capítulo 13.1 "La lluvia limpiará todo"

491 67 24
                                    

En la sala de estar de la familia Alegría se encontraba Lance, el hombre buscaba de manera incesante una cosa, algo que pudiese servir para marcharse luego de aquella maldita casa. Elisa le observaba desde lejos, esta permanecía vigilando la ebullición de una tetera rústica.

En algún momento Lance encontró una fotografía en papel blanco de la familia, parecía el borrador de una imagen, un cuadro que quizás nunca logró concretarse, la idea de unión interrupta por los muertos. Tras un breve suspiro Lance sintió la voz de Elisa acercarse, ella con una expresión amable, quizás preocupada también, extendía ante él una taza de té humeante, una cálida infusión para ese frío día.

—gracias —pronunció Lance, levantándose de su incómoda posición, para luego sentarse sólo unos momentos en uno de los sillones. Elisa le imitó pero Lance, tratando de evitarle, se levantó para ver algo por la ventana.

Elisa torció sus ojos, intuía que él estaba evitándole, así que le acompañó de todas maneras hacia la ventana, sólo para ver cuál era la razón. En el exterior se encontraba Aarón, cavando agujeros en el pasto para enterrar a la familia Alegría.

—¿Crees que se pondrá bien? —preguntó Elisa, mirando a través de la ventana como Aarón se esforzaba por remover la tierra, algo húmeda.

—No lo sé, no lo conozco demasiado —respondió Lance.

—Yo tampoco —agregó Elisa.

—¿De verdad nunca antes habían tenido que matar personas? —preguntó Lance, asombrado.

—Lance, yo no sé de qué planeta vienes, pero matar personas sigue siendo malo —respondió la joven.

—Matar personas ha sido necesario —dijo Lance, ocultó su incomodidad con el tema, bebiendo un sorbo de su taza.

—Ha sido necesario a veces, pero no para todos, es un acto irracional y no estoy de acuerdo con ello, puedo entender que en defensa propia es una opción, pero aun así intentaría no matar, además aún no nos hemos encontrado con ese tipo de dificultades —comentó Elisa.

—Antes también existían esas dificultades —declaró Lance, dejando a la joven mujer acompañada por Lorena, esta última también sirvió para sí una taza de té, mientras escuchaba la ligera discusión de los otros dos sobrevivientes.

Lance salió de la casa, aquello le permitió sentir un viento frío que le sobrecogió. El cielo estaba algo oscurecido, aquello le advertía de una próxima tormenta .

—¿Cómo estás? —preguntó Lance.

Luego de un suspiro cargado de agotamiento, Aarón respondió.

—Mal, muy mal.

—Hiciste lo correcto —afirmó Lance, pero aquella frase pareció ofender a Aarón.

—Maté dos personas, no sé en que acción de esa frase cabe "lo correcto" —sentenció el psicólogo.

—Aarón, yo no sé cómo decir las cosas, ser delicado con las palabras y suave con las ordenes es tu trabajo, nunca fue el mío y no comenzaré hoy —dijo Lance en tono frío.

—Quizás tu trabajo estaba más familiarizado con esto —pronunció Aarón, señalando algunos cuerpos de la familia Alegría—. Pero te aseguro que ni antes, ni ahora, hiciste lo correcto —dijo Aarón en un tono cargado de excesiva asertividad.

—Realmente ya no importa, no vine hasta aquí a discutir contigo sobre esto, sólo te puedo decir que si quieres vivir hay cosas necesarias, acciones que lo son, estas son algunas de ellas, o lo haces o te conviertes en esto —señaló Lance, uno de los cadáveres.

LA ÚLTIMA PANDEMIA [Libro 1] [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora