Seguía leyendo, no me apetecía realizar otra actividad pero, aunque quisiera, realmente no había mucho para hacer. Miré hacia mi izquierda y él se encontraba perdido en su libro, cuyo nombre no sabía ni de que se trataba.- ¿Qué lees? - me aventuré a preguntarle.- Poe - dijo observando su propio libro. Lo volteó para ver la tapa. - El Escarabajo De Oro.- Lo leí también - afirmé con una pequeña sonrisa traviesa que salió imprevista, ya que por fin encontraba algo que teníamos en común.- Claro, es un clásico - me miró y me sonrió de vuelta haciendo notar sus blancos dientes y luego levanté la vista hacia sus ojos quejándome ya que hubiera preferido omitir ese gesto. Sus ojos comenzaban a volverse más interesantes e inquietantes intentando asimilar la situación. Mis labios comenzaban a secarse y mi pulso aceleraba de una manera incontrolable, pero ya no podía evitar rozar mi lengua sobre ellos. Cuando estaba por alejarme de él y lograr evitar por completo contacto visual el se apresuró tomando mi cara entre sus cálidas manos y besando mis labios, intentaba interferir con su lengua como si me estuviera preguntando si podía hacer aquello, a lo cual sin razón alguna accedí. Mientras me besaba sentía una extraña e inesperada sensación en el estómago. Cuando por fin nos falto aire nos separamos mutuamente y antes de que alguno de los dos pudiera pronunciar algo, la voz del parlante anunció."Pasajeros del vuelo con destino a Bradford, el avión está a punto de despegar por favor manténganse en sus respectivos asientos con el cinturón de seguridad..."
Narra Harold:
¿Qué había hecho? En verdad lo disfruté y no se si ella también lo hizo, ¿y si su reacción era negativa...? ¡Diablos como pude ser tan idiota! Había desperdiciado de seguro mi segunda y última oportunidad de mantener una buena relación con la chica, pero no lo podía evitar, me producía una sensación diferente la cual no soy capaz de explicar, pero la siento constantemente. Cuando por fin terminé de recoger todas mis valijas me dirigí hacia la recepción donde tendríamos que pedir un auto. El tiempo no parecía estar conforme respecto a que mañana comenzaríamos a investigar detalladamente, se encontraban unas extrañas nubes negras y grises rodeando todo el cielo que ya no era celeste. Cuando la divisé comenzé a caminar hacia ella y nuestro jefe no nos dejó hablar; porque el auto se encontraba justo enfrente de la puerta.
Narra ____:
¿Qué había hecho? ¿Cómo pude haber correspondido al beso? ¿Acaso era estúpida? Respiraba pesadamente debido a mi notorio cansancio y no podía parar de pensar en el beso que había tenido con Harold. Extrañaba a mi hija cada día y mis pesadillas seguían surgiendo con ella y con mi madre, lo cual se convirtió en un terrible hábito.El chico de ojos cafes se encontraba al lado mío pero yo no le había dirigido la mirada ni palabra en todo el viaje. Bradford era como Londres, pude llegar al menos a eso, la primera conclusión pero sin duda era menos transitada y moderna, y respecto el tiempo puedo decir que estaba igual que allá, ya que el parabrisas intentaba sacar la mayor cantidad de gotas posibles. No tengo dudas que se encontraba en el lado opuesto nuestro, ya que teníamos que empezar a investigar mañana, lo que requería estar en constante movimiento y con charcos y lluvia no era muy agradable.Cuando estaba por llegar mi subconsciente me reclamaba descanso, y estaba en lo correcto. Ni siquiera sabía que sucedía con Harold ni quería saberlo. Mi jefe comenzó a dar indicaciones, las cuales trataban del motivo de el horario en el que tendíamos que comenzar a movernos. Cuando consideré que ya había dicho todo, di media vuelta despidiéndome de ambos y finalmente me dirigí a mi habitación.
Narra Harold:
Mencionó millones de cosas a las cuales, con suerte, retuve lo justo y necesario. No podía parar de pensar en ella, ¿qué diablos me pasaba? Definitivamente estaba exhausto, y no era el único porque ___ se había retirado hacia veinte escasos minutos que para mi parecían una eternidad.- Azuara - mencionó mi jefe otra vez. Mi apellido ya me resultaba irritante. Lo miré con las cejas alzadas ya que no sabía que otra cosa había para recordar. - Si señor - dije tratando de mantener por más tiempo mis ojos abiertos.- Vaya a descansar se lo merece, ha sido un día largo - sonrió hacia mí y se retiró de la habitación.Me quedé solo, analizando como un estúpido la situación, pero el análisis no pudo por más de dos minutos y apagué la tenue luz que alumbraba la sala.
Narra _____:
Intentaba abrir los ojos pero me costaba con la luz del sol enfrente de mí. El tiempo era tan cambiante que irritaba, me podría enfermar tranquilamente cualquiera de estos días, pero traté de alejar ese pensamiento de mi mente, si, estaba actuando como una paranoica.Los golpes que surgieron de la puerta me sobresaltaron, estaba muy enterrada en mis pensamientos.Suspiré pesadamente y me dirigí a la puerta solo asomando mi cabeza.- ___ - su voz grave me hizo reconocerla al instante - en diez minutos tienes que estar lista, te pasaré a buscar si no estas lista...- ¿Qué? - dije alzando una ceja - ¿Qué harás Azuara? No puedes evitar que yo forme parte del caso, y te digo lo siguiente: Trataré de ser un prototipo de mujer maravilla - y dejándolo con la boca abierta, sin esperar respuesta, cerré la puerta con una sonrisa triunfante.
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Donde hubo fuego... Cenizas quedan.
Gizem / Gerilim»Donde Hubo Fuego Cenizas Quedan« Tal vez esta frase sea más empleada respecto a el amor, pero este no es el caso (por lo menos al comienzo) El fuego es el pasado, que creyó haberlo apagado del todo pero se olvidó de las cenizas que volvieron a e...