El hijo de puta.

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Scarlette…

 

 

Me dolía un horror la cabeza.

Poco a poco empecé a abrir los ojos y me di cuenta que estaba en una habitación, pero no era mi dormitorio de la universidad, era como más de un hombre…

Entonces recordé lo que había pasado la noche anterior. Me sobresalte de inmediato y me empecé a levantar para analizar con más atención el lugar donde me encontraba.

Era una habitación, muy…. Pero muy…. Varonil para mí gusto. Estaba pintada de azul cielo, a lado de la cama había una cama idéntica como en la que me encontraba, las dos tenían colchas azul marino, eran matrimoniales y tenían dos almohadas.

Había un escritorio, dos mesas de noche, libros y cuadernos regados por todas partes, basura por todas partes, ropa interior (de hombre) regada por todas partes y comida tirada a medio comer. Estaba más que claro que fuera quien fuera, era un cerdo al vivir aquí.

Me senté en la cama con las piernas cruzadas (en forma de indio) y empecé  a revivir los acontecimientos de anoche. Cada vez que cerraba los ojos, veía la cara de esos asquerosos tipos, solo en recordar sus rostros me asustaba, mi respiración de aceleraba y empezaba a temblar como una viejita de 80 años.

Escuche ruido de lo que supuse era el baño, porque se oía el ruido del agua. Poco a poco me levante de la cama y me dirigí sigilosamente hacia la puerta. Cuando estaba a punto de abrirla, la puerta se abrió y de ahí salió un cuerpazo de hombre que me corto la respiración.

¡¡¡NO ES BROMA!!!

Me quede boquiabierta observándolo.

¡¡¡SUERTUDA QUE ERES SCARLETTE!!!- Me dije a mi misma en mi mente-¡¡¡SI ESE CUERPAZO TE VIOLO, NO TE DEJES Y AHORA TE TOCA VIOLARLO A TI!!!

No pude evitar ruborizarme de lo que me decía a mí misma en mi mente, mientras ese cuerpazo que solo traía unos jeans y andaba sin camisa, se paseaba cómodamente en la habitación.

Intentaba  controlar mi mente, pero cuando quise, ya era muy tarde, pues en mi mente yo ya estaba follandome al guaperas que tenía enfrente de mí.

-Puedes tocar, no muerdo- dijo el guaperas con una sonrisa, que para mi gusto era demasiado arrogante.

-¿Y quién dijo que quiero tocarte?- le pregunte con mala gana, ya que me había sacado de mi fantasía sexual.

Soltó una carcajada que hizo que me enojara más.

-¡Por favor!- dijo intentando aguantar la risa-Me miras con una cara que dice: <VIOLAME, VIOLAME> y te estas roja como un tomate- dijo soltando una carcajada-Y eso solo confirma que te estas muriendo por tocarme-dijo haciendo su sonrisa cada vez más grande.

¡¡¡ME CAGUE!!!

Sí, me cague del maldito coraje.

¿porque tenias que ser &quot;tu&quot;?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora