6. Señor Smith.

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Volvieron a tocar la puerta, pero esta vez me encontraba vestida, al menos mis últimas palabras hacia Azuara no fueron en vano. Perdí la noción del tiempo, vaya que era puntual, diez minutos precisos ni un minuto más ni uno menos. El día se encontraba frío o al menos eso demostraba la ventana cuando puse mis dedos sobre esta. Abrí la puerta de repentinamente y el estúpido casi se cae, ¿acaso no le habían enseñado que no había que apoyarse sobre la puerta? Lo miré frunciendo el ceño, por suerte no se cayó del todo... ¿Por suerte? ¿Pero qué me pasa hoy?- Bien, estás lista, como lo prometiste - me miró y comenzó a examinarme, en busca de algo - Vamos.- Cumplo con mi palabra siempre, ¿acaso no te fiabas de mi? - dije alzando las cejas.- La verdad es que a veces no se que pensar - empezó a caminar cada vez más rápido así que me apuré y logré a estar a su lado.- ¿Y qué tienes que pensar tanto? Este trabajo se trata de fiarse y ayudarse porque, compañero, sin esas dos cosas esto no podrá funcionar - alcanzé la puerta del auto y lógicamente la abrí, pero no me iba a situar a su lado, por lo tanto, no me quedaba otra opción que dirigirme hacia atrás.El viaje resultó ser muy largo, ya que el silencio inundaba el ambiente. Un silencio incómodo, así que apenas aparcó el coche salí disparada de aquel, tan apresurada que casi me caigo, estampándome contra el suelo pero, antes, una cálida mano me agarró.- ¡Hey! ¿Te encuentras bien? - preguntó un chico con ojos azules sonriendo hacia mi. Cuando por fin logré estabilizarme tendió su mano en forma de saludo - Juan Pablo Zurita, trabajaré con Harold y también contigo, al parecer.- Em... claro gracias - le devolví la sonrisa - ___ Parker, un gusto.- Al parecer ya la has conocido - escuché su voz detrás de mío - ¡Zurita, cuanto tiempo! - y me sobrepasó para darle un fuerte abrazo.Quería quedarme a ver el espectáculo, pero muchachos debo informarles que el show terminó, hay una otra función a la que debemos acudir.- Vamos - y sin esperar respuesta me dirigí adentro del edificio el cual, (hablando de shows), aquí se debían hacer muchos. Era un teatro, y la gran pregunta era ¿Qué hacíamos aquí?. Sólo se encontraba un señor de unos cuarenta años limpiando el lugar, levantó la vista, me observó y se dirigió hacia mi.- ¿Qué se les ofrece? - mumuró con voz ronca.- ¿Usted es el Señor Smith? - preguntó el castaño.- Si, ¿Qué quieren?- ¿Podríamos hablar con usted?, es acerca de su hija - está vez fue el chico de ojos celestes quien fue directo al grano.El señor se puso firme, enderesándose, y sus ojos comenzaron a aguarse. Inmediatamente, comenzó a derramar algunas lágrimas, las cuales secó al instante.- ¡¿Qué quieren saber sobre ella?! ¡¿Qué diablos quieren y quién se creen que son?!  - El FBI señor, nada mas ni nada menos - dijo burlón Azuara lo cual me molestó. ¿Cómo podía actuar así en un momento como ese? Si me preguntaran por mi hija yo reaccionaría de muy mala manera o incluso igual.Fruncí el ceño ante su contestación y posé mi mano sobre el hombro del hombre.- Solo serán unas pocas preguntas, cuánto más rápido y sincero usted sea, más rápido nos iremos de aquí ¿entendido? - Igual si él se negaba sería peor, lo sabía y nosotros también, si yo fuera él, sin lugar a dudas, no me arriesgaría.- Claro, comiencen - asintió y se dirigió hacia unas butacas, las cuales señaló, ofreciéndonos asiento. Una vez sentados comenzamos con el cuestionario, mejor dicho Azuara lo comenzó.- Cuéntenos, ¿donde se encontraba aquella noche?- Trabajando y mi mujer igual, ella trabaja en lo mismo que yo pero en salas de cine. Esta vez me tocaba a mí ir por el regalo de Mary, iba a comprarle el carrusel que ella tanto quería. Apenas salí de la tienda mi teléfono comenzó a sonar, cuando por fin conteste se escuchaban gritos, gritos de mi pequeña. Desesperado, empecé a preguntar quién era pero el sujeto ya había cortado. Corrí hacia mi automóvil pero al parecer la juguetería se encontraba muy lejos de mi casa...- Nombre de la juguetería por favor - lo interrumpió anotando en su libreta.- Oh si, la famosa tienda de juguetes "Hamleys''. Mi pequeña amaba todo lo que se encontraba en ese lugar - sonrió con melancolía y un poco de nostalgia al recordar a su pequeña.- Prosiga - dijo Azuara haciendo un ademán con las manos apurándolo.- Claro - aclaró su garganta - Luego de aproximadamente treinta minutos de viaje regresé a mi hogar y llamé a gritos a mi hija pero no contestaba, a aquellas horas de la noche tendría que estar en su cuarto dormida.- Pero usted encontró su cuerpo sin vida, ¿no es así? - interrogó el idiota. ¿Cómo podía ser tan directo en una situación como esa? - Así es y junto a este - suspiró pesadamente - una máscara.Y así era, en todos los malditos cuerpos se encontraba la misma. Antes de que hiciera otra pregunta que pudiera transmitir un horrible recuerdo hacia el hombre, logré conseguir hablar yo primero.- Gracias por su ayuda - le sonreí amablemente ofreciendo mi mano para que la tomara - Cualquier cosa acudiremos a usted de nuevo.El hombre resultó agradecido ya que por razones obvias, no quería tocar ni hablar más sobre el tema. Y sin decir más; caminé hacía la puerta sin esperar a mis compañeros. 


||Esto se pone muy interesante...||

Donde hubo fuego... Cenizas quedan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora