15. Benny Emmanuel

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Cuando nuestro jefe nos dijo que Tomlinson tenía algo para decir fuimos con el sin rechistar. Este ni nos saludó, ni nos dejó pronunciar un "Hola" porque al estar a escasos metros ya había comenzado a hablar.
- Las huellas se encontraban muy nítidas - comenzó a decir - dicen que son hombres solo para decir algo. - completó rodando los ojos y llevando su cigarrillo a la boca nuevamente.
- Lose, siempre lo hacen, dime algo que ya no sepamos - escupí mordaz ante semejante afirmación.
Todos se quedaron callados, oh si, no se esperaban que la educada ___ Parker pudiera desquitarse de tal manera. Tomlinson ni siquiera se inmutó en abrir la boca para contraatacar, estaba segura de que ya estaba cansado y yo lo estaba agotando aún más. Iba a disculparme pero escuché pasos a mis espaldas, volteé para ver quien era y terminó siendo Jones el que provocaba ese horrible sonido con los zapatos.
- Encontramos algo, Detective Sawer - exclamó mientras mostraba una bolsa con una especie de hoja dentro, mi jefe lo miró confundido y Jones al ver su expresión se explicó - Es una especie de hoja que puede estar en el agua, suponemos que es un alga.
«Suponen mucho pero afirman poco» pensé. Rodé los ojos y intenté alcanzar la bolsa, pero el policía la quitó de mi alcance antes de que pudiera obtenerla. Fruncí el ceño pero antes de que pudiera decir algo, mostró sus manos indicando que estaba usando guantes y que yo debía hacer lo mismo. Gruñí molesta buscando en mis bolsillos y me los puse... ¿Alguien me puede decir por qué estoy tan molesta? No lo ent... ah, el período. Agarré la bolsa de un tirón y la abrí, tome el "alga" y la comenzé a observar.
- En esta zona de Bradford no hay acceso al mar, pero si hay algunos ríos... - empezó a decir Jones.
- Exploré la zona antes de venir aquí, sé que solo hay un río. Podemos ir allí mañana, no debemos perder tiempo. - interrumpió Azuara, proponiendo con aire de superioridad. Asentí silenciosamente, volví a poner la hoja de mar en la bolsa cerrándola y entregándosela a Jones.
- Excelente, eso será lo que haremos, nos vemos Jones - dijo mi jefe dándole la mano y luego yendo hacia la puerta, quienes Tomlinson, Azuara y yo lo seguimos.
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Otro día más, estábamos en el auto. Harold y yo estábamos en la parte de atrás, y yo apoyada en su pecho. El hablaba con Tomlinson, que como casi todas las veces se encontraba en el asiento de copiloto. El chofer no emitía palabra alguna y no interfería en la conversación. Levanté mi mentón y miré a Harold, era tan hermoso...
- ¿Y tu que opinas ___? - preguntó Louis, lo miré y fruncí el ceño indicando confusión. - ¿Opinar sobre qué?
- De la situación que nos rodea. - hizo un gesto vago señalando nuestro alrededor - Estábamos hablando con Harold de eso y de que veremos a Benny Emmanuel, un amigo nuestro.
- Tuyo querrás decir - gruñó Harold.
Rodé los ojos y lo miré - ¿Eres alguna clase de ermitaño?, digo, no tienes amigos de tú género apartando a Louis, claro.
El sonrió de costado y responde: - Creo que voy a aplicar el dicho "Cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro" porque es ideal para este caso, no tengo casi amigos ___, no por ser antisocial...
- Entonces, ¿por qué?
- Se me hace difícil fiarme de la gente, siempre te termina perjudicado. La mayoría, como habrás notado, es una gran mierda.
El vehículo se detuvo cuando Harold terminó de hablar y asentí.
- Coincido con lo que dices, la sociedad se está yendo al carajo. - suspiré mientras negaba la cabeza. Me dedicó una sonrisa y abrió la puerta alargando el brazo, dejando que yo pasara primero.
Apenas bajé contemplé el paisaje, era un hermoso bosque donde el olor a pino invadía mi fosas nasales. Azuara tomó mi mano y nos dirigimos a la pequeña casa que se encontraba allí, era completamente de madera con grandes ventanales que se encontraban rotos y el techo también estaba destrozado. Íbamos a entrar cuando la puerta se abrió primero, dejando ver a un hombre de la edad de Louis y Harold con ojos marrones y pelo corto del mismo color.
- Hola, Benny Enmanuel un gusto. - saludó amablemente Benny, le sonreí presentándome y Harold solamente asintió hacia el. Benny dijo que podíamos pasar, pero Harold se disculpó diciendo de que tenía que hacer algo y volvía.
- Así que... ¿Tu eres la nueva chica de Azuara?. - preguntó Benny cuando Harold ya no estaba más entre nosotros. - Así es.
- Debo admitir que esta vez eligió bien, no eres como las otras ___. Me agradas.
¿Otras? A veces me pregunto... ¿Cuántas hubo antes de mi?.
- Tú también me caes bien Benny - respondí sonriéndole amistosamente, él se acercó hacia mi y instantaneamente retrocedí. Él tomó mi hombro, dándole un apretón amistoso. Suspiré y noté como mi cuerpo dejó de tensarse, Benny al parecer entendía porque estaba así, me dió una sonrisa y moduló con sus labios: "Perdón". Yo asentí y me abrazó, correspondí a este gesto, lo necesitaba. Al cabo de unos minutos un carraspeo interrumpió nuestro momento de reconciliación.
- Perdonen, ¿interrumpo algo? - dijo la molesta voz de Tomlinson. "Claro que sí, ¿acaso eres ciego?" Le iba a decir, pero como mi relación con Tomlinson no estaba muy bien que digamos no valía la pena echar más leña al fuego.
- Para nada, ¿qué sucede? - pregunté alzando una ceja. Tomlinson suspiró pesadamente.
- Tienes que venir a ver esto - dijo, y sin pensarlo dos veces tomó mi muñeca alejandome de Emmanuel. No quería ser descortés, por lo tanto con mi mano libre me despedí de él quien ondeó su mano de vuelta también.
- ¿Qué sucede?
- Tienes que mirarlo con tus propios ojos.
Eso, sin lugar a dudas, en esta ocasión no sonaba para nada bien. Caminamos hasta llegar a otro sector de la cabaña, estaba repleto de policías y detectives mezclados, oh no, ahora que. Tomlison me soltó cuando llegamos a una especie de cofre, lo abrí y vi cadáveres. Esto era cada vez más extraño... Tomlinson se había ido a hablar con alguien y yo no tenía nada que hacer, me dispuse a investigar el área, aunque la tarea era díficil con miles de personas invadiéndola. Divisé una cama en la otra punta de la habitación, cuando llegué allí, me arrodillé un poco moviendo la cabeza para poder ver que había debajo de esta y lo único que había era una jodida máscara. La tomé entre mis manos y la volteé para ver la parte de atrás, y lo que decía era:
"Siempre.
D."
- Sawer debe ver esto - susurré.
- Azuara también, ¿no? - preguntó esa voz que conocía perfectamente. Volteé hacia el y sonreí  (No soy una más Azuara)

Donde hubo fuego... Cenizas quedan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora