El Maldito Poder de un Beso.

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 Mis amigas se miraron entre sí, no muy convencidas de mi decisión .-Está bien Sel... Solo ten cuidado. Te estaremos esperando aquí, si no tardas demasiado-. yo estaba tan nerviosa que solo puede asentir antes de darme la vuelta y encaminarme a la dichosa Sala de Entrenamientos. El camino se me antojó eterno, y cuando llegué a mi destino me quedé parada en la puerta, mirándola como si me fuera a morder. ¿De verdad era esta una buena idea?. Sacudí mi cabeza, como queriendo espantar mis dudas, y accioné el picaporte con decisión, entrando en el interior de la sala. No vi a nadie dentro, lo cual me extrañó y decepcionó a partes iguales. Consulté mi reloj, pues quizás había llegado demasiado pronto, pero las manecillas marcaban las cuatro y unos minutos. .-Sinceramente, pensaba que no ibas a venir-. Su voz llenó el silencio que inundaba la sala, y el guardián salió de detrás de una de las estanterías donde reposaban las armas. Inmediatamente, yo me puse mi armadura y me gestos de chica dura, para que le quedara bien claro que seguía enfadada. 

.-¿Sinceramente? Yo también. Pero luego lo pensé un poco mejor y decidí que quería escuchar las explicaciones de tu boca, no leerlas en la carta de cierta irlandesa que casi nos mata, te recuerdo-. .-También casi tú nos matas el otro día-. replicó él acercándose lentamente hacia mi posición. .-Da gracias de que no lo hiciera-. .- Selene, por favor.- el chico se paró a unos pasos de mí, con suficiente distancia de por medio pero suficientemente cerca como para poder apreciar los cambios de expresión en su rostro y mirada. .-Sé que estás enfadada, dolida, y que probablemente ahora todo lo que quieras hacer es darme un puñetazo en la cara.... pero en el fondo sabes que te dije la verdad, sabes que no es Eydís por la que siento cosas y sabes que lamento lo que hice-. .-El hecho de que lo lamentes no va a borrar de mi mente la imagen que me ofrecisteis en el bosque. Se que lo dices de verdad, Steph, pero ¿cómo voy a poder confiar en ti si pierdes los estribos de esa manera cada vez que bebes?-.  Se hizo el silencio de nuevo entre nosotros dos. El americano clavó en mi su mirada dorada, mientras trataba de refutar aquello. .-Nunca me había pasado algo así... Supongo que sería la insistencia-. contestó en un tono más bajo que antes. .-Ya seguro. Mira, no tengo tiempo para esto-. dije indignada, dándome la vuelta y caminando hacia la puerta, pero una fuerza empezó a arrastrarme hacia atrás, hacia él. .-¡ STEPH SUÉLTAME AHORA MISMO!-. dije sin poder creer que de verdad estuviera haciendo eso. Él me ingnoró, tirándo de mí hasta que quedé frente a él y me rodeo con sus brazos para que no pudiera escaparme. Yo echaba chispas, retorciéndome y golpeándole como podía .-¡QUÉ ME SUELTES!-. grité en su cara. .-Nunca te voy a soltar, pelirroja-. fueron sus pocas palabras antes de inclinarse sobre mí y besarme. 

No me lo podía creer. ¿Pero cómo podía tener tanta cara? Estaba sujetando mi rostro de manera que no pudiera apartarme, pero aún así intenté zafarme de él. Tenía que reconocer que era listo; sabía perfectamente lo que sus besos provocaban en mí y estaba tratando de utilizarlo. Debido a mi enfado, aquel efecto tardó un poco más en aparecer, pero terminó haciéndolo. Pude sentir, impotente, como mi corazón se aceleraba, como todo a mi alrededor pareció difuminarse y lo único que podía sentir eran sus labios sobre los míos. "Soy imbécil" fue lo último que pensé antes de que mi cuerpo me ganara la partida y me hiciera responder al beso del americano.  .- Necesitaba hacer esto para comprobar si tenía alguna oportunidad de que me perdonaras-. susurró unos instantes después, apenas apartándose de mis labios y fijando su dorada mirada en mis ojos. Maldito americano. .- Te mato, yo te juro que un día de estos te mato. Me pones de los nervios, Clearwater-. Él sonrió, guiñándome un ojo y besándome levemente de nuevo. Luego, por fin se apartó de mi. Yo lo miré con indignación, aunque obviamente ahora no provocaba el mismo efecto que antes de sucumbir a los malditos encantos del rubio. .- Dime que necesito hacer para que me perdones, por favor. Lo que sea para volver a ganarme tu confianza-. Yo me quedé pensativa, reflexionando acerca de las medidas que Eydís me había explicado que ya había tomado. .- Sorpréndeme-. él me miró confuso. .-Esta noche, quiero que organices algo tan increíble que hasta Bakoesky caería rendido a tus pies-. .-¿Me estás diciendo que te organice una cita... increíble?- inquirió para cerciorarse de que me estaba entendiendo. .- En efecto-. confirmé asintiendo con la cabeza. .-Reconquístame, Clearwater, y luego hablaremos de perdón y  confianza. Pasa a buscarme después del entierro-. Dicho aquello, le sonreí con cierta malicia y me di la vuelta para irme, esta vez sin fuerzas telequinéticas que me lo impidieran.

Salí de ahí con una mezcla de ganas de reír por lo acababa de pasar, y ganas de llorar por lo que estabaa punto de pasar; el entierro. Sabía que aquello iba a conseguir que Steph le diera muchas vueltas a la cabeza, se lo jugaba todo a una. Sin pensarlo dos veces, fui directa a donde estaban mis amigas. Abrí la puerta con mucha fuerza, llamando su atención. .-Ui que rapidez ¿no?-. Frankie alzó una ceja inquisitivamente mientras yo me acercaba a ellas. .-Es un sinvergüenza-. expliqué una vez estuve sentada. .-Me ha pedido perdón de nuevo, pero como yo estaba cabezona... Me ha besado. .-Aquello despertó una exclamación de sorpresa entre las chicas. .-No tiene un pelo de tonto, sabe lo que sus besos me provocan y quería cerciorarse de si aún me hacían sentir así para saber si tenía una oportunidad de redención. Y se la he dado-. .-¿Cómo que se la has dado?-. .-Si señoritas, le he dicho que si quería que habláramos de perdón y de recuperar confianza, iba a tener que organizar una cita con la que consiguiera reconquistarme-. se hizo el silencio entre nosotras, pero fue Maddie la que lo rompió .-Eres un genio, Sel-. me dijo.

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