Scarlette...
Me encontraba en un pasillo, oscuro, enfrente de una puerta de madera oscura, no sé dónde estoy, ni que hago aquí y creo que lo mejor será averiguarlo.
Abrí la puerta del cuarto, era claro que no era el mío, nunca había visto ese cuarto en mi vida. Entre al cuarto, cerrando la puerta detrás de mí y me detuve enfrente de una enorme cama, con sabanas rojas, en el cuarto no había nadie, y eso se me hacía demasiado extraño.
Después de unos minutos de silencio, se escuchó como si alguien se dirigiera hacia a mí, pero como estaba de espaldas no podía ver quien era. Los pasos cesaron detrás de mí, ahora estaba consciente de que ya no estaba sola. Me di la vuelta lentamente, con los ojos cerrados, tenía miedo de la persona que se encontraba detrás de mí.
Al darme la vuelta y quedar de frente a esa persona desconocida, poco a poco empecé a abrir mis ojos, cuando los abrí totalmente, pude reconocer a esa persona.
Alexis.
Él se encontraba delante de mí, completamente desnudo, al descubierto totalmente, solo para mí.
Mis ojos se deslizaban por su hermoso cuerpo, no podía dejar de verlo, era totalmente sexy estando desnudo. Poco a poco él se fue acercando a mí, sus manos se posaron a cada lado de mis mejillas y sin dejarnos de vernos a los ojos, me beso. En un principio me daba miedo seguirle al beso, pero sus labios eran una gran tentación, como para no tocarlos. Con nervios, levante mis manos y las posee sobre sus hombros, mis manos empezaron a enredarse con su hermoso y suave pelo café.
El beso era tan suave, tan tierno, pero yo quería más, así que sin más rodeos, con mis manos lo impulse más hacia mí, intentando hacer el beso más profundo, el al principio pareció que se sorprendió, pero después de unos segundos, profundizo más el beso, y el beso que hace unos momentos era suave y tierno, ahora era profundo y apasionado.
Alexis...
Sus labios suaves me inmovilizaban, eran como una droga que no podía dejar.
Yo seguía hincado a lado de su cama, con mis manos en sus mejillas. Me sorprendió mucho cuando ella poso sus brazos sobre mis hombros, mientras sus manos jugaban con mi pelo, estaba a punto de parar el beso, pero más que intentaba alejarme de sus labios, no podía, era algo que no quería dejar.
El beso que hace unos momentos era suave y tierno, se volvió más profundo y apasionado, y no era yo quien lo había profundizado, sino ella. Ella quería más del beso, y yo también.
Poco a poco ella me fue atrayendo más hacia ella, hasta quedar yo a horcajadas de ella, ella me deseaba tanto al igual que yo a ella. Simplemente, ella es hermosa y si me llego a enamorar de ella, sé muy bien que ella no me ara daño, Scarlette no se puede comparar a esa mierda que era mi novia, mejor dicho ni a novia llegaba esa perra puta. Deseo tanto a Scarlette en este preciso momento, que no soy consciente de lo que le pudiera hacer.
Scarlette...
Poco a poco me fui dejando caer en la cama, atrayendo a Alexis conmigo, hasta que el quedo a horcajadas sobre mí. Lo deseaba tanto, la temperatura de mi cuerpo subía cada vez más, no sabía lo que me pasaba, nunca en mi vida había deseado tanto a alguien, como deseaba a Alexis. Me hipnotizaba tanto, tanto su boca que no le hacía caso a mi sexto sentido que me decía a gritos que parara de puta vez. Pero no podía, me sentía Anastasia Steele sometida ante el impotente Christian Grey.