En el campamento las cosas continuaban desarrollándose con normalidad. En el transcurso del día, Lance, había planificado ir a un pueblo llamado "Blagochestiye" el cual estaba ubicado a veinte kilómetros en dirección sur.
Esta vez el principal motivo para ir, era buscar comida, quizás arroz, leche, suministros enlatados y cosas así. Aunque como siempre querría encontrar algún vehículo con gasolina disponible.
Antes de salir, el hombre aprovechó de descansar una media hora, pero cuando su periodo de siesta terminó, se dedicó a limpiar la herida en su hombro y cambiar el vendaje. Mientras realizaba todo aquello, Elisa solicitó entrar hasta su carpa.
—¡Lance! ¿Puedo hablar contigo un segundo? —preguntó la mujer desde fuera.
—Adelante —pronunció el hombre, mientras enrollaba en su hombro la venda.
—¿Cómo va tu herida? —preguntó la mujer, acercándose un poco.
—Bien, aunque a veces pica y al dormir me la rasco sin darme cuenta —pronunció el hombre, sin mirarle a los ojos.
—Ah, es que debes dormir con alguna camiseta o algo, sirve como protección ante la comezón.
—Duermo con camiseta, ahora tengo el torso desnudo porque me estaba cambiando el vendaje, no porque esté intentando seducirte —bromeó Lance, incomodando a Elisa.
—Parece que es tu climax molestarme, pero no he venido a ver tus huesitos, sino que a preguntarte en qué vehículo irás hacia el pueblo.
—Ah, no lo sé, supongo que iré caminando y veré si encuentro alguno en el camino.
—Es muy arriesgado, la última vez que salieron casi fueron la cena de unos psicópatas —advirtió Elisa.
—Bueno, ¿y qué puedo hacer? Ahora no tengo un vehículo en el cual moverme. —La respuesta de Lance dejó a Elisa pensando que cosa iba a hacer, así que saliendo de la carpa del hombre se dirigió hacia Elijah. Este último discutía con Iker, pero en cuanto Elisa se acercó ambos disimularon.
—Lance irá a un pueblo que queda a unos kilómetros al sur —anunció la mujer.
—¡Ves! Quizás en la farmacia de allá podrían estar los medicamentos que necesitamos —declaró Iker, frustrando a Elijah.
—Está bien, ya que alguien más irá. podríamos aprovechar y viajar todos en mi vehículo —afirmó Elijah—. Pero no deben olvidar que nos conviene quedarnos allá toda una noche, llevaremos armas y lo que sea necesario para quedarnos.
—Está bien, ¿Quiénes iremos?
—Tú, yo, Lance y Aarón —pronunció Elijah, con total seguridad.
—Aarón tiene vigilia nocturna hoy, así que dudo que pueda ir, pero podría ir yo —afirmó Elisa, muy segura.
—Está bien —respondió Elijah. Lo siguiente fue la organización de lo que llevarían, y la gestión para meter todo eso en el vehículo.
Cuando eran las tres de la tarde según el reloj de Lance, el vehículo de Elijah era conducido por este en total silencio, mientras recorría hacia el sur por la ruta rodeada de maizales. Elisa miraba el amarillo de la vegetación con mucho detenimiento.
—¡Me gustan los maizales! —exclamó Elisa.
—Tienen un color lindo, pero más tarde se ve mejor —aseguró Lance, contemplando el color.
— Si, lo he visto —comentó la mujer.
—¿Faltará mucho para que lleguemos hasta el pueblo? —preguntó Iker, sentado en el asiento del copiloto.
ESTÁS LEYENDO
LA ÚLTIMA PANDEMIA [Libro 1] [COMPLETA]
Science FictionHan pasado casi tres meses desde que el Síndrome Lázaro se manifestó en Adrussia, matando a millones, propiciando la violencia, el caos social, dañando los cimientos físicos y espirituales de la sociedad Adrussa. La vida ahora era distinta, cada de...