"Estimada Señorita Derderián"

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"Joder" pensé mientras me levantaba molesta de la silla. "Hay quien tiene el don de la oportunidad" fui hacia la puerta, abriéndola con cara de pocos amigos. ¿Y a que no adivináis quien estaba allí? Pues no, no era Steph. Era un joven, mas bien un niño, alumno del agua a juzgar por la ola de su túnica, que me entregó un sobrecito amarillento sellado con el emblema de la Sede Del Aquelarre. Le di las gracias y el se alejó correteando por el pasillo. Cerré la puerta sin apartar la mirada del sobre. En los 4 años que llevaba en La Academia, el Aquelarre nunca me había enviado una carta. Me senté en la cama, contemplando el sobre con curiosidad. Dudé si esperar a abrirlo con las mosqueteras, pero al final la curiosidad me pudo y rasgue el fino papel, extrayendo de su interior una hoja perfectamente doblada. Conteniendo la respiración, comencé a leer:

"Estimada Señorita Derderián:

El Aquelarre se pone en contacto con usted con motivo de las inminentes pruebas de Nivel. El Magister LeClaire nos ha informado de que es su intención hacer el examen para acceder al ultimo nivel, al nivel de la Electricidad. Teniendo en cuenta la magnitud del accidente que provocó en sus practicas, nos gustaría hacerle una pequeña prueba antes del examen, tan solo para comprobar que no va a descontrolarse. Recibirá otra carta con el día, la hora y el sitio en el que dicha prueba tendrá lugar.

Un cordial saludo,

Magister Bakoesky."

Dejé caer la carta al suelo. "Mierda. Mierda. Mierda. Mierda". No lo decían explícitamente, pero se leía entre líneas que mas me valía hacer bien esa prueba si quería presentarme al examen para acceder al Nivel de Electricidad. Por si no tenía ya bastante presión, ahora tenía que sumarle esto...Me tumbé en la cama, enterrando la cabeza en la almohada y valorando mentalmente cual sería el mejor método de entrenamiento con el fuego, pues el día que debiera hacer aquella dichosa prueba, tenía que bordarlo "Como que me llamo Selene Altair Derderián" pensé con determinación. Iba a tener que pasar muchas noches en vela estudiando y practicando, y todavía no había probado a subir la temperatura de una habitación ni a volver ignífuga mi piel, así que tenía mucho trabajo por delante. Me incorporé de la cama, para retomar el ejercicio que me disponía a realizar cuando el pequeño mensajero me había interrumpido. Me situé en frente de la vela que parpadeaba en el centro de la habitación, y apunté con las palmas de mis manos hacia ella. .-¡Hola¡-.


Me di tal susto al oír una voz detrás de mi que ni siquiera pude procesar si la reconocía. Me di la vuelta rápidamente y envié una potente ráfaga de aire hacia el punto del cual me pareció que provenía el sonido. .-¡Pero bueno¡-. Unos familiares ojos marrones me miraban enfadados desde el suelo. .- Dios Frankie, ¿ cuantas veces te he dicho que no atravieses la pared?-. señalé la puerta con una mano mientras que con la otra la ayudé a levantarse del suelo, pues la ráfaga de aire la había tumbado. .-Las puertas están para algo-. .-Ya, pero usar la intangibilidad para pegar sustos siempre mola, aunque un poco menos cuando acabas cayendo al suelo de culo-. dijo con retintín. Frankie adoraba hacer eso, usar su don para atravesar las paredes y sorprender a quien estuviera detrás de ellas. Maldita intangibilidad, a mi siempre conseguía asustarme. .- Ui, ¿interrumpo tus prácticas?.- preguntó señalando la vela del suelo. Yo solté un largo suspiro mientras me dejaba caer sobre la cama, con ella a mi lado. .-Un poco, pero la verdad es que no había empezado aún-. .-¿Lo vas llevando mejor? Quiero decir, ya no vas a crear más mega tornados de fuego cuando te cabrees,  ¿no?-. le tiré un cojín a la cara como toda respuesta. ¿Debería contarle lo de la carta? No, mejor esperar a que estuviéramos todas juntas. .-Como sigas atravesando las paredes de mi habitación en vez de llamar a la puerta, a lo mejor te pongo a girar dentro de uno-. Amenacé con diversión. .-¿Qué tal llevas tu las prácticas de tierra?-. .-Oh, genial. Mi habitación está llena de macetas con flores surgidas gracias a estas dos-. dijo alzando sus manos. Me alegraba por ella, siempre parecía un poco acomplejada por ser la que estaba en el nivel más bajo, pero también era la que más tarde había llegado a la Academia. Precisamente por ese complejo, se esforzaba al máximo y, por lo que yo tenía entendido, era la mejor alumna del nivel de Tierra. .-Pues podías regalarme alguna, que esto está muy muerto-. .-¡Claro!, las que tu quieras-. Toc,Toc,Toc. No me lo podía creer. .- Em... llaman-. apuntó Frankie. Yo le eché una mirada asesina y me levanté de la cama con cara de pocos, de muy pocos amigos. .-¿Y ahora que pasa?-. Pregunté malhumorada mientras abría la puerta, aún sin saber quien estaba al otro lado.


.-Uo, uo, uo. Relaja el tono pelirroja, que todavía no he dicho nada para que te piques-. Detrás de mi, Frankie soltó una exclamación de sorpresa. .- Steph.. que...¿Que haces aquí?-. Pregunté en un tono mucho más amable que antes. Él se alzó de hombros . .-Bueno, acabo de terminar mi turno e iba a ir al Cuartel, a entrenar un rato. He pensado que igual te apetecía disfrutar de mi exclusiva compañía y de paso practicar un poco con las dagas. -.Esto... Yo mejor me voy-. Fran apareció por detrás de mi, sonriendo con diversión a Steph, quién le devolvió una sonrisa similar. .-Hablamos...luego Sel.- Dicho eso, atravesó la pared de mi derecha y salió de la habitación, encaminándose hacia el fondo del pasillo, por lo que supuse que iba a ver a Elektra. Dirigí mi mirada de nuevo al guardián, y me hice a un lado para que pudiera pasar dentro de la habitación, cerrando la puerta una vez hubo entrado. .-Lo cierto es que iba a practicar un poco, todavía no controlo muchas cosas del nivel del Fuego y los exámenes de Nivel se acercan-. No obtuve respuesta, pues el rubio estaba muy concentrado examinando cada detalle de mi habitación. Me quedé quieta, esperando a que dijera algo. .-Pero eso puedes hacerlo en cualquier momento tornaditos.- Desde luego, sus motes eran de lo más original. .-Prefiero pelirroja que tornaditos.- Él soltó una carcajada. .-¿Lo ves? Si al final hasta te va a acabar gustando-. .-Yo no he dicho eso, solo que lo prefiero-. Contesté con un punto de molestia en la voz. Un brillo extraño recorrió su mirada dorada, en dos pasos se situó en frente de mi, muy muy cerca. Se inclinó hacia mi, provocando que mi corazón empezara a desbocarse. Sus labios se situaron al lado de mi oreja, la cual rozaron al moverse para articular las palabras. .-Pelirroja...-.Susurró muy bajito, con un tono que consiguió hacer que me estremeciera. .-¿Ahora sigue sin gustarte?-. preguntó en el mismo tono.


Academia MiolnirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora