Capítulo 6

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Sus bocas encajaron perfectamente justo como antes lo hacían. Sus corazones latían al mismo tiempo, él estaba tan nervioso como un adolescente dando su primer beso y no sabía porque. Delineó los labios de ella con su lengua y Celia abrió un poco su boca para que esta entrara, recorriendo cada parte. Movieron sus bocas. Era tan perfecto como lo recordaba, tan prefecto como lo soñaba en las noches cuando ella no estaba a su lado, cuando no sabía dónde encontrarla. Cuando no sabía si la volvería a ver. Y todas las noches que lloro porque la necesitaba, esas noches en las que había llorado como un estu.pido. Siguió moviendo sus labios suavemente, dejando todo de él, haciéndole saber cuánto la necesitaba. Se separaron lentamente por falta de aire y miró su boca roja, luego subió hasta sus ojos. Sus pestañas negras, largas y arqueadas remarcaban más sus preciosos ojos grandes color esmeralda.

Ninguno dijo nada. Ambos tenían mucho que decir pero ninguno sabía como empezar.

-Yo...- empezó hablando ella, pero se interrumpió.

Miró por sobre su hombro y su expresión se tornó preocupada. Él notó como ella se separaba lentamente y no dejaba de mirar ese punto fijo detrás suyo. ¿Qué había visto? La aferró más a su cuerpo haciendo que ahora la atención de ella se centrara en él. No quería que se fuera. No otra vez.

-No te vayas.- le pidió con todo el dolor de su alma. Ella negó con la cabeza levemente y puso ambas manos en su pecho para separarse, tenía que hacerlo aunque no quisiera. Había visto a Ricardo entrar en el pub y no quería que la viera con Justin. Él aflojo su agarre. Vio como ella se giraba sobre sus talones, apresurada y caminaba a paso rápido, perdiéndose entre la gente. Giró su cabeza para mirarlo por última vez, conectando sus miradas solo por un segundo.

Y él solo la dejo ir. No quería molestarla, no quería humillarse, no quería correr tras ella si era su decisión irse como lo había hecho hace un año. Un tortuoso año. Y justo cuando quería olvidar, cuando quería enterrar todo, ella aparecía otra vez en su vida, echando todo su esfuerzo de olvidarla a la basura.

Ahora se le haría imposible, ahora que sabía que ella estaba en la ciudad, ahora que tenía una idea de dónde encontrarla. Ahora que ya había vuelto a probar sus labios. Que ya había recorrido su dulce boca como tanto le gustaba, reviviendo sensaciones que solo con Celia sentía. Cuando sus bocas se tocaron, sintió un calor acogedor en su interior que hacía ya bastante tiempo no sentía.

Una persona que estaba bailando, sin querer lo empujo haciéndolo volver a la tierra y que dejara sus pensamientos de lado. Sacudió su cabeza y salió de todo el gentío como pudo, la canción ya la habían cambiado y ahora sonaba en los amplificadores una movida. Se acercó a la barra. El que atendía se acercó y Justin ordeno de lo más fuerte que tenía. Después de un par de minutos le dejo el pequeño vaso con el líquido en la mesa. Él agacho la cabeza y miró este. Dió un trago sintiendo como todo el líquido quemaba su garganta. Y así era su manera de despejarse. Con alcohol o con los cigarros, para al menos pensar en otra cosa por unos minutos.

...

Apoyó las llaves de su casa en la mesa del comedor y suspiró. Había visto a Justin de nuevo y esta vez él la había reconocido. La había visto... la había besado. Acarició sus labios para recordar la sensación que se sentía su boca sobre la de ella.

Mi.erda. ahora que él la había visto la iría a buscar y eso no era seguro. Aunque quizá ya la había olvidado, quizá la había dejado de amar. Quizá en el beso que se habían dado hace unas horas no sintió lo mismo que ella y por eso la dejo irse sin mosquear. Quizá se había vuelto a enamorar de otra persona.

Sacudió su cabeza y se dirigió a la cocina. Se sirvió un vaso de agua fría y lo tomó, fue al comedor y prendió el televisor. Pasó canal por canal hasta encontrar una película. Lo bueno era que Ricardo no la había visto junto con él porque ese sí que sería un gran problema. Después de hacer zapping por todos los canales, dejo uno en el que estaban dando "La noche del demonio". Se sentó y la miro por unos minutos. Ya había visto la película pero al parecer era lo único bueno que estaban dando en el televisor y no tenía ganas de irse a dormir.

Sonó el timbre. Ella frunció el ceño y se fijó la hora en el reloj de su pared. Eran las 23:30 ¿Quién era a esa hora? Se levantó del sillón después de apagar el televisor, buscó las llaves y abrió la puerta lentamente. Abrió los ojos de par en par cuando vio a Justin detrás, con su pelo revuelto y mala cara. Abrió por completo, él levanto la vista y la miró. Sus ojos estaban cristalizados y se podía notar – a pesar de la oscuridad - que estaban rojos.

-Pasa.- le dijo suavemente aunque sabía que estaba haciendo las cosas mal porque si se ponía a pensar, ella se había alejado solo para mantenerlo a salvo.-Hey.- le volvió a decir al ver que él se había quedado estático. Estiró su brazo al interior de la casa invitándolo a que entrara. Justin entró dejando que la chica pudiera oler su aroma. Perfume de hombre mezclado con alcohol y porro. Si, estaba borracho y fumado. Eso explicaba sus ojeras y su mirada perdida, además de sus ojos rojos.- ¿Cómo sabias que estaba aquí?- Él se giró sobre sus talones y la miró. La tenía en frente suyo y ahora lo único que deseaba hacer era sacar la rabia que había escondido dentro por un año. Quería desahogarse.


Without control 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora