, pero es que enserio me cae mal ese tipo, Weasley.

-Me dijiste Rose -dijo la pelirroja, una vez que estuvo un poco más calmada.

-¿Qué?

-Hace rato... me dijiste Rose.

-No es cierto -dijo Scorpius.

-Lo hiciste.

-Que no, y deja de molestar -gruñó Scorpius.

-Lo niegas porque sabes que es verdad, sino, ni importancia le darías.

-Eso no es cierto.

-Yo sé que sí...

-Que no.

-Te conozco, Malfoy -sonrió la Weasley.

-Lily me conoce más que tú, te lo apuesto -sonrió Scorpius, sin pensar antes.

Albus supo que había obrado mal; nada bueno podía salir de esto. Que Scorpius le dijera a su prima que su hermana la superaba -y en especial en un tema tan delicado como él -, era llegar lejos.

-¿Perdona?

-¡Rosie! -Gritó Albus, interviniendo.

Pero el daño estaba hecho, y Hugo y Albus lo sabían. La pelirroja miró a su primo tan feo, que al pelinegro le causó escalofríos, luego la vieron meterse a la casa.

-Eso... estuvo mal, amigo.

-Lo sé -suspiró Scorpius.

...

Decir que la Weasley estaba enojada, sería una mentira; la pelirroja estaba más que furiosa. No había cruzado palabra alguna ni con Scorpius ni con Lily.

Con Albus había actuado cortante y con Hugo también; la situación había sido bastante incómoda, para Scorpius en especial.

Estar en la casa de la Weasley con la única hija enojada y con el hijo algo distante, no era nada bueno y las ganas de salir corriendo de ahí no se iban para nada.

...

-¿Juegas? -Preguntó Scorpius con una sonrisa. La Weasley lo miró fríamente, y luego volvió a posar los ojos en su libro -. Seguro le gano a tu hermano y Albus no querrá jugar, así que-

-No le ganarás -dijo.

-¿Cómo sab-

-Jaque mate -sonrió Hugo. Scorpius volteó al tablero rápidamente y, efectivamente, su rey estaba... muerto.

Weasley, como la palma de mi mano (ATP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora