CAPITULO VI

40 1 0
                                    

CAPITULO VI

Mi vista se tornaba borrosa, completamente borrosa, no podía abrir muy bien los ojos, me daba miedo, no quería irme aun, aun no era el momento.

No podía ni siquiera levantarme, sentía como un peso encima de mi, pero que era lo que me pasaba me preguntaba a mi mismo.

En los pocos momentos que podía abrir los ojos, solo podía ver algunas siluetas alrededor de mi, corrían para un lado y para otro, cuando sentí que alguien me tomo de la cabeza y entre lejos alcance a escuchar: ''Todo estará bien, tranquilo'' y después de que ese alguien me dijo eso, me puso una mascarilla sobre la nariz y la boca, fue hay cuando no supe mas.

Estaba en un jardín enorme, lleno de arboles, flores, y pájaros volando, era alérgico a las flores, no se que hacia ahí entonces.

Escuche que alguien corría y reía persiguiendo a los pájaros. Como el lugar era grande, busque y busque, por mas que me esforcé no veía absolutamente nada, me tuve que sentar, ya estaba algo cansado, no había notado algo, traía puesto una camisa, pantalón y zapatos blancos, eso si que era sumamente extraño, no me gusta la ropa blanca ya que siempre pensaba que me ensuciaría y no me gustaba estarlo, pero lo mas extraño era el porque tenia esa ropa.

Escuche que alguien se acercaba, solo escuchaba los pasos ya que no podía moverme. Quede anonadado con quien en realidad era, estaba extrañado con lo que sucedía, pero mas extraño es ver a Carlos aquí.

Si, era él, ahora que comprendo, es que ¿en verdad había muerto que ahora estoy con Carlos?

Ni él ni yo podíamos creer lo que estaba pasando, ¿como fue que sucedió? ¿Cómo era posible que yo estuviera en la escuela y de pronto estuviera con Carlos el cual había...?

Ni siquiera podía decirlo, aun me dolía.

Carlos se acerco a mi y me dijo:

-¿Qué es lo que haces aquí?- dijo después de haberme dado un abrazo.

Carlos se miraba diferente, ahora el tenia pelo, sus uñas que antes estaban quebradas, ahora estaban bien, su color de piel era diferente, hasta esa luz en sus ojos había cambiado, ahora era mas resplandeciente.

-Si te dijera que ni yo comprendo que es lo que paso- dijo encogiendo los hombros y riendo un poco.

-No importa Tommy, lo bueno fue que me viniste a visitar- dice Carlos con una alegría que se notaba a kilómetros.

-¿Cómo que una visita? ¿Tu sabes que es lo que paso?- digo algo exaltado

Carlos sonrió y me dijo que diéramos un paseo por el lugar. Fue contándome que era lo que había sucedido.

Estaba en la escuela como normalmente, ese día me había despertado un poco agitado, me costaba respirar, pero como eso me pasaba muy recurrentemente que no le di importancia e hice lo que hacia comúnmente.

Como mi papá en ese entonces vivía aun con nosotros, solía llevarme a la escuela. Todo iba normal, hasta que en la primer hora después de receso me empezó a faltar el aire, ya sabia que hacer en estos casos, a veces me daban ataques así que lo que hacia era respirar hondo y profundo aventándome aire hacia la cara, mi amigo que estaba al lado mío me miro muy preocupado y me dijo que si estaba bien, yo solo respondí moviendo la cabeza hacia arriba y abajo afirmando de que estaba bien.

En un momento pensé que se había pasado, pero entonces fue ahí cuando no podía respirar, pero ahora parecía que me ahogaba, no podía respirar y me sentía algo mal, todos mis compañeros me ayudaron, el profesor que estaba en ese momento rápidamente llamo a la enfermería, tuvieron que llamar a una ambulancia ya que no pudieron hacer mucho.

Aun recuerdo cuando la ambulancia llego, los paramédicos me preguntaban algo, pero no podía escucharlos, pero lo sabia porque me abrían los ojos y movían sus bocas, no podía responderles, sentía como si mis parpados me pesaran que no podía mantenerlos abiertos, en un momento no supe mas.

Carlos me dijo que después de que yo había desmayado, me sedaron ya que detectaron que tenia liquido en los pulmones era la razón por la que no respiraba bien, los médicos insertaron un tuvo hacia mis pulmones que permitía que el liquido se drenara, me tuvieron que entubar para que pudiera respirar. Fue ahí cuando recordé lo que había pasado, quien se había acercado a mi y me había dicho que todo estaría bien.

En el momento que estaba con Carlos, en ese jardín tan bello, sentí como si una aspiradora me succionara, yo tome el brazo de Carlos, y el me dijo:

-Tranquilo, aun no es el momento, te tienes que ir con los que aun te quieren cerca- dice mientras una gran sonrisa se le escapa.

-Esta bien, solo cuídate mucho- digo dejándome ir.

-De eso no te preocupes, yo estoy mejor aquí, el que se tiene que cuidar aun, eres tu- dice Carlos ahora si despidiéndose.

Parecía como si hubiera sido un sueño, pero creo que no, como al principio, mis parpados me pesaban y no podía abrir muy bien los ojos, cuando siento que alguien se pone al lado mío, y me dice:

-No te preocupes, ahora todo esta bien- era una joven, tenia puesto una pañoleta azul y cubre bocas, al parecer creo que era una enfermera, ya que no era mi mamá.

Pasado un rato, llega mamá, yo ahora estaba en una posición mas cómoda, estaba recostado en esas famosas camas reclinables que se podían mover por un control. Aun tenia el respirador puesto, eso se sentía de lo mejor, tenia un dolor en un costado de la espalda y creo que sabia el porque, era el tubo que drenaba el liquido de los pulmones, también tenia puesto el suero, bendito suero, era donde me administraban los medicamentos que necesitaba y la morfina que me ayudaba a aliviar el dolor y a descansar un poco.

-¿Cómo estas, corazón?- dice mamá sentándose en una silla alta que estaba al lado de mi cama, tomándome la mano donde no tenia el suero.

No podía ni siquiera hablar, así que solo levante mi mano con el pulgar arriba.

Mama solo ríe y me dice.

-Me gusta tu actitud, ver que a pesar de estar en el hospital, tienes esa actitud positiva que demuestra que eres un gran guerrero, mi guerrero.

Veo como las lagrimas ruedan por el rostro de mi mamá, no pude contenerme por las palabras que me había dicho y por verla llorar que yo también comencé a hacerlo, tena ganas de llorar, de que me abrazaran y me dijeran que todo estaría bien, aunque por dentro bien sabia que no lo estaba.

Los días pasaron y yo aun seguía en el hospital, aquí si podía tener visitas, vinieron mis amigos y alguien que en especial me sorprendió mucho, de quien menos esperaba que viniera.

-Mike, ¿qué haces aquí? -así es, ya podía hablar un poco mas, digo realmente sorprendido y con una sonrisa que hasta todos quedaron boquiabiertos, ya que no lo había hecho desde que había llegado al hospital.

-¿Qué no puedo visitar a mi mejor amigo? - dice Mike llorando sobresaliéndole una enorme sonrisa.

Yo ni siquiera podía creerlo, que el estuviera aquí. Tal vez no fue como lo imagine, pero realmente quería que viniera.

Estuvimos toda la tarde platicando y riendo, me gustaba la actitud de Mike, de quererme hacer reír, lo conocía perfectamente a pesar de no haberlo conocido de tantos años, y ese es uno de los punto que quiero recalcar. Una amistad no se vale de cuantos años se lleva de amigos, si no que a pesar de que sean pocos o muchos, lo que importa en verdad es quien esta en las buenas y malas, apoyando hasta el final. 

Un Pequeño InfinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora