Sorpresa en el Bosque.

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Justo acabábamos de atravesar el portón del edificio cuando sentí que alguien apretaba mi hombro. Me giré, curiosa, y me topé con esos conocidos ojos dorados. .-Pelirroja-. dijo con voz cautelosa. Yo estaba tan desolada que ni siquiera me paré a pensar en que estaba enfada con él. Antes de que dijera nada más, me tiré a sus brazos, sacudida por sollozos. .-Se...se ha i-ido de ver-verdad-. tartamudée entre las lágrimas. Los brazos tatuados de Steph se cerraron en torno a mí, dándome el abrazo cálido y protector que tanto necesitaba. Mis amigas se fueron, en algún momento en que yo no me percaté, porqué cuando mis lágrimas cesaron y levanté la vista, no las vi por ninguna parte. Me enjuagué con el dorso la humedad de las mejillas, inhalando lentamente el aire para tranquilizarme. .-¿Dónde están mis amigas?-. pregunté con un hilillo de voz. .-Se fueron hace un rato, Selene. Pero tranquila, yo me quedo contigo-. le sonreí lo mejor que pude, pero en esos momentos el hecho de sonreír se me antojaba imposible. .-Anda, ven. Tengo... algo preparado para ti que creo que te hará sentir un poco mejor.-. de pronto vino a mi mente el trato que habíamos hecho: un cita increíble y hablaríamos de... lo ocurrido. Cerré los ojos con fuerza. No tenía ánimo para ir a una cita, pero el americano me sacó del aprieto. .-Ei, no te preocupes "love" -. me dijo poniendo aquel acento que, en cualquier otra ocasión, me habría hecho reír .-No tienes que venir si no quieres-. .-No yo...quiero ir-. dije con voz cansada, alzando mi mirada hacia él. Steph asintió, tomando mi mano y guiándome de nuevo fuera del edificio de la Academia. 

Ni siquiera le pregunté a donde íbamos, solo me dejé llevar. Nos internamos unos cientos de metros dentro del bosque, pero de pronto el guardián se detuvo y levantó su mirada, que desprendía orgullo, hacia arriba. Lo que vi me dejó, de manera literal, con la boca abierta. Una casita de madera, rodeada de una ancha terraza e iluminada con velas, se alzaba sobre nosotros. Estaba segura de que eso no estaba allí antes. Me giré a mirarlo a él, que tenía sus ojos gatunos clavados en mí, esperando mi reacción. .-¿Como has...?-. Él agitó la mano en el aire, quitándole importancia. .-Ni preguntes. Eso sí, tienes que... subirnos tú. No hay escalera-. declaró pegándose a mí, en teoría para hacer más fácil la elevación. Mientras el rodeaba mi cintura, yo rodeé la suya, usando mi aerokinesis para elevarnos desde el suelo hasta aquella plataforma que rodeaba la casita. Nos dejé caer con suavidad sobre ella, posando mis ojos en los contrarios .- ¿Y como narices has subido antes?-. .-Ni preguntes-. repitió él, sonriendo con misterio. Dejó un pequeño beso sobre mis labios y se apartó unos pasos, abriendo los brazos. .- ¿Y bien? ¿Qué te parece?-. Yo lo miré todo una vez más sonriente, con una sonrisa real, antes de contestar lo que ya era evidente. .-Es ... Es precioso, rubio. Me encanta-. reconocí alzando los hombros.  Él soltó un .-¡Sii!-. triunfal, levantado ambos dedos pulgares. Tanta emoción por su parte al ver que su pequeña sorpresa me había agradado, instaló una especie de... calor reconfortante en mi corazón, algo que realmente necesitaba en esos momentos. .-Espera aquí, voy a por un par de cosas que tengo dentro-. ¿Todavía había más sorpresas? Tenía que admitir que el americano se lo había currado, y mucho. Me senté sobre el suelo de madera, que desprendía el mismo olor a pino que el bosque, con las rodillas recogidas sobre el pecho y mis brazos rodeándolas. Mientras aguardaba a que Steph volviera, mis ojos verdes se fijaron sobre el cuerpo ardiente y danzante de una llamita, tratando de centrarme solo en eso y de olvidar, al menos por unos segundos, el cepo de tristeza que me oprimía. 

.-Et voilà-. oí a mis espaldas. Abandoné mi observación de las velas y volví mi cabeza hacia él, que sostenía una botella de champagne y dos copas. Se sentó junto a mí, cruzando las piernas como un nativo americano. .-Dicen... que beber en los funerales ayuda a sobrellevar las cosas, y yo soy de los partidarios de ahogar las penas en alcohol. Además-. sacudió su cabeza para apartar de sus ojos un mechón rebelde. .-El champagne siempre está presente en las mejores citas-.  añadió lanzándome un pequeño guiño de sus ojos dorados. Yo asentí, totalmente de acuerdo. .-Espero que tengas otra botellita mágica de estas ahí dentro, porque voy a necesitar muucho alcohol-. .-No se como he podido olvidar que eres una borracha...-. el comentario le granjeó un golpe en el brazo, que solo le arranco una leve risa. .-Tranquila tranquila, pelirroja, que lo tengo todo pensado-. Dejó las dos copas en el suelo, procediendo a llenarlas con el líquido dorado y espumoso, y a tenderme una. Yo la cogí con las dos manos, como si se tratara de una taza de chocolate caliente, y me la bebí de un trago. La apoyé en el suelo, mirando a un Steph que se había quedado bastante sorprendido. .-Vaaaale, ya veo el ritmo que llevas-. dijo con su inalterable tono irónico. .-Y voy a ponerme exactamente al mismo-. replicó alzando sus cejas antes de vaciar de una sola vez el contenido de su copa. Pronto ambas volvieron a estar rellenas, y me propuse disfrutar del fino licor francés en vez de engullirlo. 

.-Y... ¿Cómo va la investigación? ¿Se ha averiguado algo sobre los cazadores?-. inquirí. Él, al formar parte del cuerpo de guardianes, estaría enterado de las averiguaciones del Aquelarre. De hecho, probablemente formara parte del alguna de las misiones que trataban de encontrarlos, buscando los rostros dibujados por Ángela entre la multitud de la ciudad. Pero mi pregunta no pareció gustarle, pues pude percibir como la piel de sus brazos se tensaba. .-No puedo hablar de eso Selene, es... confidencial-. .-Por favor... Sólo quiero saber si se ha avanzado algo-. imploré casi en un susurro. Él giró su vista hacia mí, probablemente con la intención de repetirme que no podía hablar del tema, pero la tristeza y la súplica que vio reflejadas en mis ojos lo ablandó. .-Está bien-. concedió soltando un suspiro. Yo clavé mis ojos en él, dispuesta a escuchar todo cuanto pudiera decirme, pues necesitaba saber si tenían alguna pista sobre Samwell.


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