Capítulo 10

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Arrancó su auto, un Audi rojo y el motor rugió. Sonrió. Oh, como le gustaba escuchar ese sonido, su auto era completamente un lujo y estaba más que satisfecho con este. Condujo hasta donde Joseph le dijo que debían reunirse, que por cierto quedaba lejos. Prendió la radio. We found love de Rihanna sonaba, subió el volumen un poco más y tarareó la canción. De repente Celia se le vino a la cabeza. Sonrió. Sabía muy bien que su plan era intentar olvidarla pero era más fuerte que él. Sus labios, su piel, sus ojos, su cuerpo. Todo de ella era mucho más fuerte que él. Después de unos minutos manejando, llego al callejón donde ahora tendrían que reunirse ya que el antiguo lugar donde lo hacían estaba en peor estado que nunca, lleno de escombros y baleado por todos lados. Bajó de su auto y entró en la puerta que estaba media escondida entre un gran basurero y escombros que hacia bastante que estaban allí. Todos lo miraron cuando se adentró. Él gruño y se quedó en un costado mirando a Joseph quien al parecer estaba a punto de decir algo antes de que interrumpiera con su llegada.

-Nunca aprenderás a llegar a horario.- afirmó Joseph mirándolo fijo, el solo agitó los hombros quitándole importancia y prendió un porro de los que tenía en la chaqueta.- En fín.- volvió a hablar llamando la atención de todos los que estaban allí y haciendo que quitaran la vista de Justin.- Como todos saben, Ricardo mandó a sus hombres a irrumpir donde antes nos reuníamos.- todos sintieron con la cabeza y gruñeron con odio.- Ahora seremos nosotros quienes lo jo.dan.- dijo con una mirada oscura, estiró sus labios hacia arriba formando una sonrisa que avisaba que habría problemas. Justin dió una calada mirándolo.

-¿Y cómo lo haremos?- Preguntó uno. Joseph dirigió su vista a quien había hablado.

-Primero que nada, averiguar su lugar de reunión. Luego atacaremos de improviso. Lo importante de esto es ser silenciosos y luego destruir a cada uno de ellos como los hombres de Ricardo hicieron con los nuestros.- Todos allí asintieron menos Justin quien solo escuchaba pero no le daba importancia.- Y lo bueno es que ya tenemos de donde sacar información.- dijo con una mirada oscura que dirigió hacia la puerta del lugar, todos giraron a ver qué era lo que observaba y Justin también lo hizo con el ceño fruncido. Dos hombres que trabajaban para Joseph tenían agarrado a otro que parecía indefenso y mucho más pequeño de contextura delante de ellos, estaba golpeado, su ropa manchada con sangre, tenía cierta rabia en su mirada pero también se notaba miedo, mucho miedo.- Cesar.- dijo Joseph mirando al chico con una sonrisa malévola.- ¿Cómo has estado?- preguntó siendo falsamente amable. Se acercó a él con lentitud.- Cesar trabajaba para mi... ¿cierto?- dijo contando a los demás quienes miraban expectantes, quien era.- Pero... al parecer era un traidor.- Su sonrisa se borró al instante que pronuncio aquello. Le dio un puñe.tazo en el estómago por lo que el chico se retorció en el lugar y comenzó a toser.-...Y ya saben que pasa con los traidores.- dijo con veneno en sus palabras. Propinó otro puñe.tazo esta vez en sus costillas. Cesar se retorció mas y escupió sangre a un lado.- Lo bueno es que nos dirá lo que queremos saber de Ricardo.

-No.- Se negó el chico. Joseph se dio vuelta para mirarlo con incredulidad y el ceño fruncido, apretó su mandíbula y volvió a pegarle esta vez justo en el labio dejando un gran corte que no tardo en sangrar.

-Creo que vamos a tener que hacerlo por las malas.- Hizo una seña a los dos hombres que lo sostenían y estos sacaron a Cesar del lugar, dándole patadas para que caminara ya que él se negaba a hacerlo y también forcejeaba con las pocas fuerzas que le quedaban. Seguro se lo llevarían a algún lugar donde pudieran torturarlo y sacar la información que Joseph quería.- Es todo por hoy.- anunció Joseph y se dirigió a la puerta donde habían llevado a Cesar.

Elliot se acercó a Justin, este lo miró y tiró el cigarro al suelo.

-Dylan y yo iremos a las carreras hoy, ¿vendrás?- le preguntó. El negó con la cabeza.- Oh, vamos ¿sabes cuantas preguntan por ti?- Le preguntó su amigo.

-No me interesa.- respondió sin mirarlo. Elliot frunció el ceño. Hacia un año que él estaba muy cambiado, un año no, más... desde que la conocía a ella. Su mejor amigo había cambiado y mucho. Antes era Justin el primero en ir a las carreras a fo.llar con alguna o el primero que quería divertirse como lo hacían. Pero ya no. Se había vuelto en un jo.dido aguafiestas y eso le molestaba a sobremanera. El día que llego a su departamento hecho una furia, con sus ojos cristalizados porque ella lo había dejado, fue Elliot quien lo calmo y pensó que quizás si esa mujer ya no estaba en el medio las cosas serían mejor pero se equivocaba porque al parecer estar sin Celia lo tenía en peor estado. Se volvió más impulsivo, agarro más vicios. Se hundía en su propio dolor.

-Tú vendrás igual, ca.bron.- insistió Elliot. Dylan se acercó a ellos y palmeó la espalda de Justin.

-Oh, sí que vendrá.- dijo Dylan asintiendo.

-¿Por qué quieren que vaya?- preguntó él, fastidiado.

-Porque te divertirás.- dijo su amigo con una sonrisa leve.- vendrás quieras o no.- Justin rodó los ojos. Su idea era ir a verla a la noche pero... no quería volver a aferrarse mucho a ella porque tenía miedo que otra vez... que otra vez se fuera. Así que hoy les daría el gusto a sus amigos. Iba a ir a las carreras con ellos para distraerse que es lo que estaba necesitando hace tiempo.- Genial.- dijo Elliot aunque él no hubiera confirmado.- Ocho y media te pasamos a buscar a tu departamento.- le anunció. Justin solo asintió.

-Me voy.- Dijo y salió de aquel lugar ya que Joseph ya había dicho lo que debía anunciar y todos se estaban yendo también. Comenzó a caminar hacia su auto y recostó su espalda en la puerta de este, sacó su teléfono junto con otro cigarro, prendió este y luego marcó el número de ella.

-Hola.- Escuchó su suave voz del otro lado de la línea. Él dió una calada y dejó salir el humo por entre sus labios.- ¿hola?

-Nena...- respondió Justin con voz ronca.

-¿Justin?- pregunto ella porque al no tenerlo agendado le aparecía como número desconocido. Aunque sabía de quien se trataba. Esa voz ronca y sensual solo era de él.

-Si...- contestó. Debatió en su mente que decirle. Mi.erda tenía muchísimas ganas de verla pero no quería aferrarse como antes.- Escucha... ¿Recuerdas que dije que iría a tu casa a la noche?

-si.-Sonrió levemente del otro lado de la línea.

-Bueno, se me presento algo así que no podré ir. No me esperes.- Soltó, queriendo sonar seco. Y lo logró... porque Celia del otro lado de la línea se sintió decepcionada. Necesitaba volver a verlo porque había pasado mucho tiempo sin él.

-Oh... está bien.

-Adiós.- Se despidió. Ella alejó el teléfono de su oreja y mordió su labio. Se sentía algo triste por la forma fría con la que le había hablado.

-Adiós.- Contestó luego de unos segundos de silencio. Él corto la llamada y tiró el cigarro al suelo aunque este estuviera sin terminarse del todo. Lo apagó con la suela de su zapato, abrió la puerta de su auto y entró. No tenía ganas de ir a las carreras pero eso haría, para quitarles el gusto a sus amigos y también para divertirse aunque fuera un poco.

Without control 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora