Capítulo 23

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Justin la miró intentando comprender porque el destino la había puesto en su camino. Porque a ella. ¿Por qué apareció en su vida? Observó sus ojos. El color de estos se veía afectado por la luz del sol, haciendo que se aclararan.

-¿Por qué eres así?- preguntó de repente, rompiendo con el silencio que se había generado. Ella frunció el ceño.

-¿Así como?

-Eres lo más tierno y créeme que odio lo tierno, pero en ti... se ve tan bien.- Confesó. La chica sonrió ante lo que le había dicho y rodó los ojos.

-No lo sé, soy una lindura.- Dijo agrandada, tirándose el pelo hacia atrás con una de sus manos. Él sonrió y estiró su cuello para depositar un casto beso en sus labios. Ella se giró un poco, acomodándose entre las piernas de Justin y apoyó su espalda en su trabajado pecho. Sintió los brazos de él rodear su cintura mientras dejaba reposar su barbilla en el hombro de su chica.

Ambos miraron hacia el horizonte. Se quedaron muchos minutos así, solo observando el paisaje que tenían en frente, observando como el sol se escondía lentamente en el mar. Un hermoso atardecer. Y desearon poder observar el mismo atardecer todos los días. Juntos.

-Celia...- la llamó después de varios minutos.

-Uhm...

-¿Qué te parece la idea de vivir aquí?- Se animó a preguntarle. 

-¿Yo... aquí, sola?- preguntó. Justin negó con la cabeza aunque sabía que ella no lo estaba viendo.

-No... conmigo.- Contestó casi susurrando pero ella logró escucharlo. Y la idea de vivir con él era tentadora, era perfecta. Despertarse cada mañana a su lado, saber que lo tendría todo el día para ella, alejarse de los problemas.

-Me encantaría.- Dijo sintiendo felicidad con tan solo pensar en eso. Justin asintió y aferro más la espalda de ella contra su pecho.

-A mí también, gatita...- Levantó una mano y señaló al cielo, ella observó lo que señalaba.-...Me imagino pudiendo ver el atardecer contigo todos los días...

Giró su cuerpo para poder verlo a él, quien tenía la vista hacia el frente.

-Eso me haría muy feliz.- Dijo. Levantó una de sus manos y acarició su mejilla haciendo que él le prestara atención a ella. Haciendo que volviera a perderse en sus ojos.

Justin bajó la mirada hacia sus labios. Levantó su dedo pulgar y con este tiró su labio inferior hacia abajo. Su boca se hizo agua. Estiró un poco su cuello y atrapó sus labios. Un perfecto encaje entre ambos. Se separaron lentamente.

Por la mente de Celia se presentó una idea algo maléfica al ver a Justin embobado con su boca. No podía desperdiciar la oportunidad. Con una de sus manos agarro sigilosamente un poco de arena teniendo cuidado de que él no se diera cuenta y rápidamente tiró esta sobre su cabello castaño claro.

La expresión de él cambio cuando notó que ella había tirado arena en su preciado cabello. Su ceño se frunció y su boca se abrió al igual que sus ojos, con sorpresa. Ella se levantó con rapidez y corrió unos metros alejada para que no pudiera agarrarla.

-¡Celia!- Gritó y escuchó una carcajada de parte de ella. Levantó la vista y le lanzó dagas con la mirada. Ella dejo de reír al darse cuenta de que a Justin no le había causado ni una pizca de gracia. Ahora ya no estaba riendo, estaba preocupada.- ¡Te voy a matar!- volvió a gritar y corrió hacia donde ella. La rubia también comenzó a correr con rapidez en dirección a la orilla del mar, giró la cabeza y lo vio a él corriendo detrás suyo y acercándose cada vez más. ¿Cómo era que había llegado hasta allí si ella estaba más alejada? Y la verdad era que un paso de él eran tres de ella. Apresuró el paso pero ya era tarde. Justin alcanzó su brazo y la hizo girar con brusquedad. Se chocó con su fuerte torso. Levantó la mirada con algo de miedo y lo miró con inocencia pero él tenía la mandíbula apretada y cara de pocos amigos.

-Se ve lindo tu cabello así.- le dijo en tono burlón. Él achico sus ojos.

-¿Si?, bueno creo que tú te ves bien mojada.- Frunció el ceño.

-¿Mojada? ¿Cómo lo sabes?, si no lo estoy.- Él cambio su semblante serio y en su rostro se hizo presente una sonrisa pícara. Rápidamente la alzó en el aire.

-¿Qué haces?- le preguntó pero ya tenía una idea de lo siguiente que pasaría ya que él la estaba llevando en dirección al mar. Empezó a patalear.- ¡Justin no!- gritó y comenzó a moverse para poder soltarse de su agarre y poner sus pies sobre la arena, pero era como si nada. Como si a él no le afectara el forcejeo que hacia.- ¡Suéltame!- volvió a gritarle y pataleó aún más cuando vio que ya estaban en la orilla.

-¿Tu tenía ganas de jugar? Pues juguemos, gatita.- dijo en tono desafiante y se adentró al mar hasta que el agua le llegó a las rodillas.

-Justin, no lo hagas.- le pidió aferrándose con sus pequeños brazos a su cuello. Él esperó unos segundos para contestarle. Segundos que pensó en tirarla o no. Segundos en los que se debatió interiormente si caer en el efecto de ternura que su vocecita dulce siempre causaba en él.

-Esa bien, no te tirare pero suéltame el cuello.- Aseguró con un tono más suave de voz. Ella se lo pensó pero termino sacando lentamente sus brazos de alrededor de su cuello. No tuvo que haber confiado. En cuanto menos lo esperaba, él la lanzó en el aire y termino cayendo en el mar. Escuchó una carcajada de parte de Justin.

-¡Eres un tonto!- le gritó, haciéndose la enojada. Se levantó ya que había caído de cu.lo al agua y frunció el ceño cuando vio que la mirada de él recorría su cuerpo entero hasta terminar en sus senos. Notó que Justin tragó saliva.

-Te dije que te veías bien mojada.- Ella miró hacia abajo y entendió la razón por la que la miraba de esa manera. El vestido blanco mojado traspasaba el conjunto de lencería color azul.

-Y tu cabello se ve bien con arena.- dijo, burlona.-Tu también debes mojarte.- Con sus brazos comenzó a salpicar agua, por lo que él se cubrió la cara.

-Deja de salpicar.- le pidió ya que lo estaba mojando pero ella en vez de hacerle caso, salpicó aún más.

-Ahora te toca a ti.- le dijo, vengativa. Escuchó que él se reía mientras se tapaba con sus manos, ella se acercó más mientras lo salpicaba. Justin aprovechó su cercanía y en un movimiento rápido, tenía ambas muñecas pequeñas agarradas con sus manos.

-¿Sabías que es un delito hacer lo que hiciste con mi cabello?- le preguntó mirando sus ojos verdes. Ella negó inocentemente con su cabeza, lo que derritió el corazón de él.

-Si es un delito, entonces lléveme presa señor policía.- Contestó juguetonamente, siguiéndole el juego, pero a la vez siendo sexy. A Justin le agarro un escalofrió en su espina dorsal y el deseo se hizo presente. Ella era tan caliente y aún más cuando ponía esa cara de inocente. Le daban ganas de besarla hasta que el mundo acabara.

-No sabe el castigo que tengo para usted, señorita.- Celia se mordió el labio cuando escucho su voz ronca. Sin aguantarse más, estiró sus brazos y los enredo en su cuello, apegándolo a su cuerpo mojado. Pero eso no importaba. Juntó sus bocas desesperadamente, sintiendo como su cálida exploraba cada rincón de la boca de Justin a igual que él lo hacía con la suya. Las grandes manos de él se posicionaron sobre la curva de su espalda y una fue bajando lentamente hasta quedarse en su trasero. Se separaron lentamente.-Tienes gusto salado.- le dijo él lamiéndose sus propios labios para después sonreír. Ella rodó los ojos.

-Sera porque alguien me tiro al mar.

Ambos rieron.

-¿Tienes frio?- Asintió.- Ven.- la acurrucó entre sus brazos para darle calor mientras que ambos salían del agua.- Te llevo a tu casa, así te cambias de ropa antes de que te enfermes.- le avisó.

-Te pareces a mi madre.- Ella rio. Él se encogió de hombros y abrió la puerta de su auto para que ella subiera a este.

Y así podían describir un día perfecto. Ella, él. Ambos juntos. Sin preocupaciones. Justin olvidando los problemas con Joseph y Celia olvidándose de Ricardo y toda la mi.erda. Pero... había un presentimiento de ella avisando... avisando que tarde temprano Justin se enteraría lo que no le había contado sobre ese año separados.

Without control 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora