La tenue luz del sol hacía que mis ojos costaran en abrirse. Me dolía todo el cuerpo y los ojos me ardían por haber llorado tanto, y para agregar, no podía faltar al trabajo. Noté que mis pies desnudos se sentían fríos mientras caminaba hacia el baño. Tomé una ducha rápida y me dirigí al lugar asignado por George Sawer, mi jefe.No sé por qué me había citado. Nunca lo hacía. «¿Qué había hecho de malo? ¿Acaso todo tenía que pasar?» pensé y honestamente, era verdad. Suspiré nuevamente mientras me dirigía a mi vehículo.Fue complicado, pero logré llegar al lugar predispuesto y pregunté por mi jefe en la recepción del café, ya que quería pasarse lo menos visto posible, y como lo había previsto, estaba situado en una de las esquinas más oscuras de aquel lugar.—¡Srta. Parker! —exclamó cuando me vio acercarme hacia la mesa.—Señor Sawer —dije asintiendo hacia el, observando que estaba vestido formalmente.—Realmente lamento lo que sucedió y... —comenzó a decir observándome con una pizca lástima. ¡Realmente detesto que lo hagan! —No quiero hablar del tema. Sólo dígame el por qué me citó aquí tan repentinamente —comenté cortante frunciendo el ceño.—Sí, sí claro; lo comprendo. La llamé porque debía darle una noticia importante podría decirse. —habló pausadamente.—Correcto —afirmé mientras en mesero me servía un poco de café.— ¿Buena o Mala?—Supongo que buena Srta. Parker —empezó a decir mirando hacia la puerta, suspiré aliviada, tal vez no sería tan malo.— Va a trabajar con un nuevo compañero. — « Jamás cantes victoria antes » exclamó burlonamente mi subconsciente. Lo ignoré olímpicamente y me enfoqué observando alarmada a mi jefe.—¿Qué sucedió con Chad? —me sorprendí abriendo enormemente los ojos. Realmente me sorprendía esta noticia.—Lo trasladaron Srta. Parker, ¿acaso el señor Williams no le contó? Él me anunció la semana pasada que tenía que mudarse a otra ciudad la semana entrante por diversas cuestiones personales —dijo mirándome fijamente, cómo si yo tuviera algo que ver con ello.—Señor —rápidamente contesté aquella estúpida afirmación— Yo no tengo nada que ver con su partida.—Aquello no lo sé. Pero prefiero meterme la menor cantidad de veces posibles en su vida privada y en la suya así como en las demás que inevitablemente me rodean —dijo bebiendo un poco de café de su taza.— Pero volvamos al punto, le presento a su nuevo compañero —asintió hacia la puerta y esta se abrió, dejando ver la esbelta figura de un chico alto con cabello castaño y dos cafes adornando sus ojos.—Srta. Parker —hizo un ademán con las manos.— Le presento a su nuevo compañero, el Sr. Azuara. .Él educadamente me tendió su mano y al principio dudé en tomarla, pero al final cedí. «¡Estúpida!» exclamó por segunda vez mi subconsciente, no sé por qué pero este Azuara no me daba buena vibra, «Que idiota », pensé nuevamente reprochándome a mi misma.Sentí su cálida mano contrastando la mía, ya que estaba fría debido al helado café... que acaba de digerir y al extraño tiempo de la ciudad de Londres. Me regaló una sonrisa amigable a la cuál yo sólo correspondí asintiendo.—Bueno —mi jefe retomó la conversación.— ___, el Sr. Azuara emprenderá el caso contigo mañana por la mañana.Sacó dos sobres papel madera y nos los tendió sobre la mesa.—Tomen —dijo mirándonos a ambos.— Léanlo detalladamente, mañana volveremos a hablar del caso, incluyendo en donde se investigará...—Espere —exclamé saltando de la silla alarmada.— ¿El caso no radica aquí, en esta ciudad?— ___...— mencionó Azuara sorprendiéndome, no había dicho absolutamente nada desde que había entrado a la sala. Miró a mi jefe preguntándole con la mirada si debería decirme lo que estaba pasando, éste asintió mirando al suelo.—El caso será en Bradford —dijo volviendo su mirada penetrante con aquellos ojos cafes y suspiró. Decidí salir de aquellos absurdos pensamientos por décima vez y me concentré. Los miré a ambos sin poder creerlo.—Señor —dije mirando a mi jefe frunciendo el ceño.— Usted nunca mencionó este dato podría decirse realmente... importante. Antes de que Azuara pudiera pronunciar palabra alguna mi jefe se interpuso.—Lo lamento Srta. Parker pero es el único caso que tenemos disponible, salgo que quiera perderlo, no me interpongo ante la decisión que tome pero le recomiendo que acepte ya que no se encontrarán casos como los que usted y el Sr. Azuara trabajan. Le vuelvo a recordar, lea el contenido del sobre, antes de tomar una decisión apresurada y equivocada para agregar.Sin nada más que decir se dirigió a la puerta y terminó diciendo:—Parker, Azuara —pronunció aquellas palabras y se retiró de la habitación.
COMENTEN Y VOTEN PARA OTRO CAPITULO
ESTÁS LEYENDO
Donde hubo fuego... Cenizas quedan.
Mistero / Thriller»Donde Hubo Fuego Cenizas Quedan« Tal vez esta frase sea más empleada respecto a el amor, pero este no es el caso (por lo menos al comienzo) El fuego es el pasado, que creyó haberlo apagado del todo pero se olvidó de las cenizas que volvieron a e...