Capítulo 19

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Cerró la ventana por donde había salido Jonathan. Su corazón dio un vuelco al pensar que quizás no lo volvería a ver por un largo tiempo. A él, quién siempre había estado para ella, quien siempre la protegió. Tenía ganas de ir tras John e impedir que se largara, pero no podía... él no tenía otra opción.

Y recordó como era su vida antes de conocer a John... recordó como era su vida a los 15 años. Cuando tenía una vida llena de lujos y cosas caras, cuando lo que vestía eran bonitos vestidos colores pastel y pensaba en salir de compras con sus amigas... cuando soportaba las humillaciones de sus padres. Cuando soportaba la desilusión en sus caras por no ser el prototipo de chica que ellos querían, cuando soportaba las discusiones de sus padres delante suyo. Cuando lo único que quería hacer era salir de ese mundo de princesa perfecta, porque no todo era como se veía por fuera. No aguantaba tener que ser lo que otros querían que fuera.

Y fue ahí cuando un día decidió dejar de usar esos vestidos rosas y dejó de pensar en cuál sería la próxima fiesta en la piscina a donde iría con sus amigas. Ahí fue donde verdaderamente decepciono a sus padres, donde ellos ya no tenían poder sobre ella. Fue ahí donde conoció a Jonathan.

El sonido del timbre la hizo salir de su viaje por el pasado. Sacudió la cabeza y se dirigió hacia la puerta. Abrió esta.

Allí estaba Justin con una sonrisa de esas que la volvían loca, su cabello desordenado, su mirada única y en sus manos... un ramo de rosas rojas. Volvió a subir la mirada a sus ojos y lo miró tiernamente. Era un gesto verdaderamente muy lindo de su parte. Sintió que su corazón se derretía y le sonrió.

-Hola, gatita.- La saludó con su voz tan dulce pero ronca a la vez. Ella no sabía que decir. Nunca le habían regalado rosas. Escuchó la risa de él. Seguro parecía una estu.pida mirándolo sin pronunciar nada.

-¿Son para mí?- Le preguntó con la poca voz que salió de su garganta. Él sonrió con diversión.

-No, las compre para adornar mi departamento.- Le mintió. Celia se sintió un poco avergonzada y desilusionada al saber que no eran para ella. Sus mejillas se tornaron rosas. Justin la miró divertido y negó con la cabeza.

-Hey, ¿Por qué te sonrojas?

-Porque pensé que... las flores... mejor olvídalo.- Quitó importancia y se sintió aún más avergonzada.

Justin soltó una risa y sonrió todavía mas, con una mano, agarró la cintura de ella y la acercó a él.

-En realidad son para ti, nena.- Le dijo dejando de reír. Observó la boca de ella que estaba a pocos centímetros de la suya. Celia sonrió y se mordió el labio mientras negaba con la cabeza levemente.

-Eres un tonto.- Le retrucó.

-Pero este tonto te saca sonrisas.- Dijo con suficiencia.

Ella asintió dándole la razón y lo besó. Un roce de labios. Pequeño, sutil pero a la vez tan intenso y lleno de sentimientos.

-Pasa ¿O quieres que te deje fuera?- Le preguntó, bromeando. Él se hizo el pensativo.

-Mhn... pero yo tengo tus flores y si me dejas fuera no te las daré.

Ella frunció la nariz y se abalanzo a él para quitarle el ramo de flores de la mano, pero Justin fue más astuto y estiró su brazo hacia arriba para que no pudiera agarrarlas. La muchachaintentó estirarse para alcanzarlas pero no pudo. Debía aceptar que él era más alto.

-Está bien, entra.- le dijo, rindiéndose. Justin sonrió satisfecho y se adentró a su casa, dejándola a ella detrás suyo. Él volvió a darse vuelta una vez que estaba adentro, haciendo que ella chocara contra su duro torso y se tambaleara un poco.

Without control 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora