Los ojos de Harold estaban sumamente brillantes volviéndose aún más oscuros a medida de que observaba a Juanpa. Era como si la famosa frase: Si las miradas mataran yo ya estaría muerto estuviera presente, bueno, reemplazando el "yo" por Juanpa.
- No volveré a repetirlo Zurita, será mejor que te alejes de ella. - advirtió. Juanpa me seguía sosteniendo la mano, pero yo logré zafarme de su agarre, no quería montar una escena con toda la gente que nos rodeaba, viéndola. - Así está mejor - continuó. Abrí la boca para poder decir algo pero Harold me tomó de la cintura dirigiéndose a la salida. Esta vez no podía soltarme, volteé como pude y ondeé una mano hacía Zurita, el me devolvió el gesto con una pequeña sonrisa. Hice que Azuara esta vez se detuviera, no estábamos en la salida, nos encontrábamos en un gran jardín cuyas flores estaban débilmente iluminadas por la luz de la luna.
- ¿Se puede saber qué te pasa? ¿Por qué actúas de ese modo? - pregunté alterada frunciendo el ceño. El me miró y se acercó aún más, tomándome nuevamente de forma delicada la cintura.
- Escucha ___ esta fiesta no es una en la cual puedes coquetear y beber sino que todo lo contrario, acá no puedes confiar en nadie, te tratan de extraer información de alguna forma u otra y Zurita no es confiable.
- ¿Y cómo estás tan seguro de que no lo es? ¿Acaso lo conoces?
El silencio inundó el lugar ya que solamente nos encontrábamos nosotros dos, notaba sus músculos ponerse tensos al recordar algo, seguro que no me lo diría. Frustrada, fije mi mirada al piso, el al parecer se dio cuenta y levantó mi mentón para que lo viera. Iba a abrir la boca diciéndole que no hacia falta que me lo dijera pero él la selló con un beso.
- Harold, no entiendo que somos - dije negando con la cabeza. El rió y luego besó mi frente.
- ¿Hace falta algo formal? - dijo arrodillándose delante de mi - ___ Parker, ¿quieres ser mi novia?
Asentí obviamente entusiasmada, pero aún esperaba que algún día me dijera que había pasado con Zurita. Lo rodeé con mis brazos fundiéndome en sus brazos.
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[AVISO: Esta parte NO está narrada en el momento que están viviendo Harold & ___, sino que antes. (Pasado osea Flashback)
Ella sentía el olor a humedad y a una persona difunta, el cadáver que se encontraba frente a sus ojos no estaba iluminado, pero se podía sentir con claridad que se encontraba rodeado por moscas. Pequeñas partes de su vestido destrozado y desgastado se esparcían a lo largo de toda la habitación, este era celeste aunque se notaba negro debido a la oscuridad. ¿Por qué se dio cuenta? Porque al haber un pequeño orificio que provenía de la pared cedía luz y justo iluminaba esa parte.
Sentía sus pasos mientras tocaba su barriga, faltaban pocos meses para que el feto salga y vea la realidad, esperaba que viera como ella que esta no siempre era fácil y linda, sino que todo lo contrario, díficil y dura. La respiración que provenía de atrás era lenta y pesada, el tocó su brazo, pero no lo apartó.
- Vas a ver querida, todo va a mejorar - afirmó dejando un beso en su hombro. Tembló esta vez pero tampoco se alejó, tragó sonoramente y le dio otra mirada hacía el cuerpo que yacía a sus pies. También pudo notar que su cabello era largo, ondulado y marrón y que ahora se encontraba manchado de sangre casi seca.
A lo lejos se empezaron a escuchar las sirenas, se miraron alarmados y se dirigieron hacia la puerta que se encontraba allí. Sabían que ese sonido indicaba solo una cosa. Policía.
Ellos le tenían fobia a aquella palabra. Le dieron un último vistazo a su reciente víctima y huyeron, dejando otra vez a los policías y detectives que estaban por entrar como completos idiotas.
[AVISO: ___ NO ES LA QUE ESTA EMBARAZADA]
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Estaba acabando mi tercer café, gracias a Dios mi jefe había dejado de hablar y mencionar mil veces la misma cosa, no tenía dudas de que quería que todo quedara claro. Cuando dijo que podíamos tomarnos un receso aproveché la oportunidad de buscar otro café. Estarán pensando que soy adicta a la cafeína pero solo puedo decir que es la única bebida que me mantiene en movimiento, alerta y me ayudaba a retener la mayor parte de información.
Vertí café en una taza donde el calor se conservaba y la puerta del auto ya estaba abierta con Harold dentro de él. Entré y el tomó mi mano acariciándola, el gesto me relajó viendo a Tomlinson delante mio. Al parecer ya había solucionado los problemas que tenía y me detuve a pensar que tal vez era una buena idea preguntarle si estaba bien, claro, haciendo preguntas que trataran de evitar meter la pata.
Apenas el vehículo se detuvo me di cuenta que habíamos llegado, el viaje había sido silencioso pero para nada incómodo. Miré por la ventana, divisé con claridad fotógrafos y periodistas tratando de tomar fotos y algo que era imposible para ellos. Entrar.
«¿Por qué no esperarán a tener los resultados?» pensé.
Bufé molesta al ver que bloqueaban aún más la puerta con cada uno de sus movimientos, perdimos aproximadamente media hora por ellos. Logramos entrar fácilmente cuando llegamos a la puerta por nuestras identificaciones.
Como algo más tenía que pasar, Harold dijo que no podía entrar. La razón era porque tenían que inspeccionar el lugar y la cantidad de personas que ya entraban (Tomlinson, dos policías y obviamente, Azuara) ya era más que suficiente. Simplemente asentí, el gesto pareció sorprenderlo y entró.
Cuando me aseguré que todos ya estaban dentro comencé a rodear la casona, esta tenía un aspecto sepulcral ya a simple vista. Me detuve cuando encontré una escalera fina, sonreí, yo podía subirla.
«Harold, que poco me conoces, cariño. Yo nunca me quedo con los brazos cruzados»
Los caños de la escalera estaban oxidados, pero aún así logré subirlos. Lo primero que hice fue intentar abrir la puerta, pero como supuse en un principio, estaba cerrada. Comencé a buscar en mis bolsillos algún objeto el cual me ayudara a abrir la puerta, y encontré una pinza que había usado ante una emergencia para poder atar mi cabello.
Sacudí mi cabeza alejando esos tontos pensamientos, y después de haber hecho pocos movimientos logré desbloquearla. ¡Bingo!
Entré al lugar, que se hallaba totalmente oscuro con algunas telarañas y silencioso. Mis tacones hacían que el suelo crujiera mientras caminabalo cual no ayudaba porque justo se empezaron a escuchar murmullos que provenían, por suerte, de otra habitación.
Caminaba torpemente para esconderme detrás de una biblioteca cubierta de polvo, pero algo me lo impidió haciendo que cayera ahogando un grito.
Caí dándome un fuerte golpe en mi trasero, lo que empeoró la situación, ¿que había sido eso?. Intenté levantarme pero cuando ya estaba de pie, observé las tablas que se encontraban casi rotas y simulaban un piso ya no podían sostener mi peso. Traté de reprimir el grito pero era casi imposible, me estaba cayendo, intentaba sostenerme como podía con un pedazo de madera y lo único que pensaba era que iría a parar al primer piso. Si, ese piso, el cual Harold se encontraba frustrado por no poder entrar, ya que la puerta estaba bloqueada y resultaba imposible abrirla.
Alejé mis pensamientos cuando oí pasos que se encontraban cada vez más cerca de mi, lo cual no era para nada beneficioso. «Otro punto en contra, Parker. Piensa rápido.» dije a mi misma. Eso hice y debería dejar de "pensar rápido", me solté de la madera, mis dedos ya se encontraban sudorosos y caí, caí en la oscuridad con la boca cerrada.
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Cuando mis pies tocaron el suelo suspiré aliviada pensando que en aquella ocasión no podría caerme más abajo, no había un subsuelo. Miré a mi alrededor y fije mi mirada en el armario que no había notado y se encontraba a mi derecha, que también estaba polvoriento como aquella biblioteca. Me dirigí hacia este alejándome del orificio para que no pudieran verme, aunque era imposible que lo hicieran ya que estaba completamente oscuro. Cuando tuve el armario frente a mí, sin pensarlo dos veces lo abrí encontrándome con lo que menos me gustaría encontrar, pegué un salto hacia atrás y un pequeño grito que no pude evitar. Adentro de este, había cadáveres.
Luego de controlar mi respiración me acerqué nuevamente contando la cantidad cuerpos humanos que había, eran 17 cuerpos si mi vista no me fallaba. Cerré de vuelta el armario pensando con haría para huir de allí me volteé y noté esos ojos verdes sobre mí.
- ¿Vas a dar otro grito, preciosa? - preguntó sonriéndome. ¿Así que me había escuchado?
- No idiota, ¿puedes dejar de comportarte como tal?, hay algo que me gustaría mostrarte - alargué mi mano hacia el picaporte y lo abrí. Azuara se mostró asombrado y se comenzaron a escuchar murmullos desde atrás, aunque no sabía si podría verme le mostré mi mirada de superioridad y al parecer la vio, porque abrió su boca para contraatacar, pero antes de que pudiera pronunciar palabra alguna, una luz nos alumbró.
- Bien hecho Parker; aunque Azuara ya te había dicho que te quedes en el lugar que se te había indicado... - comenzó a decir una voz que distinguí al instante, Tomlinson.
- Me fui, me salí con la mía, pero mírale el lado bueno Tomlinson, otra pieza para el rompecabezas. - interrumpí sonriendo ampliamente. Escuche su suspiro - Solo tenía curiosidad.
- ¿Sintiendo curiosidad? Bien, echémosle un vistazo a esto. - dijo Azuara y señalo con dos dedos a dos policías indicando que se acercaran a él. - Registren el lugar y busquen huellas, vamos a ver que obtenemos de esta búsqueda. - los policías asintieron y se retiraron. Yo me iba a dar la vuelta pero el tomó mi hombro. - Con respecto a ti... - comenzó a bajar su mano y llegó hasta mi cintura, deteniéndose allí y sosteniéndome firmemente - ¿No te cansas de desobedecer órdenes?.
- Nací para desobedecerlas al parecer - dije y le di un pequeño beso en sus labios - ¿No te parece?
- No tengo dudas de aquello - me besó y cuando este comenzaba a intensificarse, un carraspeo nos interrumpió.
- Azuara y Parker... demostraciones de afecto en el trabajo... hay que evitarlas. - dijo una voz prepotente, nuestro jefe. Me sonrojé y me alejé un poco de Azuara. - Vamos, vengan a ver los resultados.
- Si Señor - respondí y Azuara asintió. Antes de irnos el murmuró a mi oído "Hay que conseguirle una novia" y reí por ello. A la vez sentí un poco de tristeza por mi jefe, su suerte en el amor no había estado muy presente, su primera esposa lo había abandonado dejándolo solo a cargo de su hija Phoebe Sawer, y después de un tiempo (según lo que se), conoció a la madre de una amiga de su hija y bueno, se volvió a casar, pero tampoco la pasó bien; lo que sucedió fue que ella fue asesinada justo por el mismo asesino que estaba buscando en su caso, el infeliz fue un hueso duro de roer pero lo encontraron y terminó merecidamente en la cárcel.
Caminé y me pregunté si habrían encontrado algo. Llegamos hasta el policía Jones, quien de mala manera contestó nuestras preguntas, y todas sus respuestas se reducían a que ya no era solo un asesino, sino que dos. Dos asesinos, dos problemas. Miré a Azuara (quien seguro estaba pensando exactamente lo mismo que yo) y después terminé prestándole atención a las últimas palabras de Jones.
- Supongo que eran dos hombres, ya que sus pisadas aparentaban serlo. Buenas tardes. - terminó diciendo y se dirigió a quien sabe dónde. No me convencía el hecho de que aparentaban ser "dos hombres", aunque en general lo eran siempre subestimaban demasiado a las mujeres.
- Gracias Jones, ustedes dos, vengan conmigo. - nos miró a Harold y a mí e indicó con la cabeza la salida, donde Tomlinson ya se encontraba apoyado contra la pared.
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Donde hubo fuego... Cenizas quedan.
Mystère / Thriller»Donde Hubo Fuego Cenizas Quedan« Tal vez esta frase sea más empleada respecto a el amor, pero este no es el caso (por lo menos al comienzo) El fuego es el pasado, que creyó haberlo apagado del todo pero se olvidó de las cenizas que volvieron a e...